Hace dieciocho años...
Theo tenía la esperanza de que todo resultaría bien; había trabajado tan duro y por tantos años, pero ahora todo se estaba desmoronando frente a sus ojos. Allí, junto a la tumba de su mejor amiga, sus piernas cedieron y cayó de rodillas, las lágrimas se desbordaron por sus ojos y en su pecho no cabía tanto dolor.
-Lo siento mucho amor - la voz de su amadísimo novio Sam, sonó detrás de él y lentamente sintió como una mano se posaba en su hombro.
-Tyba luchó todo lo que pudo...- Theo comenzó a limpiar sus lágrimas desesperadamente pero solo lograba qué salieran más y más -Pero este no es un mundo para betas u omegas-
-Amor...- Sam se arrodillo junto a Theo y pasó sus brazos alrededor de sus hombros, estrujándolo con fuerza contra su pecho, a lo que Theo solamente rompió en llanto.
No lo había querido creer cuando las noticias llegaron a él, de que su mejor amiga, a quien consideraba una hermana, había decidido quitarse la vida después de no poder seguir soportando por más tiempo la culpa de perder a una hija. Hace tan solo dos años atrás, Tyba había sufrido la muerte de su hija Chelsea y parecía que poco a poco se estaba sobreponiendo ante la pérdida, pero uno nunca sabía los verdaderos pensamientos y sentimientos de una persona en el abismo.
-Vamos, Tyba no habría querido qué la lloremos- Sam intentó animar a Theo pero a él también se le salían las lágrimas.
-Ella ni siquiera quería una maldita tumba- Theo habló con un profundo odio por el esposo de su amiga, sabía que a ese estúpido alfa nunca le había interesado Tyba y solamente la había utilizado por su posición social y económica -Siempre me dijo que quería ser cremada, y que esparciera sus cenizas junto al lago donde sus difuntos padres yacen, para volverlos a ver, pero ¡al imbécil de Van no le importa una mierda! -
-Cariño... Baja la voz- Sam besó la frente de Theo y juntos se levantaron poco a poco, lentamente le limpió las lágrimas qué corrían por rostro con los pulgares y le sonrió -Allí viene Stefan-
-Sam... Theo- un Edmund joven y fuerte los saludó, trayendo junto a él a dos preadolescentes qué lo seguían.
-Hola Edmund-
-Buenos días Stefan-
La pareja saludó mientras se apartaba un poco para dejar pasar a los nuevos visitantes. Uno de los chicos era Lude, el sobrino de Edmund, su semblante era tranquilo y acompañaba silenciosamente al otro muchacho, que se trataba de Van, hijo, el pobre qué había perdido a su mamá y hermana en tan corto tiempo, y quien tenía una expresión de dolor mezclado con rabia qué intentaba ocultar desesperadamente, mientras se sorbía los mocos y limpiaba sus lágrimas.
-¿Cómo estás cariño? - Sam se acercó hacía el pequeño y tal cual lo había hecho con su pareja, comenzó a consolarlo.
-¿Por... Por qué tuvo que hacerlo? - Van habló como pudo entre sollozos mientras posaba una mano en la lápida de su madre recién colocada.
-No ha pasado ni una maldita semana y lo traes, ¿en qué mierda estas pensando? - Theo murmulló hacía Edmund con odio mientras todos miraban como el chico se dejaba abrazar por Sam qué comenzaba a peinar su negro cabello y lo mecía suavemente para calmarlo.
-Él me lo pidió- contestó Edmund sin más -Jay no tiene tiempo para traerlo-
-Ni aún cuando su esposa esta muerta tiene tiempo para su desgraciada familia- Theo escupió las palabras con odio -¿Dónde dejaron a Syd? -
-Con sus tantas niñeras pero no te preocupes por él- los fríos ojos verdes de Edmund se posaron en los de Theo -¿Podemos dejar a Sam con los niños? Necesitamos hablar-
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Los infiernos de Van J. Dremmy (Historia Original)
قصص عامة¿Qué tan fuerte debe ser un corazón para no romperse? Secuestrado, torturado y sometido a lo más bajo de los instintos humanos, Ivy un pequeño omega que tuvo la desdicha de haber nacido en un mundo de alfas, luchará hasta las últimas consecuencias...