Capítulo XVIII

8 2 0
                                    

Syd traía un pedazo de chocolate en la boca y lo masticaba con dificultad, al no poder agarrarlo por tener sus dos manos ocupadas con el pincel y la paleta de óleos. Su mirada estaba concentrada en el lienzo blanco frente a él, y aunque millones de ideas corrían por su cabeza para ser su trabajo final, ninguna de ellas le parecía lo suficientemente buena.

-Pobre de mí... Ufff, a este paso no me graduaré- comentó tristemente olvidando qué tenía chocolate en la boca, dejando que este cayera y embarrara toda su camisa -Ja, ja ja qué torpe-

Con resignación, dejó todo de lado y retiró su camisa, descubriendo su torso. Aunque no era tan fuerte como su hermano, también tenía lo suyo, siendo de músculos marcados y fuerza moderada. Aprovechando que se encontraba solo en el apartamento de su hermano, se quedó desnudo, teniendo nada más su bóxer puesto; caminó hacía el lavabo de la cocina para retirar la mancha con un poco del lavavajillas, mientras silbaba alegremente una canción random.

Aunque tenía muchas cosas para pensar, y estaba estresado por la incertidumbre de los posibles negocios turbios de su hermano, no quería forzar ninguna confesión. Syd era todo lo contrario a su hermano mayor: una persona calmada, que no actuaba antes de pensar bien la situación y que prefería hacer movimientos estratégicos, mientras se mantenía en silencio junto a la persona por si lo necesitaba, haciendo de todo para ayudar y proteger a los suyos.

-¿Estas seguro qué no pasó nada? - Syd escuchó como la voz de su hermano sonó detrás de la puerta principal mientras se abría -Aún estas muy pálido-

-Sí, tranquilo- la siguiente voz, fue la inconfundible dulce voz de Ivy.

Syd escurrió su camisa y la dejó colgada en el lavamanos, y olvidando qué no tenía nada arriba y tan solo su bóxer abajo, se dirigió hacía la sala alegremente.

-¡Hey hermano y cuñado! ¿Qué tal su día? - Syd preguntó animada mente, sorprendiendo a los dos que terminaban de entrar.

-¡Maldita sea Syd! Ponte algo de ropa- Van se quejó mientras fruncía como siempre su ceño y hacía una expresión de asco, e Ivy por el contrario, solamente sonreía.

-¡Ahg! No seas tan dramático, nos hemos visto muchas veces así cuando aún vivíamos en la casa de papá- Syd hizo un gesto burlón con su mano y caminó hacía el sofá, sentándose descaradamente con las piernas abiertas para fastidiar aun más a su hermano -Al único que debo preguntar si le molesta que ande así, es a mi cuñado-

-Por mí esta bien- Ivy asintió sin borrar nunca su sonrisa y se sentó en el sofá junto a él -No tienes nada que no haya visto antes-

-Increíble- Van bufó disgustado y solamente caminó hacía su habitación, azotando la puerta detrás de sí.

-Lo siento Syd, hoy no esta de muy buen humor- Ivy susurró.

-Pffff, nunca lo está- Syd negó con su cabeza y se levantó para nuevamente ir al pequeño rincón qué había acondicionado como un taller improvisado.

-Nunca he tenido la oportunidad de preguntar qué haces Syd- Ivy lo miro desde el sofá, con sus ojos completamente perdidos ahora en el lienzo en blanco qué Syd comenzaba a sacudir.

-¿No? Pero si el otro día estábamos hablando de eso ¿no lo recuerdas? - Syd contestó algo confundido.

-Perdona, se me olvidan muy fácil las cosas ja, ja, ja-

-No te preocupes, lo mismo me pasa a mí- el alfa tomó de regreso el pincel en sus dedos y lo pasó de una mano a la otra -Bueno, este lienzo es mi tesis para graduarme de la escuela de arte, pero no he tenido ni una sola buena idea, solamente unos cuantos trazos con lápiz para el boceto inicial pero siempre los termino borrando así que ahora me dije "Syd, que sea lo que deba ser" y decidí borrar todo por última vez y trabajar a pulso-

-Ja, ja, ja eso tiene sentido-Ivy río, y también se levantó para inspeccionar el lienzo en blanco junto a Syd -Posiblemente te hace falta inspiración, he escuchado que los artistas tienen musas qué les llenan de ideas-

-Dime donde conseguir una de esas por favor- Syd regresó su rostro hacía donde se encontraba Ivy parado, y no pudo evitar mirarlo atentamente.

Desde la primera vez que se habían conocido, no pasó desapercibido para Syd la increíble belleza qué aquel omega poseía. Su nariz respingada, sus suaves mejillas, sus ojos de colores curiosos, su cabello ondulado, con su piel blanca lo hacían alguien precioso, y cada vez que Syd lo miraba, era como apreciar a una hermosa escultura viviente -Aunque sabes, el tema de las musas para los artistas no es mala idea-

-¿Sí? -

-Sí, claro que sí, nada mal y también ya sé que hacer- Syd se acercó animadamente hasta Ivy y lo tomó por sus hombros -¿Serías mi modelo cuñado? -

-¿He? -

-Si, solamente debes posar naturalmente y la inspiración vendrá a mí-

Después de unos minutos, tratando de convencer a Ivy, juntos comenzaron la laboriosa tarea de pintar y ser un modelo, respectivamente.

-Me sorprende ver lo diferente qué son ustedes dos- Ivy se encontraba sentado frente a Syd, quien le había pedido solamente mantener su mirada fija en la ventana, dándole su perfil.

-Cuando nos conocen es difícil creer que tenemos algún parentesco- Syd habló sin pensar mucho ya qué su concentración estaba completamente sumergida en su lienzo -Siempre pensé que soy adoptado ja, ja, ja-

-¿Por qué lo dices? -

-Para empezar, lo único que comparto físicamente con mi hermano mayor son nuestros ojos, nuestro color de cabello es diferente, nuestros rostros, estaturas, todo es diferente- Syd mezcló los colores base con su pincel y antes de comenzar con los trazos, se detuvo a pensar si mejor debería comenzar con un boceto, pero si seguía siendo así de indeciso toda su vida, tendría por siempre aquel lienzo en blanco -Y por otro lado, nuestras personalidades son opuestas... Van es testarudo, un poco arrogante, a veces llega ha ser un cretino, pero eso lo hace fuerte, independiente y un gran líder qué atrae a todos, mientras yo... Ni siquiera puedo iniciar con este lienzo ja-

-No te presiones-

Syd levantó su rostro del lienzo y miró hacía Ivy algo conmocionado, sin embargo el omega había alejado su mirada de la ventana hacía él y en sus ojos, el alfa pudo notar un destello de tristeza, de aquella melancolía qué solo las personas más solitarias con las vidas más duras, son capaces de tener y sin embargo, sus labios estaban curvados en una enorme sincera sonrisa.

-No sé mucho de arte, pero si no estoy mal, todo artista necesita su tiempo para tomar aquellas ideas etéreas y moldearlas con sus manos para transformarlas en algo precioso, qué conmueva el corazón de quien las aprecie-

-Oh... - un suspiró de sorpresa se escapó de lo labios de Syd, sin dejar nunca de sostener la mirada de Ivy -Tienes tanta razón-

Las palabras del omega eran algo que una persona común y sin sentido de sensibilidad ante el arte, nunca diría, pero sobre todo, no recordaba que Ivy fuera una persona tan calmada y empática, cuando siempre parecía como un pajarito tratando de escapar de su jaula.

-Ánimo Syd, yo sé que puedes sacar algo precioso de ese blanco y vacío lienzo-

-¡Muchas gracias! - Syd le devolvió una enorme sonrisa de oreja a oreja y juntos continuaron con la pintura por unas horas, antes de que su hermano saliera de la habitación por fin.

-Iré a comprar algo par... ¿Qué hacen? ¡¿Y POR QUÉ MIERDA NO TE HAS PUESTO ROPA AÚN!? -

-Shhh... SHHH.... ¡Silencio qué arruinas mi concentración! - Syd mandó a callar a su hermano.

-Estoy ayudándolo con su pintura, me pidió que sea su modelo- de reojo, Syd miró como los ojos de Ivy se iluminaron apenas Van entró en la sala.

-Eres demasiado bueno por ayudar a este idiota- Van bufó mientras se acercaba hacía Ivy y le daba un suave beso en los labios -Iré por algo para cenar ¿quieren algo en especial? -

-¡Claro que sí! ¡Tráeme café y muchos sándwiches de queso a la parrilla! Qué me quedaré toda la noche despierto- pidió animadamente a su hermano.

-Joder Syd, esa no es una comida sana, pero como quieras que ya no eres un niño, ¿y tú gatito callejero quieres algo? - Van sonrió divertido por la petición de su hermano menor, y comenzó a pasar su mano suavemente por los hombros de Ivy, sin despegarse ni un segundo del omega.

-Cualquier cosa esta bien, solamente tráeme también algo de chocolate-

-¿Chocolate? - Van sonó un poco confundido pero una mirada de Ivy bastó para decirle el "porqué" implícito en aquella petición -Haaa... Sí, esta bien, entonces regreso en un momento-

-¡No sabía que te gustaba el chocolate cuñado! - habló Syd animado por el nuevo descubrimiento -A mí también me fascina lo dulce, pero en momentos desesperados como este necesito mucho café amargo qué me mantenga despierto-

-Te entiendo, a mí me gusta mucho todo lo dulce también. Es muy reconfortante-

-Bien, me voy- interrumpió Van despidiéndose mientras hacía girar las llaves de su auto en uno de sus dedos y se separaba por fin de Ivy.

-¡Trae mi café! -

-Ve con cuidado-

-Entonces- Syd retomó la platica una vez Van se fue -Si te gusta lo dulce, ¿por qué estás con mi hermano? -

-Van es como el chocolate puro- Ivy soltó una suave risa mientras tapaba sus labios disimuladamente -Agrio y fuerte, pero igual de reconfortante-

-¿Y qué chocolate sería yo, he? -

-Serías como el chocolate blanco, dulce y agradable, alegras el día de cualquiera-

-Ja, ja, ja ¡si vez! Somos tan contrarios Van y yo, lo único que compartimos es el mismo apellido-

-Syd, ¿Te puedo preguntar algo? - Ivy habló más bajo de lo usual, casi en susurro.

-Si claro, dime cuñado, puedes preguntarme lo que desees-

-Gracias Syd, y no me mal entiendas por favor, pero... ¿Por qué insistes en quedarte en el apartamento de Van con tanta vehemencia? -

-¿Necesitan un tiempo a solas verdad? Ja ja ja- Syd río con ganas ante la pregunta pero Ivy negó rápidamente, mientras sus mejillas y orejas se encendían en un rojo carmín -Solo bromeó Ivy... Pfff... Pues, ya que eres su novio esto te interesa a ti también, pero necesito que guardes el secreto-

-Prometo que no diré nada-

Syd recordó todo lo que Dominic le mostró ese día, los documentos que provenían de la clínica qué Gustav Ross manejaba en la cuidad santuario, qué su padre había fundado, y todo lo que implicaba para sus vidas si lo que se describía en esos expedientes era real: secuestros, torturas, violaciones... Muertes.

-Bueno cuñado... ¿Por dónde empiezo?-

Los infiernos de Van J. Dremmy (Historia Original) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora