Entrevista 1

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—¿Ya esta todo listo… Si? ¡Muy bien! Gracias por acompañarme en esta primera entrevista a los personajes. Si no te gusta mucho este tipo de cosas, puedes esperar un poquito hasta el día sábado o domingo qué es cuando trato de actualizar— guiña un ojo y sonríe —Dicho esto, empezamos. Nuestro primer invitado es mi queridísimo protagonista, ¿deseas presentarte? —
 
—Hum… Hola… ¿Supongo?, mi nombre es Ivy— el joven  se acomodó un poco en el asiento.
 
—¡Vamos, no seas tímido! Dinos tu edad y todo eso—
 
—Joder… No sé porque accedí a esto…— Ivy murmullo algo irritado y tomó todo el aire qué sus pulmones pudieron soportar —Tengo diecisiete cumplo años en diciembre odio a los gatos me gusta el color amarillo odio las cosas dulces ¡¿qué más?! — habló rápidamente mientras soltaba todo el aire.
 
—Muy bien, muy bien, un chico bastante común, ¿Quieres que sigamos con cosas fáciles o vamos directamente a las preguntas difíciles? —
 
—Con ninguna de las dos… —
 
—¡Bien! Mucha gente tiene miedo a cosas más “genéricas”, pero has dicho que odias a los gatos ¿Por qué? —
 
—La verdad, no tengo una respuesta lógica a eso, simplemente los detesto. Son tan peludos y feos, siento que en cualquier momento me atacarán con esas garritas afiladas, creo que no me podría acercar a ningún felino por lo mismo— Ivy hizo un gesto con sus manos imitando a uno de los pequeños animales mientras su rostro reflejaba una clara mueca de aversión —Pero no me mal entiendas, nunca le haría nada a ningún animal. Solamente quiero que se queden lo más lejos posible de mí—
 
—¿Entonces cuál dirías que es tu animal favorito? —
 
—Mmm… Nunca había tenido tiempo para pensarlo. Posiblemente ¿Las aves? —
 
—¿Quién hace las preguntas aquí, tú o yo? Ja, ja ja—
 
—Es que no sé que decirte… Me gustan mucho las águilas, son muy poderosas, pero también los pequeños pajaritos qué puedes ver picoteando el suelo mientras caminas por ahí— el muchacho hizo una pausa y después de unos segundos en silencio continúo —Creo que mi animal favorito sería el ruiseñor—
 
—Interesante elección ¿Por qué te gustan los ruiseñores—
 
—No sé, solamente vinieron a mi mente. Nunca he visto uno en persona pero de lo que he visto por Internet es que aunque son pequeños y su apariencia no llama la atención, cuando cantan, cantan alto, y todo el mundo los escucha, y dicen que es un precioso canto— Ivy se encogió ligeramente de hombros y una media sonrisa se pinto en sus labios por unos instantes.
 
—Lo curioso de eso, es que los ruiseñores cantan más fuerte en la temporada de apareamiento y eso me recuerda otra interesante pregunta ¿alguna vez te has enamorado Ivy? —
 
—¿Te han dicho que eres muy irritante? —
 
—Si ja, ja, ja pero yo no estoy dando la entrevista. Dime Ivy ¿Te has enamorado? —
 
—No te lo puedo contestar— Ivy se irguió en su lugar y acomodó mejor su largo cabello castaño claro detrás de su oreja.
 
—¿Por qué? ¿Es secreto? —
 
—No por eso… Simplemente no te puedo decir que he sentido algo que no conozco. Desde muy pequeño tuve que aprender a sobrevivir, y como omega, la única forma de hacerlo era agradar a cualquier alfa qué me pudiera dar un poco de seguridad, y de lo que he leído, eso no se podría considerar “amor” —
 
—Tu vida ha sido muy difícil, te quedaste solo desde muy pequeño, debes odiar todo y a todos… —
 
—No, la verdad no… Sí, los únicos adultos qué debían cuidarme me abandonaron, y el repulsivo tío qué quedo a mi cargo simplemente abuso de mí… Y más allá de desearle solamente lo que se merece, ni más ni menos, nunca he odiado mi vida, quiero seguir luchando, buscar mi lugar en este mundo y salir adelante por mi mismo y por los que quiero—
 
—Ivy, tienes una fuerza de voluntad admirable. No cualquiera pudiera soportar todo lo que has soportado sin doblegarse. Y hablando de eso ¿Ivy no es tu verdadero nombre, correcto? —
 
—No diría “verdadero”, más bien, no es el nombre qué mis padres me dieron, es el que yo decidí darme—
 
—¿Quieres decir ese nombre para nuestros queridos lectores? —
 
—No— Ivy negó rápidamente con su cabeza y manos —Dame mejor otra pregunta, por favor—
 
—Esta bien Ivy. Bueno, a mí tampoco me gusta que exista cosas como el abuso y violencia, hacía nadie, pero siento que convirtiendo esos temas en tabú  solamente logramos qué se ignoren a las víctimas, y por eso eres mi personaje favorito. No dejas que nada ni nadie te someta, y siempre has ayudado a todos aún en tu propia tristeza, como a tu primo menor—
 
—Un día, solamente me cansé de los abusos de esa escoria. No recuerdo si había cumplido once o doce, pero decidí en ese cumpleaños tomar a Hemet y huir. Ir lo más lejos posible, y que nunca nos encontrara— Ivy colocó uno de sus codos en el descansa brazos de su silla y apoyó su mejilla en su mano, con la mirada completamente perdida en sus recuerdos.
 
—Y para terminar, ¿cómo es la vida de un omega? y si pudieras cambiar de rol, ¿a cual seria? —
 
—Es horrible… Desde pequeño te enseñarán qué tu único propósito es ser bonito y conseguir un alfa qué cuide de ti y la verdad preferiría pegarme un tiro, siento que ser alfa debe ser peor, no podría ser uno de ellos, no después de todo lo que me han hecho a mí—
 
—Fuertes declaraciones para escuchar amado público. En fin, muchas gracias por haber estado con nosotros en este breve espacio fuera de la historia, sirve un poco para darse un respiro—
 
—Autora, si te puedo sugerir algo… — Ivy trató de hablar pero rápidamente se vio interrumpido.
 
—¡Eso ha sido todo por hoy! Gracias Ivy, por haber accedido a esto, espero tenerte pronto de nuevo para otra breve entrevista. Queridos lectores ¡hasta el próximo capítulo! —

Los infiernos de Van J. Dremmy (Historia Original) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora