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||LAGARTIJAS||

Durante una semana Tommy fingió estar bien después de la bromita de su nuevo amigo Jackson. Hablaron de eso y hasta rieron a carcajadas cada que se miraban y, como si sus mentes pudieran leerse, recordaban lo que pasó.

Pero, lo que Wang no sabía era que, Tommy Miller, estadounidense de diecisiete años, 1.68 metros de estatura y coeficiente intelectual de 120, tenía la broma perfecta para vengarse de Jackson.

Tommy agarraba con la fuerza suficiente el vaso entre su mano derecha. Temía que pudiese hacer un movimiento en falso y todo el contenido se fuera al suelo y su broma no se realizara como había planeado. Buscó a Jackson por el comedor y lo visualizó en la mesa de siempre junto a sus dos amigos, se acercó sin titubeos y llegó hasta ellos, sentándose junto al chico con el que había tenido una conexión en tan pocos días.

–Hola. –dijo con tono juguetón. Jackson le sonrió con la boca llena y luego ella volteó hacia los otros dos chicos. –Hola, ¿qué hacen?

–Comiendo. –dijo Mark.

–Haciendo la tarea. –le siguió JB.

–Oh... –chismeó un poco la libreta del chico y notó que era la misma tarea que el maestro de matemáticas había dejado en la anterior clase. Ella, como toda alumna responsable que siempre había sido desde que entró al preescolar, la hizo el mismo día durante la noche, por ello, notó que el chico frente a ella necesitaba ayuda pues algunos resultados tenían fallos de cálculo. –¿Te ayudo? Es que tienes unas mal, no es ofensa, lo prometo.

–Ahm... sí, okey, gracias. –después de unos minutos de explicación y correcciones, Tommy recordó su propósito y regresó su mirada a Jackson.

–Oye, tú. –llamó su atención. –Te tengo un regalo, pero no quiero que me digas de cosas si no está rico.

–Bueno.

Ella sonrió con gesto inocente, quitó la protección del vaso y con una cuchara tomó un poco del contenido dulce y agrio que había mezclado perfectamente. Se levantó del banco y "de avioncito" metió la cuchara llena de gomitas con chile, tajín, chamoy y el ingrediente secreto en la boca del chino. Dejó el utensilio en la boca de él y sin esperar nada, salió corriendo de ahí, escuchando a los segundos los insultos, llamados y arcadas de Jackson.

–¡PARATE AHÍ LOCA! –gritó Wang desde el piso de abajo cuando Tommy había subido por las escaleras y escondiéndose en una pared. –¡Tommy! –sabía que el chico no la veía, así que no pudo evitar reír por la bajo y cubriendo su boca con su mano, intentando no hacer ruido alguno. –Tommy, en serio, sal ahora o no respondo.

Ella se asustó un poco, su tono sonó muy molesto y por un momento se preocupó.

–¿Lagartijas? ¿De verdad? Qué asco, Tommy. Te pasaste. –rio sonoramente, pero aún así Jackson no la veía.

–Fue tu culpa. Si no hubieras fingido que tenía un chapulín, nada de esto habría pasado.

–Ni aguantas nada, Tommy. –rio igual que ella, y esa fue la señal que calmó a la chica, quien decidió mirar a todos lados y logró ver a Jackson lejos de su ruta de escape.

Tomó valentía y coraje y fue corriendo hacia las escaleras para volver a bajar y ser perseguida nuevamente por un Jackson que gritaba entre risas por todos los pasillos, las mesas de la cafetería y el patio. Todos los miraban, alumnos y maestros, con curiosidad y algunos con una sonrisa al ver lo divertidos que se veían.

Nadie se imaginó en ningún momento que una chica como Tommy podría ser amiga del hermoso Jackson Wang.

Cuando ambos se cansaron, terminaron sentados en las escaleras que daban hacia el patio y el colegio entre sí. Respiraron varias veces, tratando de calmar sus agitadas respiraciones gracias a la carrera que habían hecho momentos antes. Ambos se tiraron hacia atrás con cuidado de no golpear su cabeza o recostarse mal en las escaleras, todavía soltando leves risas.

–Te pasaste, Tommy. –le dijo Jackson viendo hacia el cielo, respirando pausadamente y con una sonrisa en su boca.

–Lo siento, pero tenía que vengarme. No te metas con un Miller, nunca.

–Uy sí, mira tú, como tiemblo. –movió sus manos frente a ellos y rieron de nuevo. Segundos después el timbre sonó y ambos se levantaron para entrar a las instalaciones del colegio y dirigirse a sus respectivas clases. –Oye, Tommy.

–¿Qué?

–Esto es guerra. –dijo seriamente, señalándola con el dedo y luego pasando el mismo por su cuello, simulando degollarlo.

–Uy sí, mira tú, como tiemblo. –lo imitó, pero moviendo exageradamente sus piernas y entre risas cada uno se fue por su camino.

3:00 a.m «Jackson Wang» (complete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora