–Mamá me hará una fiesta de cumpleaños y en realidad solo invitó a la familia. Quiero que ustedes vayan a mi fiesta, son mis amigos. –les dijo Jackson mirándolos a los tres desde el otro lado de la mesa.
Había pasado una semana más, misma semana en que el nuevo trío evitaba encontrarse con la nueva parejita que todo el colegio estaba shippeando y admirando.
–¿Irá tu chica?
–¿M-Mi chica? N-No es mi chica, cállate Jae. –dijo tartamudeando, intercambiando su mirada entre el mencionado y Tommy.
–¿Irá o no?
–Sí. –contestó con voz pesada, mirando a otro lado que no fueran los ojos de la chica frente a él. –No me hagan esto, por favor. No sean infantiles. Ellie también es nuestra amiga, además, mamá quiere verlos a los tres, por favor, chicos. –dijo en suplica.
–¿A qué hora es? –preguntó Mark con tono desinteresado.
–A las seis.
–Este es el trato: salimos los cuatro al medio día, vamos a tu casa, saludamos a tu madre y cuando arribe tu chica nos vamos.
–¿Es neta?
–Tómalo o déjalo, Jackson. –sentenció Tuan mirándolo con enojo, sin disimular y eso todos lo notaron.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tommy había fingido tener una emergencia con Thomas, les había dicho por mensaje que él se sentía mal y lo llevarían al hospital; realmente no tenia nada de ganas de ir con los chicos a la plaza, ni por helados ni por hamburguesas; no tenia ganas de estar junto a Jackson. Pero prometió llegar a la casa Wang para darle su abrazo de cumpleaños, saludar a la señora Wang y acompañar a los chicos a sus casas cuando la rubia llegara a la fiesta, como era el plan.
Llevó su regalo bajo el brazo, sus padres y Thomas iban con ella en la camioneta. El plan era saludar a la señora Wang, esperar Jackson, darle un abrazo, su regalo, saludar a los chicos e irse al parque diversiones con su familia.
–¡Hola, Tommy! Qué gusto que hayas venido. –le dijo la señora Sophia abrazándola con emoción. Durante los meses que ella había visitado la casa de los Wang había hablado con la mamá de Jackson y ciertamente se caían bien.
–¿Cómo esta, señora?
–Muy bien, hija. ¿No fuiste con los chicos a la plaza? –le preguntó viendo detrás de ella, el pequeño pelinegro saludo desde la ventana de la camioneta, la amable señora le correspondió enternecida.
–Nop, fuimos a cita médica.
–Bueno, ¿por qué no llamas a tus papás y tu hermano? Pasen a comer mientras llegan los chicos, no falta mucho.
Tommy y asintió y ambas fueron a la camioneta para sugerir a los adultos a pasar a la casa, ellos se negaron excusándose con que irían a otra fiesta, aunque fuera mentira, realmente no quería meterse en eventos de su hija. Pero no se negaron a que el pequeño Thomas a quedarse con su hermana y sus amigos.
