Pareciera broma, pero es anécdota. Tommy se había acostumbrado ella misma a preparar la cena y la cama para Richard Parker después de volver de la escuela. Sus padres no le impidieron tenerlo en su cuarto, con tal de que no saliera a las demás habitaciones de la casa. A su padre Hank no le gustaban los gatos para nada, y Charlie les tenía cierto temor gracias a un trauma de su infancia.
Así que esa noche se rio de sí misma cuando recordó que su gatito ya había sido adoptado por su nueva amiga.
Mi gatito...
Cenó en silencio, decaída por la ausencia del pequeño animal. Sus padres lo notaron y de cierta manera también sintieron tristeza del estado de su hija; no creyeron que Tommy le haya tomado cariño tan pronto a un simple gato. Lo que no sabían es que ella se encariñaba rápido de las cosas y las personas, incluso de un gato; quizás eso estaba mal, pero no podía evitarlo.
La hora de dormir llegó y con ella la primera noche en que Richard Parker no dormiría con ella. Realmente estaba preocupada; no conocía mucho a Ellie, pero estaba segura que ella cuidaría al animal casi igual o incluso mejor que ella.
Pasó un par de horas mensajeándose con Jackson; unos cuantos mensajes recordando a las pequeñas lagartijas pintadas de rojo y luego siendo limpiadas por una Tommy riéndose de un asqueado Jackson que trataba de dejarlas limpias y vivas.
Otro más del chico todavía disculpándose por la broma del agua que le provocó el resfriado y un último donde ella prometía que las bromas habían terminado y que ella ya había hecho tregua con él.
Mentí. Imitó el audio de Tik Tok en su mente después de leer la respuesta de su amigo; "Menos mal, ya estaba dándome miedo. Tus bromas son muy pesadas y también ingeniosas"
Segundos después, escucho ruidos extraños en su ventana. Como golpes, rasguños tal vez. Así que con toda la curiosidad del mundo se acercó a ella y tras correr un poco las cortinas, vio a Richard Parker tratando de abrir la ventana desde afuera. Cuando sus miradas se cruzaron, el gatito maulló muchas veces, parándose y apoyándose en el cristal, llamándola, gritando por ella.
Tommy rio y abrió la ventana para él, que saltó encima de ella y se escondió en su cuello, ronroneando, casi diciéndole lo mucho que la había extrañado, aún cuando sólo habían pasado unas seis horas de no verse. Con cuidado, ella regresó a su cama y acostó a su lado a su gato, quien volvió de nuevo a su cuello, durmiendo casi al instante, o ella así lo interpretó.
Sonrió contenta y feliz, volvía a tener a Richard Parker de nuevo con ella y se sintió bien de nuevo. Lo que preocupó fue el pensar que había escapado de casa de Ellie y tal vez ella estaba como loca buscando al pequeñín.
–Mañana hablaré con ella. –susurró encogiéndose de hombros, volviendo a acariciar al gato. –Buenas noches, Richard Parker.
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–¡Ellie! –llamó ella con gritos en cuanto vio a la chica rubia hablando con un grupo a unos cuantos metros. La nombrada se acercó a ella sonriendo.
–Hola, Tommy.
–Hola, sólo quería decirte que no te preocupes, Richard Parker llegó a mi casa ayer por la noche, no sé cómo, pero él está bien, así que no estes preocupada.
–Ah... sí, yo me preocupe, pero mis padres dicen que ellos se van y luego vuelven, así que...
–Sí, entiendo... y yo... lo siento, Ellie, creo que... voy a conservarlo, perdona.
–No, no, no hay problema... tal vez él ya te tiene cariño y decidió quedarse contigo. No te preocupes, yo lo entiendo. –Ellie le sonrió, acariciando su hombro con amabilidad.
–Okey, está bien. Entonces, nos vemos luego, tengo que entrar ya.
–Sip, está bien. Podemos almorzar juntas si quieres.
–Yo te busco. –fue lo último que le dijo antes de entrar a la preparatoria e ir a su salón; debía entregar un borrador de su proyecto escrito a su maestra, quería saber si le faltaba algo o debía quitarle algo.
Su temor a que Ellie se molestara había desaparecido, pero lo que realmente no sabía era que a la chica rubia nada le interesaba el gatito, ni siquiera se había dado cuenta que no estaba en su casa pues nunca llegó; prefirió quedarse en la fiesta de uno de sus tantos novios. No tenía tiempo de cuidar un estúpido animal.
