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||POSIBLE FAMILIA||

Prometió no gritar ni hacer escándalo cuando llegaran al orfanato, pero la felicidad le ganaba y por mucho. Por fin, después de casi medio año, visitas y entrevistas, les habían autorizado un tiempo de prueba para que Thomas viva con los Miller, y tal vez, con suerte, la adopción sea un hecho y el pequeño pelinegro sea también un Miller.

El niño ya había sido avisado de lo que pasaría ese día, con sus advertencias y todo, Thomas no pudo evitar sentirse feliz e ilusionado, Tommy podría ser su hermana por fin, y podría tener padres, una familia, un hogar. Podría tener lo que siempre había soñado desde que vive en el orfanato, por fin.

–¡Thomy! –gritó ella desde el portón. Thomas estaba esperando junto a la directora y una trabajadora social, y en cuanto escucho que ella lo llamaba, se soltó de la primera mujer, soltó incluso su pequeña mochila y fue corriendo a Tommy para abrazarla y colgarse de ella como un koala.

Los presentes rieron al ver la emoción del niño y la chica. La directora estaba feliz y muy ilusionada, sabía que la familia Miller era perfecta para el pequeño pelinegro, pero leyes son leyes y ella no era nadie para impedirlas. Sólo esperaba que todo saliera bien; Thomas merecía ser feliz y tener una familia.

–El periodo de prueba tendrá una duración de seis meses, señores, la primera visita será agendada, las demás no, espero que lo tengan en cuenta. –mencionó la trabajadora social con tono serio, no los intimidaba, sólo era su personalidad.

–Sabemos el proceso, no hay problema, nuestra casa es su casa –dijo con amabilidad Charlie.

–Muy bien, entonces por hoy es todo, cuiden de Thomas, por favor. –les dijo la directora y sin más rodeos, se despidieron y encaminaron a la chica al auto, pues tenía al pequeño niño cargado de caballito.

–Muy bien, niños. –Hank llamó la atención de ambos. –Iremos de compras, haremos una rica comida y luego te mostraremos tu habitación, Thomas. Después podemos hacer cualquier cosa.

"Podemos ir al parque?" leyó Tommy cuando sintió que el pequeño a su lado jalaba de su suéter para llamar su atención.

–Sip, yo te llevo. ¿Podemos ir al parque? Prometo cuidarlo. –les dijo ella a sus padres.

–Ya veremos, primero tenemos que organizar unas cosas, no se pongan ansiosos, ya habrá tiempo para salir, mis niños. –dijo Charlie sonriendo y guiñándoles un ojo.

Cuando llegaron al supermercado, Tommy y Thomy decidieron ser los capitanes del carrito de compras; él dirigía y ella manejaba, yendo por los pasillos y siguiendo a los papás Miller quienes tomaban todo lo necesario para cocinar su comida y darle una cálida bienvenida al pelinegro a su hogar.

–Thomy...oye... –le susurró ella al pequeño, él se acercó tratando de no pisar ningún alimento en el carrito. –¿Te gustan las galletas? Podemos llevarnos unas, ¿cuáles quieres?

Él abrió la boca emocionado, comenzando a bailar de forma chistosa, viendo por el pasillo todas las galletas que estaban acomodadas, señalo unas sabor fresa con chispas de chocolate y ella las escondió entre todo lo que había dentro del carrito, le hizo una seña de silencio a Thomas y él sonrió haciendo lo mismo, volviendo a su lugar, fingiendo que no había hecho nada, viendo a todos los lados pareciendo distraído. Sobreactuado, pero tierno para la chica.

Podría acostumbrarme a esto sin problemas.

El colegio donde estudia Tommy aceptó recibir a Thomas durante el periodo de prueba

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El colegio donde estudia Tommy aceptó recibir a Thomas durante el periodo de prueba. Recibiría clases especiales junto a un grupo de niños, y el pequeño no podía estar más emocionado, pero también nervioso. Nunca había asistido a una escuela, menos a una tan bonita y grande.

El primer día no fue tan malo. Había hecho amistad con una niña de mejillas grandes y apretables, su nombre era Ginna, y era muy bonita y lo hizo sonreír todo el día. Thomas quería que fueran amigos, pero sabía que era muy pronto, aunque no imposible, solamente debía esperar para que fueran amigos de verdad.

El timbre de salida sonó y todos salieron, vio a su chica favorita a unos metros y corrió hacia ella para abrazarla y caminar hacia el otro lado del colegio para ir al auto.

–¿Te fue bien? –le preguntó ella, tomando su mochila y su mano izquierda, para que Thomy tomará entre su brazo derecho su pizarra. Él asintió emocionado y señalando sus manos llenas de pinturas de varios colores. –Pintaste, orales.

Él volvió a asentir y durante todo el camino, ella le hacía preguntas no tan complejas que sólo respondía negando o asintiendo con la cabeza. Así hasta que llegaron a donde estaba estacionado el auto de sus padres.

–¡Tommy! –ambos voltearon ya que sus nombres se pronunciaban igual. Ella les sonrió a los tres chicos que llegaron agitados, pero con una sonrisa en sus caras. –Estábamos buscándote.

–¿Qué pasó?

–Vamos a ver la nueva película de los Minions, Mark invita. –dijo Jae, palmeando la espalda del mencionado.

–Ahm... –pasó su vista hacia el pelinegro y detrás hacia el auto de sus padres. Volvió a ver a sus amigos y les sonrió.

–Oh, ¿quién es él? No lo habíamos visto. –mencionó Jackson, inclinándose hacia él y extendiendo su mano, siendo tomada y estrechada por un tímido Thomas que se escondía detrás de las piernas de la chica.

–Se llama Thomas... –les susurró ella viéndolos con ojos obvios. Ya habían hablado del tema antes, ella les había contado con emoción el día en que irían por el pequeño pues les habían aprobado en periodo de prueba.

–¡Oh, Thomas! El famoso Thomas. Mucho gusto. –lo saludó Jae moviendo su mano y él correspondió todavía escondido.

–Entonces... vamos, Thomy puede ir con nosotros. –dijo Mark encogiéndose de hombros. –Si quieres pedimos permiso nosotros a tus papás.

–Ve pues. –lo empujó Jackson y todos fueron hasta la camioneta de los Miller.

–¿Qué pasó, chicos? ¿Los llevamos a casa? –preguntó Charlie sonriendo.

–E-en realidad... queríamos decirles si nos dan permiso para llevar a Tommy y Thomy al cine, veremos los Minions 2.

–¿Crees que ganándote al hermano vas a conquistar a mi hija, muchacho? –le preguntó Hank con una ceja alzada. No lo decía en serio, hace meses lo molestaba con eso y le parecía gracioso la reacción del chico Tuan y su hija.

–N-no, no, eso no es así, se lo prometo señor, se lo juro. –explicó nervioso y vio a Tommy reír en dirección a su papá Hank.

–Ya déjalos en paz, cariño. –lo regaño dulcemente su marido. –Vayan al cine, chicos, no le hagan caso a este loco, diviértanse mucho y cuídenme mucho a mis niños. –señaló a los chicos con el dedo y ellos asintieron de inmediato.

–No se preocupe, señor Charlie, los vamos a cuidar mucho y los llevaremos sanos y salvos a su casa. –dijo con calma un Jackson serio, quien se puso al lado de Tommy y la abrazó por los hombros.

–Muy bien, los esperamos en casa para cenar, a todos. –Charlie hizo énfasis en lo último, mirándolos con advertencia y los chicos asintieron riendo y alejándose para ir al cine.

La primera vez que Thomas pisaba un cine y quería llevarse a casa todo lo que veía, aunque solo conservó un peluche comprado por Tommy.

3:00 a.m «Jackson Wang» (complete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora