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||PERFUME DE POOP||

Muchas veces los maestros tapan sus momentos de chismecito, acompañado con café y pan, con las muy famosas "reuniones de trabajo" o "reuniones de academia"; todos lo sabemos. Y también, todos sabemos que misteriosa y fabulosamente, esos días, no hay ni un maestro dando clase y mucho menos un prefecto "cuidando" a los alumnos.

Por ello, prácticamente, todo el colegio se encontraba fuera de sus salones, desperdiciando el tiempo, descansando, o haciendo tonterías en cualquier parte del colegio.

Tommy decidió ir en busca de su hermanito y verificar que estuviera bien; lo encontró feliz y jugando con un grupo de niños, no obstante, preguntó si estaba bien y cuando Thomas le aseguró que sí, regresó a su edificio, pero no muy convencida.

Decidió buscar a su trío favorito, o si no corría con la suerte suficiente, se conformaba con encontrar a Ellie y no estar sola, al menos por un rato. Afortunadamente, encontró a sus chicos favoritos y fue en su dirección, notando que faltaba Jackson.

–¿Me puedo sentar con ustedes? –les preguntó, y aun sin recibir respuesta de Mark o JB, se sentó frente a ellos.

–Claro. –dijo con diversión el coreano, sonriéndole con obviedad. –¿No viste a Jackson por ahí?

–Nop. A penas les iba a preguntar por él.

–Dijo que iría a buscarte. Ya se tardó, de hecho. –comentó Mark viendo su reloj en el celular.

–Creo que me buscó cuando fui a buscar a Thomy.

–Es seguro.

Continuaron hablando por unos minutos después de que ella le mandó un mensaje al chino, indicándole en dónde estaba y que lo estaban esperando. Jackson solamente contestó que llegaría rápido, pero tardó alrededor de unos treinta minutos, mismos treinta minutos en que tardó el chico en preparar y repasar su nueva venganza.

Wang sabia, lo sabia a la perfección, sería una broma bastante pesada, incluso llegó a pensar que la chica le dejaría de hablar y aún así decidió seguir con sus planes. Sería algo así como el agua azul, pero con un toque que, aseguraba, Tommy nunca olvidaría; él se encargaría de ello.

Todavía muy poco convencido, tomó todo lo que necesitaba para llevar a cabo su perfecta venganza; con miedo, con nervios y con indecisión se encaminó hacia la cafetería escolar en donde imaginaba que sus amigos y su chica favorita seguían ahí.

El tiempo paso lento, incluso se imagino en una escena lenta y de suspenso de película, añadiendo una música en su mente, dándole el toque a su próximo acto. Y a unos metros de la mesa en donde sus amigos se encontraban riendo, tomó posición.

El apestoso y horrible olor ya lo había delatado; inclinó la pequeña cubeta hacia la chica y después de pensarlo tres veces, aventó todo el contenido hacia Tommy, quien dejó de reír y rápidamente volteó hacia atrás y logró ver al maldito escapar a toda velocidad, riendo para no llorar del miedo.

Escuchó el gritó de enojo de su chica favorita, sabía que corría detrás de él, sabía que estaba más que molesta y sabía que, si ella pudiera, le arrancaría las bolas sin piedad y sin pensarlo también. Así que, su mejor decisión, fue correr, huir, escapar por siempre de la fiera que tanto quería y que en ese momento lo perseguía sin querer detenerse.

–¡TE VOY A ASESINAR, JACKSON! ¡ESO FUE PASARSE DE VERGA!

Jackson rio, agitado y cansado, a punto de morir a falta de oxigeno y un paro cardiaco. Y no calculó, no estaba en los planes, no le paso por la cabeza que la gente de limpieza estaba trapeando los pasillos y resbaló a causa del agua. Tommy aprovechó y sin cuidado ni delicadeza, se aventó a él, abrazándolo y llenándolo de excremento por donde pudiera.

Escuchaba los llamados, quejas y llantos de su amigo, y aún así no se detuvo. Parecía que estaban peleando, y si no fuera por sus gritos y risas, tal vez las personas a su alrededor habrían intervenido, pero al contrario de eso, los acompañaban con risas y captando en video su pelea en los pasillos.

Cuando los estudiantes e incluso el personal de limpieza notaron que los docentes y autoridades del colegio se acercaron, decidieron meterse entre ellos y parar su forcejeo en el suelo y en pleno pasillo principal.

Tommy respiraba agitada, viendo en el mismo estado a Jackson; se miraron y siguieron riendo como locos, pero cuando ambos pares de ojos se dieron cuenta de la presencia del director y todos los maestros, pararon en seco y fingieron a la perfección seriedad.

–Señor Wang, Señorita Miller, a dirección, ahora. –demandó la máxima autoridad del lugar, señalándolos con el dedo, dirigiéndoles una mirada tan intimidante que a todos les hizo tragar en seco y ponerse nerviosos.

Todos en ese lugar sabían la personalidad del director y también que no tenía compasión por nadie, si siquiera por su hijo quien a penas se graduó del mismo colegio, comenzó a trabajar como enfermero en el mismo lugar.

Tommy y Jackson caminaron detrás de él, callados y con miedo a hacer la más mínima cosa que pudiera enojar más al señor director.

–¿Saben qué? No. Huelen horrible, vayan a las duchas y cuando estén presentables van de inmediato a mi oficina. –les dijo tapando su nariz y dándoles la espalda; y sin esperar nada, se alejó de ellos dos.

–Por poco y me hago en los pantalones. –murmuró el chino después de soltar un suspiró de alivio. Miró a la chica quien caminaba hacia las duchas que usualmente eran usadas por los alumnos y alumnas que eran parte de los equipos de futbol americano, basquetbol o beisbol. –¡Tommy, espérame! –intentó tomarla del brazo cuando la alcanzó, pero ella alcanzó a zafarse y sin decir nada ni mirarlo, entró a las duchas asignadas para mujeres. –Tommy. –musitó triste y preocupado.

Ella no se enojó, ¿verdad?

Pensó mientras veía la puerta cerrada en sus narices. Sabía que tal vez ella sí estaba enojada, pero quería pensar que solo estaba actuando por todo el embrollo que ambos provocaron en el pasillo. Quería pensar que estaba miedosa y preocupada por ir con el director y recibir un regaño.

3:00 a.m «Jackson Wang» (complete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora