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||POLLO PARA DOS… TRES||

“¿Puedo estar con ustedes? Yo también quiero pollo” le mostró su pizarra a su hermana, dando saltitos y sonriéndole para convencerla.

–Le preguntas a Jae. –le contestó volviendo su vista a su tarea de Geografía. Estaba haciendo los deberes mientras llegaba la hora en que el chico iría a su pijamada para dos.

“¿Y si me dice que no”

–Le haces pucheros, bebé.

“¿Podemos comer helado de chocomenta?”

–Sip, pero solo un poco. –aunque le contestaba con una sonrisa, se sentía falsa, y el pelinegro lo sabía, su hermanita no estaba bien, estaba triste, tal vez enojada.

¿La hice enojar? Pensó viendo la punta de su marcador, le puso la pequeña tapa y luego bajo su mirada a la mesa, triste. Creía que por su culpa su hermanita estaba molesta.

–¿Qué tienes, Thomy? –el pequeño negó con su cabeza, dibujando el borde de su pizarra con su dedo índice. –Thomy, dime, ¿Estás triste? ¿Te sientes bien? ¿Qué te duele?

Él volvió a negar y con timidez y duda comenzó a escribir en su pizarra blanca.

“¿Por qué estás enojada? ¿Yo te hice enojar?”

–No, no. Yo solamente estoy concentrada en la tarea, es eso. –explicó al mismo tiempo que acariciaba su cabello y lo hacía sentir un poco mejor.

“¿Entonces, qué tienes?”

Ella leyó y después volvió sus ojos al niño, notó la preocupación en ellos, el interés en saber porqué estaba tan rara, porqué las últimas semanas no sonreía tanto como antes. Su hermano en verdad estaba preocupado por su repentino cambio de humor y actitud.

–Bueno yo… estoy es solo que… estoy muy estresada por mis tareas y los proyectos de la escuela, el examen y todo eso, pero no te preocupes, todo esta bien. –le sonrió y él ladeo su cara en un claro gesto que los Miller habían interpretado como cuestionamiento. –Sí, estoy segura, tú tranquilo, no es nada.

–¿Y tú… lo metes o…? –hizo movimientos raros con sus dos manos, en una tenia el hueso del pollo y con la otra tomo una servilleta para limpiar la grasa que quedaba en sus labios

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–¿Y tú… lo metes o…? –hizo movimientos raros con sus dos manos, en una tenia el hueso del pollo y con la otra tomo una servilleta para limpiar la grasa que quedaba en sus labios.

–Ay, Tommy. –Jae se rió de ella y espero a terminar el pollo que tenia en su boca para no atragantarse, tomó un sorbo de refresco y la miró todavía con diversión. –Yo lo meto. Listo. Lo dije. Punto final. Cambiemos de tema.

–¿Y… también has tenido sexo con chicas?

–Sip.

–¿Y cómo es?

–Pues… me gusta que me monten. –dijo mirando su nueva pieza de pollo, no quería mirarla a los ojos, cuando estaba contándole lo que le hacía a otras chicas.

–Suena bien.

–¿Suena bien? –preguntó soltando una risa estruendosa que tapo con su mano y que casi lo hizo caerse de espalda de la cama, pero ella lo tomó de los brazos y evitó eso. –Ay no, eres tan ocurrente. –respiró unas cuantas veces y cuando las risas dejaron de ser ruidosas la miro. –¿Y tú?

–¿Yo qué?

–¿Ya tuviste sexo?

–Pero qué directo eres. –dijo con vergüenza, tapando un poco su cara.

–Vamos dime, no tiene nada de malo, es normal. –le dijo él todavía sonriendo.

–Bueno… pues sí.

–¿Pues sí? ¿Pues sí qué? Vamos, Tommy. Hay confianza, ¿no?

–Es que me da pena… nunca le había contado a alguien, ni siquiera a mis padres, a nadie.

–Pues dime a mí, sirve que lo sacas por fin de tu ser y yo obtengo chismecito. Ambos ganamos. –recargó uno de sus brazos en la cama, se acostó de lado y esperó a que ella tuviera el valor para decirle.

–Hace un tiempo vino la nieta de la señora que vive enfrente.

–¿Nieta, eh? –dijo con un tono insinuante, haciendo reír y asentir a Tommy. –¿Y luego?

–Pues nos conocimos unos meses… y pues yo la besé, ella me besó… y pues ya, hicimos… eso.

–¿Y en dónde fue eso?

–En esta misma cama. –dijo en voz baja, terminando el pollo y escondiendo su sonrojo entre el vaso del que tomó un gran sorbo de refresco.

–Uyuyuy… estoy acostado en un manto sagrado, que lindo. –dijo con tono burlesco, haciendo avergonzar más a la chica.

–Ya Jae~

–Okey, okey… ¿y qué más paso con ella?

–Ella se fue a su país… solo vino de visita un tiempo con su abuela y listo.

–¿Y cómo te sentiste?

–Sí lloré, no lo voy a negar, pero hablamos y en realidad todo termino bien, seguimos hablando de hecho. –expresó y alcanzó su celular para buscar el chat de WhatsApp con la chica.

–Tiene novia, wow.

–Sip, ya viven juntas y adoptaron un perrito. Me siento feliz por ella, se lo merece.

–¿Sí?

–Mjm… sus papás la corrieron cuando supieron que era lesbiana, pero ella salió adelante. Sufrió mucho, y realmente se lo merece, se merece que la hagan feliz. –dijo con una sonrisa de satisfacción.

–Qué lindo… –mencionó alargando la ultima letra, ella sonrió y le quitó el aparato al chico. –Entonces… ¿ella te metió el dedo o tú a ella? ¿o usaron un dildo?

–¡Jae! ¡No preguntes eso! –chilló con vergüenza, lanzándole unas almohadas a la cara, escuchando sus quejidos, gritos y risas.

–Ya, ya, tus papás nos mataran por el ruido, además Thomy duerme. –la calmó tomando sus manos y apresándola, ambos miraron a la parte superior de la cama, el pequeño pelinegro dormía como tronco, estaba muy despeinado y poco a poco la baba comenzaba a caer por las comisuras de sus labios. –Vamos a ver videos y luego nos lavamos los dientes y a dormir, señorita, andando. –dijo en voz baja y mirándola fijamente, estaban un poco cerca y ambos podían sentir los nervios del otro.

3:00 a.m «Jackson Wang» (complete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora