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||UN CHICO LLAMADO OSWALDO||

Dos días después y Tommy aún podía sentir el tequila quemar su garganta e invadir todo sistema que tuviera dentro del cuerpo. Aunque agradecía que esa mañana sea mejor que la tuvo cuando bebió de más por primera vez, ahí dejaba de quejarse.

Eran las diez de la mañana y su papá Hank molestaba a todo habitante en la casa con su ruidosa estación de radio. Nada puede ser peor que eso y aún más en domingo.

La noche del antro, cuando el grupo de amigos decidió que era hora de marchar, Tommy ofreció su casa para evitar cualquier accidente a los tres chicos que debían conducir un buen rato para llegar a sus hogares; el trío de hombres no dudo en aceptar.

Y tampoco dudaron en aceptar cuando Charlie, Tommy y Thomy les rogaron para que se quedasen en casa hasta el domingo; y ahora estaban ahí, la mañana del domingo, a las diez horas, con una escandalosa estación de radio interrumpiendo su sueño.

–Tommy, me vengare de tu padre, lo juro. –murmuró entre quejas Jaebum desde la comodidad del suelo, mientras tomaba la cobija y se tapaba hasta la cabeza.

–Yo te ayudo. –dijo ella escondiéndose entre las suaves almohadas de su cama.

Y después de unos minutos, un pequeño pelinegro entró con cautela a la habitación de su hermana, con una sartén en mano y un cucharon que su papá Charlie le había prestado en secreto. Se situó a los pies de la cama de la chica y con una sonrisa que no tenía nada de inocente, comenzó a golpear la sartén con todas sus fuerzas, riendo suave y corriendo a los segundos en cuanto vió a Tommy levantarse y mirarlo con ojos asesinos.

–¡Te atrapare, Thomy! –gritó con tono de villano y fue corriendo detrás de él. –¡Ven aquí pequeño duende feo!

El pequeño soltó algo parecido a un chillido y entrando a la cocina, encontró escondite y escudo en las piernas de su papá Charlie, quien picaba fruta y verdura para acompañar el desayuno.

Sosiéguense niños, ya saben que en la cocina no deben jugar. –les advirtió el adulto sin mirarlos. Tommy iba a quejarse y Thomy vió la oportunidad perfecta para escapar de la bruja e ir a la sala en donde ella lo tomó entre sus brazos y con cuidado se tiraron en el suelo a jugar. –¡Niños! –gritó Charlie y ellos siguieron riendo y haciéndose cosquillas en el suelo de la sala.

“¿Qué eres de Tommy Miller?”

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“¿Qué eres de Tommy Miller?”

Era lo que decía aquel extraño mensaje que Mark recibió en su perfil de Instagram. Unió pocas piezas que encontró en pocos minutos y dedujo que aquella persona había visto la foto que él subió la noche del antro y al poco rato decidió mandar esa pregunta al chico. Lo único que no entendía era por qué esa persona le preguntaba eso y sobre todo qué relación tiene con Tommy.

Quería preguntarle a la chica, incluso solo comentarle, pero algo dentro de él le decía que algo andaba mal y que tal vez Tommy se incomodaría con su curiosidad. Intuición le llaman.

3:00 a.m «Jackson Wang» (complete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora