3:00 a.m «Jackson Wang» (complete)

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||ÉL NO ME QUIERE||

El plan no era terminar en la azotea de su casa, comiendo chocolates junto a Jackson, viendo las estrellas y escuchando los ruidos de la noche después de comer sus hamburguesas en la calle. Pero ahí estaban los dos, acostados y degustando los chocolates favoritos de Tommy que, quizás, ahora también eran los de Jackson.

–Tus padres me caen bien. –dijo él vagamente.

–Ellos también te estiman. Saben que eres bueno.

–Aunque siento que todavía me odian por lo del resfriado. –dijo entre risas, llevando un chocolate más a su boca.

–Sólo te lo mencionan para molestar. Te diré algo. –se apoyó en su brazo para mirarlo. –Si aguantas el bullying de mi familia, mereces un lugar en ella. Eso dicen mis papás.

–Suena... loco.

–Lo sé. No sabes cuántos amigos han huido de mi porque no aguantan. –dijo riendo y volviendo a recostarse a su lado.

El silencio que se formó segundos después no fue incomodo, sino todo lo contrario. Jackson sintió como algo pequeño pasaba por encima de él y se acurrucaba con Tommy. Ese gato parecía muy tierno y lindo, pero cada vez que Jackson intentaba acariciarlo y cargarlo, el felino lo mordía o rasguñaba. Pareciera tener cierto odio por el chino.

–Tú gato no me quiere. –le dijo a la chica, mirándola cuando se acostó de lado, poniendo sus manos como una especie de almohada.

–Algo le habrás hecho. –acusó en broma.

–No hice nada. Yo sólo quiero tocarlo y entonces él me pelea. No me quiere. –fingió llorar y cubrió sus ojos con su sudadera.

–Tal vez debas hacer más para que te quiera. –mencionó acariciando a Richard Parker y escuchando sus ronroneos. –Mi papá Hank no hizo nada para que él lo quisiera, y ahora se aman, te lo juro. Y eso que no le gustaban los gatos.

–Eso pasa cuando sucede.

–Y mi papá Charlie todavía le tiene miedo, casi no lo toma, nada más para darle de comer.

–¿Por qué le tiene miedo?

–Me contó que cuando era pequeño, tenía una gatita, era la primera vez que tenía una mascota y en una de esas veces, la abrazó fuerte... y le sacó los ojos. Nunca volvió a tener ninguna mascota en su vida.

–Qué feo... debió ser traumático. –opinó con voz baja mientras todavía la observaba. Tommy parecía más concentrada en ver el cielo y dar caricias al gatito.

Jackson tenía una vista que podría apreciar a todas horas y no se cansaría.

–¿Tú no tienes mascotas? –le preguntó ella después de unos minutos en silencio.

–Tenía un perrito, un pastor alemán... un día se escapó de mi casa y no volví a verlo.

–¿Hace cuanto sucedió?

–Hace... tres años casi... ya estaba grande, se llamaba Sparkie. –dijo con una sonrisa; buscó en el bolsillo de su pantalón, entró a la galería y buscó las fotos de su perrito. –Es él.

Tommy se acercó a él, casi recostando su cabeza entre el brazo y el pecho de Jackson.

–Es lindo.

–Lo sé. –dijo suspirando y tratando de rodear a la chica con su brazo, pero las uñas de Richard Parker siendo encajadas en su piel por unos segundos lo detuvieron. –¿Viste? Él no me quiere.

Y ante cualquier pronostico, Tommy sólo rio y besó la cabecita del animal acostado encima de ella.