Recuerdos

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Pov. Craig

Aún conservo ciertos recuerdos de ese lugar, sus bellos paisajes, la gente rara, las cosas tan locas que pasaban. Desde extraterrestres hasta seres mitológicos, un lugar muy extraño, pero sin duda agradable, tenía enemigos y amigos, aunque algunos simplemente destrozaban la paz en la que me gustaba vivir, metiéndome en problemas junto a ellos, llevándome a otro país o hasta terminar metido en una pelea de apuestas, en la cual yo era su conejillo de indias junto a otro chico, nos mintieron y nos obligaron a pelear. Pero la verdad estoy agradecido por ello, así fue como conocí a Tweek, un chico paranoico, con espasmos y adicto al café, al principio lo consideraba raro, pero la verdad podía llegarte a sorprender cundo lo conocías. Después de esa pelea y resolver los malos entendidos nos empezamos a llevar muy bien.

Pero... cierto día, unas chicas asiáticas nos comenzaron a emparejar, al principio estábamos totalmente enojados con ese asunto, no me agradaba la idea de ser llamado gay, así que ideamos un plan para acabar con esos rumores, pero a veces las cosas no pasan como uno quiere y al final accedimos a ser novios estando bajo la presión social, eso era totalmente jodido.

Yo no quería quererlo, pero no lo pude evitar, creí saber lo que quería, pero mi corazón me traiciono y se enamoró. Ni yo entiendo en que momento ya no sentíamos esa presión, con el paso del tiempo comenzamos a tener sentimientos mutuos y ya no éramos novios para complacer a la gente, ahora éramos algo que nosotros decidimos ser. Y así fue como empezó.

¿Cómo describiría a tweek? –mmm- a primera vista podría parecer débil, pero para nada lo es, en cualquier momento podría aniquilarte si él quisiera, y lo digo con toda la seguridad del mundo, porque yo estuve ahí, sin duda el mejor boxeador, era tres libras más pesado, un poco más bajo que yo, su cabello es de color rubio hermoso y desordenado que pareciera que te apuñalarían los ojos, pero la verdad es que era muy suave, su piel blanca como la nieve y esos ojos, una mezcla de amarrillo y azul, recordar su mirada todavía me quema el corazón. En resumen simplemente perfecto.

¿Su personalidad? ... agradable, aunque a veces explotaba con sus paranoias, al principio me costó entenderlo, pero después me acostumbre, y lo empecé a ayudar. No es por presumir, pero era el mejor ayudándolo. Él también era muy bueno conmigo, yo no tenía una buena relación con mis padres en esos tiempos, así que siempre estuvo para mí, brindándome su cariño.

¿Peleas en nuestra relación? claro que teníamos discusiones y peleas, pero nada que no podíamos resolver.

No tengo una sola razón para decir el por qué me enamoré, solo comencé a quererlo a diario, sin planearlo, era como si el destino ya tuviera escrito que fuéramos el uno para el otro, era tan feliz... a pesar de nuestra corta edad, sabía que quería estar con él por el resto de mis días, ver cumplir sus sueños, ayudarlo en abrir su propia pastelería, probar sus nuevas creaciones, poder asistir tal vez a una misma universidad, ver las diferentes etapas que nos esperaban en el futuro, y comprar una casa para poder vivir juntos, hasta que fuéramos unos viejitos arrugados. y aunque cambiara todo de ti, yo te seguiría amando.

Nos hicimos padres de un hermoso cobayo que él me regalo, Stripe, amaba ese animalito. Tweek sin duda sabia como animarme, lograba derretir mi corazón. Las palabras quedan cortas, para decir todo lo que me haces sentir...

Nosotros nunca pasamos de tomarnos de la mano o darnos abrazos, hasta cierto día...


CLYDE. - ¡Hey! ¡Hey! Amigo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por Clyde, un amigo y compañero de trabajo junto a Tolkien, quienes me acompañan a almorzar. Los tres trabajamos para la familia de mi amigo Tolkien. Después de graduarnos de la universidad, ya teníamos trabajo asegurado en una de las mejores compañías de California.

TOLKIEN. - ¿Qué te sucede? - Pregunta preocupado.

CRAIG. - No, nada, simplemente pensaba...

CLYDE. - Qué raro en ti. - Responde entre risas.

CRAIG. - Ja, Ja, es mejor irnos, la hora de almuerzo casi acaba y debemos volver a la empresa. - Responde sin ánimos, pero con una pequeña sonrisa en sus labios.

Los chicos se le quedan viendo algo extrañados y con una gran sonrisa.

TOLKIEN. - Has cambiado mucho. – contesta, parándose para comenzar a salir del lugar junto a los demás. – ¡Ah! Y Craig, no te olvides de pasar por un pastel para Tricia.

CRAIG. Claro, no te preocupes, no se me olvido esta vez.

Los tres salieron del restaurante he iban caminando hacia las oficinas ya que el lugar estaba muy cerca de donde trabajaban.

CLYDE. - ¡Nhg! Ya tenemos dos años de usar traje para el trabajo y aún no me acostumbro.

TOLKIEN. – Eres un llorón, jajaja, pero tienes un poco de razón.

En la vista de Craig, un chico con cabello rubio paso a su lado, y sin pensarlo muy bien lo tomo del brazo sorprendiendo al chico, él lo veía anonadado, sus miradas se conectaron unos segundos y cuando Craig se dio cuenta de lo que hacía lo soltó.

CRAIG. - Lo siento, te confundí con otra persona. Le dice apenado sin verlo directamente a la cara.

XX. - Está bien, no te preocupes, esas cosas pasan. Le responde el chico despreocupado con una sonrisa.

Clyde y Tolkien veían la escena confundidos.

XX. - Bueno, adiós. se despide el chico y continúa su camino.

-...-

CLYDE. - Amigo, eso fue sumamente extraño, ¿En qué demonios estás pensando? - dice un poco confundido por la acción de Craig.

TOLKIEN - Puedes contarnos que es lo que te pasa, eso fue extraño.

CRAIG. - No es nada. Responde y solo continúa caminando sumergido en sus pensamientos.


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