Mi punto de vista

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Pov Tweek

Tengo quince años desde que no veo a cierto chico. Cierro mis ojos y tengo pequeños recuerdos, de un amor que comenzó de una manera tan extraña y termino como una estrella fugaz. Todos nuestros planes no se pudieron cumplir, no pude verte convertir en ese astronauta que tanto deseabas ser, o poder continuar siendo padre junto a ti de nuestro pequeño cobayo, sin poder experimentar tantas cosas juntos e incluso conocer nuevos lugares, todo quedo como una simple promesa.

¿Cómo lo describiría? Pues, era el chico más guapo de todo South Park, y no lo digo porque ese chico haya sido mi novio, sino que todas las chicas e incluso chicos pensaban lo mismo. Siendo delgado, cabello negro, piel blanca, alto y unos ojos color verde, siempre con su chullo azul, era raro verlo sin el chullo puesto.

¿Su personalidad?, mmm ¿una mierda? Un chico, estoico, cínico, apático e inexpresivo. Pero, con un lado dulce el cual solo yo conocía, siempre se preocupaba por mí, me ayudaba con mis ataques de pánico y siempre estaba ahí para mí.

Siempre quise agradecerle lo lindo que era así que para su cumpleaños le regalé un cobayo, el cual nombró Stripe, nunca pensé llegar a verlo con una sonrisa tan grande, estaba totalmente feliz, los cobayos sin duda eran su animal favorito. Me encantaba verlo tan animado. Esas expresiones que solo yo podía ver.

Realmente amaba todo de ese chico, quería ser una mejor persona para él, y así ya no darle tantos problemas. 

Me ayudo con mi adicción al café para que mis constantes tics disminuyeran, era muy feliz. Mi familia lo amaba y su familia me amaba, aunque al principio fue extraño todo lo que nos sucedió, era imposible no enamorarme de Craig Tucker, mi Craig.

Cuando me conto sobre el tema de la mudanza, no quise parecer triste, pero no podía evitarlo, no volverlo a ver me generaba un vacío en el corazón. Quería quedarme con él por el resto de mi vida, pero eso no se pudo cumplir, así que después de visitar todos nuestros lugares favoritos, decidí quedarme la última noche en su casa. Estaba muy triste y ansioso, tenía la sensación de querer hacer algo más, quería tener un recuerdo de él algo que nos conectara.

Nos encontrábamos hablando de algo a lo cual no podía prestarle la debida atención, y de pronto no sé qué me sucedió, lo tome de los hombros y lo bese, fue un beso tonto, cuando sentí sus labios conectar con los míos, pensé que iba a morir de un ataque al corazón, cuando me separé de él me escondí dentro de las sabanas, sentía tanta vergüenza, besar a alguien sin su consentimiento no está bien, sentía que iba a odiarme, posiblemente sentía asco de lo que hice ya que era la primera vez que hacíamos algo como eso, ninguno de los dos volvió a hablar esa noche, yo no pude dormir, mis tics estuvieron presentes en cada minuto, intentaba no hacer mucho ruido, sentía mi rostro arder y aunque suene egoísta me sentía muy feliz.

Al día siguiente puse mi mejor cara para poder despedirme con una gran sonrisa, lo que menos quería es preocuparlo. Y en lo más profundo de mí me prometí volver a buscarte, no importaba el tiempo que me tomara...

Pero, desde entonces no me volví a sentir bien, no podía evitar llorar, querer regresar el tiempo, su ausencia me mataba, comencé a alejarme de mis amigos, y a refugiarme aún más en el café, pasaba noches de insomnio, todos sabían cuánto me había afectado separarme de Craig, así que sus palabras de ánimo no faltaban, eran cosa que no necesitaba.

Con el paso de los años me aislé y me quede sin amigos, las personas siempre hablaban a mis espaldas y decían que era como si me hubiese comido a Craig, que ahora era una persona apática... Sus comentarios no me importaban y mucho menos me interesaba agradarles, solo necesitaba más tiempo para sentirme bien conmigo mismo, pero algo me lo impedía.

Cuando pase a secundaria muchos susurraban a mis espaldas lo horrible que era, por alguna razón me volví súper delgado, mi adicción al café no disminuía, cada día sentía la necesidad de tomar más y más café, mis tic y ganas de rascarme todo el cuerpo no cesaban, tenía muchas heridas provocadas por mí mismo y no falta quien quisiera aprovecharse de mi situación, esos chicos bullying, por una parte agradecía seguir tomando clases de boxeo ya que me quitaban el estrés y podía defenderme de esos idiotas. Pero, mi reputación estaba por los suelos.

Mi vida no era la mejor, pero sí que podía empeorar, a mis quince años descubrí que mis padres todo el tiempo usaron esa maldita droga en el café, metanfetamina, siendo apenas un niño yo ya la consumía, mis problemas desde mis tics, ansiedad y sobretodo mi delgadez ya tenía un culpable, odiaba mi cuerpo, me causaba repulsión, odiaba a mis padres, por haberme convertido en esto y sobre todo a mí, por no darme cuenta antes. Si algún día volvía a ver a Craig, como podría verlo a la cara, me convertí en un monstro.

Pero, no podía depender todo el tiempo de Craig, si bien no he llevado mi vida de la mejor manera todos estos años, podría mejorar, no dejaré que el destino decida por mí, no esta vez.

Comencé a ir con especialistas, realmente me ayudó mucho, mi adicción al café se acabó, desde ese tiempo odio el café, lo odio con todo mi ser, empecé a aceptar mi cuerpo y su nueva etapa, debía dejar de depender de Craig por mi bien. Conocí a un chico, Pete, siempre estaba conmigo, mis días de soledad se acabaron, una parte de mi volvió.

Después de un tiempo empezamos a salir, era la segunda relación amorosa que tenía, Pete sabía sobre mis sentimientos hacía Craig, pero dijo que no le importara, que podía intentarlo y tal vez más adelante llegar a amarlo.

No tengo nada malo que decir sobre Pete, siempre fue bueno, detallista y amable, pero... nunca llegue a amarlo de la misma forma e intensidad, todo se sentía vacío, sus abrazos, sus besos, sus palabras. No entiendo cómo se llegó a enamorar de alguien como yo, un gruñón que no podía dar lo mismo que recibía de él. Quería hacerlo y no lastimarlo, pero me era imposible.

Un día nos encontrábamos en su casa, solos, en su habitación, sabía lo que iba a pasar, los besos y las carisias no faltaban, pero... no pude hacerlo, cuando estábamos totalmente desnudos, no sentía nada, él se dio cuenta de lo que me pasaba, paro todo lo que hacíamos y salió del lugar dejándome solo, así que me vestí de nuevo y salí del lugar.

Después de eso él se alejó de mí, era de esperarse, era muy incómodo hablar después de lo que paso y cuando estábamos a punto de graduarnos, terminó conmigo.

Lastime por tanto tiempo a la persona que logro amarme en una de mis peores etapas, lastime a buenas personas que se preocuparon todo este tiempo por mí, aleje a mis amigos. Después de eso es posible que Pete no me odiara y me lo tenía merecido, engañe a un corazón que supo amar con todo su ser y no pudo ser correspondido.

¿Realmente me aleje del destino?, ¿Qué mierda es lo he hecho?, ¿Realmente esto fue lo mejor que pude hacer? 

Me prometí no volver a lastimar a nadie y enfocarme en lo que realmente importa. 

InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora