Cuando me gradué tomé todos los ahorros que estuve juntando todos estos años que trabajé con mis padres y me fui a California, no sabía exactamente que iba a ser de mí, lo que estaba haciendo era una locura, pero no podía quedarme más tiempo, odiaba a mis padres, por más que lo intentara no podía verlos actuar tan preocupados por mí todo el tiempo, si realmente les afectara mi futuro no hubieran arruinado mi vida de esa manera, si tan solo hubiese crecido de una mejor manera, todo sería distinto, no hubiera lastimado a nadie, y mucho menos a mí mismo. Pero, ¿Sentirme como una mierda es lo único que puedo hacer? No, no quiero eso.
Cuando llegue a california, tenía una esperanza de encontrar a Craig, pero siendo un lugar tan grande era imposible, no sabía muy bien que hacer, todo era tan nuevo para mí, el dinero que tenía debía saberlo economizar, por el momento tenía que olvidarme de la universidad y conseguir un empleo.
Me encontraba vagando por las grandes calles del lugar, hasta llegar a un parque y tomar asiento en una banca, perdido, mis tics y temblores volvían a pesar de ya no tomar café, la paranoia siempre se apoderaba de mí, posiblemente este era mi fin, no soy tan fuerte para enfrentar un nuevo mundo yo solo, tengo mucho miedo.
SEÑOR. – Muchacho, ¿Qué haces aquí? Ya es un poco tarde, deberías volver a tu casa.
TWEEK. – ¡Aaaah waa! – un señor ya mayor se le acercó y tomó asiento en la banca junto a él. - Dios, me asustó, Ngh... - ese señor podría secuestrarlo y venderlo, debía salir corriendo antes que algo malo pase, pensó.
ANCIANO. - ¿Por qué estás tan asustado? No te haré nada, soy muy mayor como para poder hacerte daño, no te preocupes. – le da una cálida sonrisa y pregunta. - ¿acaso huiste de casa?
TWEEK. – ¡Ah! Usted, ¿Cómo lo sabe? Es un espía. – El señor era un anciano, pero como estar seguro de que no le quería hacer daño.
ANCIANO. – No niño, solo lo supuse, mientras más viejo te vuelves entiendes un poco más las cosas y veo que tú no te la estás pasando bien. No pretendo asustarte, solo quiero ayudarte.
TWEEK. – Lo ve con un poco de desconfianza, pero realmente estaba cansado y no planeo muy bien todo esto de su huida, realmente necesitaba ayuda. - Usted, ¿Podría indicarme en donde rentar un pequeño lugar en donde vivir?
ANCIANO. - ¿No eres muy joven para independizarte? – Pregunta curioso, ya que él chico se veía bastante joven.
TWEEK. – No, ya soy mayor de edad, tengo dieciocho. – dice serio, odiaba que la gente lo viera como un niño, por culpa de su físico.
ANCIANO. – ¡Oh!, vaya, entonces... ¿Por qué huiste? ¿Quieres desahogarte? Soy bueno escuchando.
Tweek no estaba seguro de hablar sobre sus problemas con un desconocido, eso era extraño, pero hablar era algo que necesitaba, soltar todo ese peso que cargaba y liberarse de las ataduras de sentirse mal. Así que empezó a hablar, el anciano solo escuchaba atento la historia del joven, que se veía tan apagado y sin vida.
Los problemas y sentimientos que cargaba, los sueños que deseaba cumplir y las cosas que le faltaban por hacer, hacían que el anciano se interesara más por el muchacho, como abrir su propia pastelería, ya que al escuchar esas palabras el anciano tuvo un recuerdo muy amargo, se conmovió por la historia del chico y decidió ayudarlo.
ANCIANO. – Sí que es una historia larga, eres realmente impresionante muchacho, ha sido muy duro todo esto y mereces descansar. Bueno, entonces sígueme te llevaré a tu nuevo hogar. Ah por cierto mi nombre es Iván, ¿Cuál es el tuyo?
TWEEK. – M-me llamo Tweek.
El anciano solo le sonrió, se levantó de su asiento y empezó a caminar. Tweek, lo siguió con un poco de desconfianza, pero era mejor tener un lugar en donde pasar la noche a quedarse en la calle. Al llegar a un hotel muy elegante Tweek se impresionó, era muy hermoso y deslumbrante, sus ojos se iluminaban con cada rincón de la recepción, una noche ahí sin duda lo dejaría sin dinero.
TWEEK. – E-he... Disculpe, señor Iván, pero, necesito un lugar mucho más económico. Nhg, no podría pagar este lugar. – Dice apenado, susurrándole al oído.
IVÁN. – jaja, No te preocupes hijo, dije que mereces descansar por eso te traje aquí.
El anciano se acercó a la persona que se encontraba en el despacho de la recepción y pidió una llave, la chica le dio la llave sin dudar, después se volvió a acercar a Tweek y le entrego la llave.
IVÁN. – Toma muchacho, sube y ve a descansar, ese viaje tan largo debe tenerte agotado. – dice con una gran sonrisa.
TWEEK. – G-gracias, pero no entiendo ¿Por qué hace esto? – Como este señor podía ser tan amable con un desconocido.
IVÁN. – Si quieres saber la historia, te espero en el mismo lugar de hoy, sabes, yo también tengo una historia larga y quiero contártela, me caes bien muchacho. Bueno, adiós, nos vemos mañana.
TWEEK. – Adiós, y gracias de nuevo.
Tweek vio como el señor salía del hotel, después tomo el ascensor y subió a al tercer piso, al entrar al apartamento quedó impresionado, todo era muy refinado, espacioso, decorado con mucha elegancia y muebles finos, con una cocina y sala enorme con un concepto abierto, habían varias habitaciones, pero la habitación principal era asombrosa, con una gran cama, y ventanas que mostraba la bella vista de la ciudad, el baño también era de lujo, sinceramente no sabía cómo le pagaría todo esto al señor, era mucho más de lo que esperaba. ¿Qué demonios estaba pasando? Como obtuvo este golpe de suerte, ¿acaso era una broma?
Después de tomar un baño y acostarse sobre la cama se dispuso a pensar, ¿Cómo este hombre podía darle todo esto? ¿acaso es el dueño? ¿o le haría endeudarse con él para extorsionarlo después? No, no podía pensar tan mal de una persona tan buena, ya basta de desconfiar, no todas las personas son malas. ¿Verdad?
Después de parar de sobre-pensar las cosas, se quedó totalmente dormido, estaba tan cansado que necesitaba dormir.
A la mañana siguiente despertó totalmente renovado esa cama era realmente suave, no podía creer todo lo que estaba pasando, el poder despertar en un hotel de lujo era algo que nunca imaginó.
Después de un rato decidió salir para encontrar un trabajo, no podría quedarse a vivir a costa del señor por siempre, volvió a ducharse, se puso su mejor ropa y salió decidido a encontrar un trabajo, las calles eran nuevas y debía acostumbrarse rápido para no perderse.
Por suerte encontró una cafetería en donde necesitaban un empleado, no esperaba venir desde tan lejos a trabajar en una cafetería, pero era muy bueno en eso y aunque no le agradara tanto la idea era lo mejor que sabía hacer.
Al entrar y pedir el trabajo la persona que lo atendió fue realmente amable, ese mismo día decidió quedarse de prueba para demostrar sus habilidades con el café, a pesar de no ser de su agrado, las personas quedaron encantados con Tweek, aunque su actitud fuera un poco rara, sus prácticas en la cocina eran muy buenas.
Al salir, se dirigió directo al parque para encontrarse con el anciano, realmente estaba interesado en escuchar su historia y saber el porque este lo ayudaba, al llegar al parque el anciano ya se encontraba en una banca sentado, así que decidió acercársele.
TWEEK. – Ah, hola señor- dice tomando asiento a la par de este, realmente no sabía cómo empezar una conversación, así que solo dijo lo primero que se le vino a la mente.
IVÁN. – ¡Oh!, muchacho, te veo mucho mejor, ¿Qué tal te fue con lo de buscar trabajo?
TWEEK. – La verdad, muy bien, encontré trabajo en una cafetería, sé que suena raro ya que mis problemas vienen de una, pero realmente soy muy bueno y es algo que me gusta hacer.
IVÁN. – Pues me alegra que realmente vayan mejorando las cosas, algún día espero probar alguno de tus bocadillos. - Dice sonriente al escuchar más feliz al muchacho. – Bueno, ¿Tienes tiempo para escuchar mi historia?
TWEEK. – Sí. – Responde curioso.
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Inolvidable
FanfictionEl destino los unió en forma de broma logrando que se enamoraran a su corta edad, y el mismo destino se encarga de separarlos. Ahora ya han pasado quince años sin saber nada uno del otro, pero los sentimientos siguen siendo los mismos. ¿Lograrán pod...