Capítulo 93. El miedo de Marco.

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-Olivia, me da vergüenza decirte lo que te voy a contar…

-¿En serio? Vamos, llevamos mucho tiempo conociéndonos. Pero a decir verdad, pensaba que ya te conocía.  Cuéntame, anda. 

-Oli, esta noche ha sido la noche que más miedo he pasado en mi vida.

-Es normal que hayas pasado miedo. No me estás contando nada nuevo. Vanesa y tú sois héroes reales, no tenéis superpoderes como los de la tele. 

-No me entiendes. Que… El miedo me bloquea, Oli. Sé lo que se espera socialmente de un hombre. Y yo no cumplo con eso. Yo…Bueno…Si no llega a ser por Vanesa, no creo que me hubiera atrevido a entrar en esa maldita casa. Joder, Vanesa tiene más agallas que todos los compañeros juntos. Si no hubiera sido por ella, no sé ahora cómo habría acabado todo. Ella fue la que bajó directamente al sótano, recé para que yo no cupiera por la ventana del sótano, y ella no tuvo reparo alguno en meterse ahí. -Dijo García a punto de desmoronarse. 

Olivia ya sabía cómo era Vanesa. Era la mujer más fuerte que ella había conocido. Sabía perfectamente que Marco tenía razón, y que posiblemente tenía más agallas que cualquier compañero de la policía. Y esa parte brava de Vanesa la tenía enamorada. Sin ella quererlo, pensó en que Vanesa no era para ella, y se desmoralizó.

-Marco, no pasa nada por tener miedo. Lo que vivisteis Vanesa y tú en esa casa debió ser algo para dejaros marcados. Yo no me hubiera metido en esa casa sin saber dónde estaba Álvaro. El miedo a no controlar una situación te puede llegar a paralizar, Marco.

-Lo sé, Oli pero yo creo que lo mío va más allá de tener miedo a lo desconocido y a no poder controlarlo. Yo creo que mi miedo reside en perder mi disfraz o rol. Me gusta que mis amigas podáis contar conmigo cuando me necesitáis, me gusta que mi mujer y mis hijos me vean como un héroe, aunque haya descubierto que estoy muy lejos de serlo. Entonces esta imagen que proyecto en todas las personas que me rodeáis y me queréis en realidad es la que me da seguridad para sentirme querido y para quererme a mí mismo. 

-Vaya, Marco, qué profundo. Puede ser que tengas un disfraz o un rol como tú dices, pero yo también voy a ir más allá. Para mí no necesitas tener una careta con la que aparentes algo que no eres. Yo te voy a querer tal cual eres. Y puedo hablar por todas las personas que te queremos. Además, ¿Cómo que no eres un héroe? Te metiste junto con Vanesa en esa horrible casa y salvasteis a una chica de ser mutilada y asesinada. Joder, si tú no eres un héroe, ¿Quién lo es entonces, Marco? Y otra cosa, los héroes también tienen miedo. Así que sé tú mismo, con miedo o sin él, pero no aparentes algo que no eres. 

Marco estaba encantado con Olivia. Él había quedado con ella para animarla, pero él también había salido muy animado de ese encuentro. 

-Gracias Oli. Por cierto, ¿Sabéis ya algo del ADN del cabello de perro encontrado en el cadáver de Pilar y el ADN de los restos encontrados en las uñas de Isabel?

-Sí, los pelos de perro coinciden con los del perro encontrado en el frigorífico de la casa de Álvaro y los restos de las uñas de Isabel, con el ADN de Álvaro. Lo tenéis, aunque esté muerto. 

-Bien, da igual que esté muerto, por lo menos ya no vamos dando palos de ciego y podemos confirmar todas nuestras hipótesis. ¿Ya tenéis en el anatómico el cuerpo mutilado que se encontró en el frigorífico?

-Sí. Ya lo han traído. Se encargará mi compañero de él. Por cierto, le eché un vistazo rápido y el cabello de la chica, me fijé en la raíz y te puedo decir que es teñido. La chica era rubia. 

-Joder, la vecina nos dijo que no era rubia. Y eso nos descolocó un poco. Pero claro, ella no sabía que Carmen era rubia.

-Pues sí lo era. Rubia como todas, ¿No? Entonces…Tenéis tres cadáveres y una chica que ha estado a punto de ser asesinada. Joder, por fin toda España dormirá bien esta noche. 

-Sí, Oli, pero Teresa, la chica que hemos salvado, no creo que pueda llevar una vida normal después de lo que haga vivido. 

Olivia miró a Marco con un semblante muy triste. Se puso en el lugar de esa pobre chica y entonces se dio cuenta que lo suyo, el sufrir por amor, al lado de lo que había vivido esa chica, era absolutamente una tontería. Aunque era su " tontería" y tenía derecho a sufrir por ello. 


A Vanesa le acaban de dar el alta hospitalaria. Debía mantener reposo durante unos días y debía controlarse y curarse la herida que tenía. Estaba asqueada. Otra marca más en su cuerpo para la colección. 

Cuando iba a salir del box, ya vestida, se topó con Sara. 

-Eh Sara. La doctora me dio ya el alta. Me voy, necesito descansar -dijo Vanesa muy nerviosa. El estar de nuevo con Sara, a solas, le producía unos nervios que sólo tenía cuando también estaba a solas con Olivia. 

-Claro, llevas todo el día aquí en observación - Sara quería quedar con ella, tenía muchas ganas de verla fuera del hospital. Se había dado cuenta que en ningún momento había dejado de sentir por su ex novia. Y el verla de nuevo le había abierto los ojos -entonces, Vanesa…¿Te importa si te llamo para quedar? ¿Esta semana?

Vanesa la miró atónita. Entonces era verdad que quería verla. ¿Pero para qué quería verla fuera del hospital? Necesitaba saber cuáles eran las intenciones de Sara, además a ella también le apetecía quedar con la enfermera. 

-Claro, si aún mantienes mi número, llámame y buscamos un rato. Cuídate, y gracias por atenderme - le contestó Vanesa tímidamente. En ese momento Sara aprovechó para darle un beso en la mejilla haciendo que la inspectora se estremeciera, por lo que ésta intentó irse de allí rápidamente. Sólo le faltaba que Sara notara que aún podía sentir algo por ella.

Cuando por fin salió del hospital, aún sintiendo el fuego de los labios de Sara en su piel, se abrigó todo lo que pudo, pues en la calle, y siendo de noche, hacía mucho frío, además seguía lloviendo aunque la lluvia había remitido algo. Estuvo pensando a donde ir, si a su casa o a casa de Olivia. Quería hablar con ella de lo que había pasado en el hospital,necesitaba verla, sentirla, amarla…Pero también necesitaba ser sincera con ella. 

Vanesa miró en el móvil si tenía algún mensaje de García o alguna llamada suya, y vio que éste le había dejado un mensaje donde le decía que esperaba que estuviera bien, y que debían hablar. Vanesa también quería hablar con él, no entendía cómo se había ido enfadado del hospital como se había ido. A la inspectora le dolió que García se decantara por Olivia antes que por ella, pero también podía entender que se preocupara por la forense después de lo que podía haber visto entre Sara y ella en el box. Ese día podía haber sido uno de sus mejores días por todo lo que había conseguido en el trabajo, y gracias a la aparición de Sara y al consiguiente rechazo de Olivia, sólo tenía ganas de meterse en la cama y no salir en unos cuantos días.

Malasaña I. (5° Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora