Capítulo 112. Cuerpo con cuerpo.

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La forense se acercó más a Vanesa y se dispuso a rozar con su nariz la nariz y los húmedos labios de Vanesa, mientras ésta llevaba sus dedos al cabello de la pelirroja, y por fin ella misma besaba con unas ganas desmedidas los labios hinchados de Olivia. La había echado muchísimo de menos esos días y ya no aguantó ni un segundo más sin poder tocar a la forense.

Vanesa introdujo su ansiada lengua entre los labios de Olivia, y ésta sólo pudo sonreír pensando en las ganas que le tenía a la inspectora, porque era mutuo lo que se necesitaban.

-Oli...Cariño...Me muero por hacerte mía. Necesito sentirte plenamente.

-Ahora vamos a recuperar el tiempo que hemos perdido estos días, tranquila- le dijo Olivia llevándose de la mano a la inspectora directamente a su habitación. Ésta la siguió sin rechistar. No veía el momento de, por fin, poder juntar sus cuerpos desnudos.

Cuando entraron en la habitación, Vanesa se sentó en el borde de la cama, pero decidió, antes de meterse en ella, quitarse los jeans ajustados. Mientras lo hacía, Olivia no pudo retirar su mirada hambrienta del cuerpo que tenía delante. Para ella Vanesa tenía el mejor físico que había visto en la vida, y con sólo saber que iba a intimar con esa mujer, se excitó sobremanera.

Como Olivia sólo llevaba una camiseta, Vanesa tiró de la misma suavemente para que también se metiera en la cama con ella. Estaban una frente a la otra, hasta que la forense decidió sentarse encima de Vanesa.

La inspectora la abrazó con sumo cuidado. En ese mismo instante, necesitaba sentir su corazón latir pegado al suyo, y cuando notó que iba a una velocidad muy relajada, entonces llevó su rostro al cuello de Olivia. Cuando sintió la suave respiración de Vanesa en su piel, ésta se erizó.

Vanesa olió e inspiró el aroma que desprendía la piel de la otra mujer. Estaba completamente excitada. Ese mismo momento, para ella, era comparable a estar en la mismísima gloria. Mientras, se decidió a llevar torpemente sus dedos por la espalda se Olivia y cuando ésta sintió los dedos de la inspectora rozar su piel, no pudo evitar curvar la espalda.

-Vane...Estoy sobre excitada, no sé por qué me provocas tanto...

-Estamos las dos igual entonces, Oli. No quiero que este momento se termine nunca.

Olivia decidió lamer despacio y suavemente los labios hinchados de Vanesa, mientras le mordía el labio inferior con cuidado. Vanesa llevó sus manos debajo de la camiseta de la forense, y se dirigieron primero al terso abdomen de Olivia y después a sus pechos. Mientras la pelirroja se entretenía con sus labios, Vanesa decidió jugar con los pezones de la forense.

Olivia comenzó a gemir con algo de intensidad. Toda su piel estaba muy sensible al tacto de la inspectora. Por lo que no aguantó más, se apartó de Vanesa y se retiró las bragas ante la atenta mirada de ésta. Vanesa se la estaba comiendo con los ojos. Sabía perfectamente lo que iba a hacer Olivia, por lo que decidió quitarse ella también las bragas.

La forense se mordió el labio inferior. Vanesa la cogió de las manos y la hizo sentarse de nuevo encima de ella. Le retiró la camiseta a Olivia, mientras ésta hacía lo mismo con ella. La pelirroja necesitaba sentir los labios de la inspectora por todo su cuerpo, por lo que comenzó a besarla en los labios. Los cuerpos de ambas mujeres se hicieron uno en ese instante. Ambos se movían al unísono, uno encima del otro, mientras Olivia besaba con una pasión desmedida a Vanesa, y ésta abrazaba a la pelirroja.

Vanesa llevó sus manos a las caderas de Olivia, cuando ésta posó sus brazos alrededor del cuello de la morena. Los sexos de ambas mujeres se rozaron con ímpetu y mucha necesidad, mientras los pechos de ambas se chocaban unos con otros. Las dos comenzaron a gemir, cuando consiguieron llegar a la vez a la cúspide del estrepitoso orgasmo que acababan de tener.

Vanesa no quería soltar a Olivia. No quería dejarla ir. Por ella podrían estar así toda la vida. Pero para la forense era lo mismo. Era algo increíble tener a Vanesa para ella sola, desnuda, y abrazándola.

Cuando las dos mujeres se recuperaron, Olivia abrazó con más fuerza a Vanesa.

-Oli, no me voy a ir...Me vas a ahogar...

-Perdona Vane. Es que me da miedo que te marches. No quiero que lo hagas. Quédate a dormir conmigo, por favor.

-No tengo ninguna intención de irme. Sólo quiero estar en un lugar, y es aquí contigo. Además...Como habías dicho, tenemos que recuperar el tiempo que hemos perdido tan valioso, ¿No crees? No pienso soltarte en toda la noche, así que prepárate.

Olivia sonrió a Vanesa con una sonrisa radiante. No era para menos. La noche tenía pinta de que iba a ser muy larga para ambas mujeres, porque las dos querían seguir amándose como si no hubiera un mañana. Pero antes Olivia necesitaba saber qué había pasado con Sara, porque no podía sacarse de la cabeza a la enfermera.

-Por cierto, Vane. ¿Qué pasó con Sara? Me pica la curiosidad.

-Ya veo. Pasa que quedé con ella a comer. Como ya te dije la última vez que estuve en tu casa, necesitaba que ella me aclarara muchas cosas. Al final hablamos, y cuando ella me dijo que le diera otra oportunidad, en realidad aunque la mirara, no la estaba viendo a ella, sino a una preciosa mujer con una mirada pura y la más bonita que yo haya visto nunca. Por lo que me levanté, y le dije que yo no debía estar sentada ahí con ella, sino en otro lugar. Y me fui. Siento haberte hecho pasar por todo ésto, Olivia.

-Vane, cariño, lo que importa es que estamos ahora mismo juntas. Estos días lo he pasado muy mal, pensaba que me iba a volver loca, pero ahora que te tengo aquí conmigo, te puedo decir que ha merecido la pena todo lo que ha pasado, porque yo necesitaba que tú aclararas lo que sentías por Sara y por mí. Era lo más sensato para ambas.

-Oli, lo tengo clarísimo. Mi sitio está a tu lado.

Olivia no pudo evitar abrazar a Vanesa de nuevo con fuerza, pero ya no por miedo a que ésta pudiera marcharse, sino para demostrarle que la amaba con locura.

Esa noche hicieron el amor un par de veces más, hasta que el sueño se apoderó de las dos. Cayeron rendidas, desnudas y abrazadas, como debía ser a partir de ese momento.

Malasaña I. (5° Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora