Capitulo II

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Narrador

Después de aquella reunión todos se despidieron, la verdad sus hijos eran los encargados de recibir las mercancías, pero estos habían inventado una excusa para poder venir con laito, el cual estaba devastado. Todos aunque no quisieron admitirlo delante de su amigo querían conocer al doncel que había rechazado 20 millones sin dudarlo, y lo que era mejor lanzarlos por la ventana .

El hombre de cabellos azules llegó a su residencia, recibido por su esposa. Una hermosa mujer de cabello negro azabache, ojos de color ámbar, y piel blanca y tersa. Esta con una mirada despido a los empleados para dejarlos solos.

Sasha: ¿Acepto el dinero? - pregunto ansiosa, sabía que era cruel de su parte, que su pequeño hijo la necesitaba también, pero él tenía salud, en cambio su hermana no tenía mucho tiempo.

Laito: no acepto - dijo mirando a su esposa frunciendo el ceño enojada - el no quiere nada de nosotros...el quiere seguir sin saber nada - explico mirando a su esposa cambiar su semblante a una mirada herida.

Sasha: también es mi hijo - lloro - se que somos unos egoístas pero porque ni siquiera nos da una oportunidad.  Se que está mal que el viva escondido, pero estaría con nosotros - sollozo cayendo al suelo desconsolada.

Laito: Fuimos nosotros los que decidimos que las cosas fueran así, no puedes llorar no podemos dar marcha atrás, lo perdimos desde hace un tiempo. Y con esto que hicimos no podemos esperar nada.

Sasha: todo es culpa de los malager esa familia maldita - lloro en el pecho de su marido hasta quedarse dormida. Sin más tomo a su mujer en brazos, subió las escaleras para encontrarse con una mujer joven de cabellos azules claros brillantes, ojos verdes esmeralda, pero sobre esa gran belleza había una piel enferma, las ojeras eran escondidas por una espesa capa de maquillaje.

Ichiro: ¿Que le pasó a mamá? - pregunto curiosa. Su padre al ver a su hija mayor, sonrió ocultando el dolor de haber perdido esta vez para siempre a su hijo.

Laito: está cansada - explico s si hija.

Ichiro: padre...tengo algo que me gustaría pedirte - dijo nervioso, sabía que estaba siendo ambiciosa, pero desde hace tiempo sentía algo por el heredero de los endo.

También sabía mejor que nadie que Satoru endo estaba casado con una de sus amigas más cercanas, pero su cuerpo estaba fallando, necesitaba aunque sea poder estar con el por un pequeño periodo de tiempo.

Laito: se de que se trata, y ya hablamos de ese asunto, no puedes estar con el. Endo tiene tres hijos pequeños, está casado, y Nana es tu amiga - hablo por primera vez algo irritado a su hija. Esta se sorprendió al oir esa respuesta, su padre siempre encontraba la solución a todo, desde que su hermano menor se fue sus padres habían sido siempre suyos.

Ichiro: pero padre - se quejo con sus ojos llenos de lágrimas, pero para su sorpresa fue ignorada por ambos mayores los cuales entraron a su habitación. La mujer miro la puerta de la habitación de sus padres con cierta irá, haciendo la sentir mal.

Una bocanada de sangre salió de sus labios al entrar.

Ichiro: se estoy enferma - lloro - por eso quiero tenerlo todo antes de morir - chillo en su almohada amortiguados estos no escapaban. La puerta de su habitación fue abierta por una de sus empleadas de confianza la cual cerro la puerta con cuidado.

Empleada: mi señorita - dijo para entregarle unas gotas traslúcidas. Todos los empleados amaban a su dulce y enferma señorita, deseaban verla feliz.

Reencarne en el libro amores robados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora