Narrador
En la guardería de la escuela raimon la pequeña niña miraba todos lados, había muchos niños nunca había estado rodeada por tantos, todos sonreían y jugaban juntos. Pero ella estaba sola en un rincón ignorada, no sabía porque, apretaba su falda con fuerza mientras sus lágrimas se acumulaban en sus ojos, había dicho a su mami que estaría bien, pero ahora tenía miedo.
¿?: Hola - saludo un niño de tez morena, con cabellos rosas, ojos de un ligero marrón rojizo, y finos rasgos, el cual tenía en sus brazos una muñeca - Soy Seo Someoka - dijo con una sonrisa.
Dai: Soy Dai, pero mi mamá me llama Didi - dijo con una sonrisa dulce, haciendo sonrojar al pequeño moreno, que escondido su rostro detras de la muñeca que tenía.
Seo: toma - dijo para dársela en las manos - mi mamá me dijo que eras muy linda.
Dai: gracias seo - respondió sonrojada mirando la muñeca con detenimiento, está tenía un vestido naranja, dos coletas y una pequeñas flores blancas adornando las. - ¿Puedes mostrame todo? - pregunto apenada.
Fue así como los dos niños había salido corriendo por todo el salón, mientras la maestra de turno solo podía suspirar ante los juegos que estos tenían.
Por otro lado ichirota se encontraba en una de sus tiendas observando cómo todo quedaba en su lugar, sus diseños se habían hecho populares desde hace un tiempo. Su mente aún se encontraba en Tatsu, el hombre que estaba profundamente enamorado de su hermana.
Ichirota: ¿Que será del protagonista? - dijo mordiendo la punta de su dedo. El hecho de que a Satoru Endo no le guste la vida pública es un secreto a puertas abiertas, este era muy bueno ocultando ha sus hijos, y su esposa. - no debería pensar así de un imbécil que dejó a su mujer por un culo virgen. Sus hijos también son unos bastardos miren que preferir a la amante de su padre que a su propia madre.
Siguió acomodando los vestidos en uno de los maniquíes, la puerta en ese momento fue abierta.
Ichirota: lo siento - dijo girando, para encontrarse con un hombre vestido de traje, cabellos castaños, ojos chocolates, y piel un tanto bronceada. Al mirarlo se sorprendió, lo recordaba una imagen clara de lo que había pasado hace cinco años paso por su mente, y el pequeño resultado que caminaba a su lado.
A parte lo había visto una vez con Tatsu solo que no le prestó la suficiente atención, se maldecia internamente por su estupidez.
Ichirota: chicas pueden salir un momento - pidió a las empleadas que estaban nerviosas al sentir que eran vigiladas por unos hombres que vestían de negro y se encontraban fuera. - ¿Se puede saber que quieres? Y ¿Quien eres? - pregunto luego de que todas salieron.
El hombre castaño frunció el ceño, muy a pesar de la belleza que tenía el doncel, era muy altanero, muy diferente a su ex.
¿?: Soy amigo de tus padres - dijo mirando la tienda.
Ichirota: crees que por ser amigo de mis padres te dejare estar cerca de mi hija - sentenció de una vez haciendo fruncir el ceño del doncel.
¿?: También lleva mi sangre...no necesito una prueba de paternidad para saberlo, es idéntica a mis otros hijos y a mi - se acercó para enfrentarlo.
Ichirota: piensas que solo por eso puedo dejar que un hombre tan asqueroso como tú y sin escrúpulos este al lado de mi hija. Engañaste a tu esposa conmigo. No sé quién mierdas eres pero te diré algo cerca de mi hija no te quiero.
¿?: ja crees que podrás conseguir algo con esa actitud - estaba perdiendo la paciencia - puedo quitarte a nuestra hija, no me desafies no pienses que por ser el hijo de los kazemaru me detendré. Soy el padre y tengo mis derechos - con aquellas palabras el doncel solo pudo mirarlo de manera asesina. Este se dió la vuelta y tomando el pomo de la puerta para salir se giró para mirarlo fijamente - Soy Satoru Endo - con aquellas palabras el doncel sintió su mundo caer en picada.
ESTÁS LEYENDO
Reencarne en el libro amores robados
FanficDoctor:Felicidades usted está esperando un bebé - sentencia el médico observando los resultados en sus manos con una sonrisa. Aquello había sido como un baño de agua fría para el pobre doncel. Más mierda para el saco pensaba el. Hace unas semanas ha...