Narrador
En la habitación de hospital la mujer de cabellos azules claros estaba débil, muriéndose tenia la esperanza de aunque sea poder volver ha ver a su hermano menor, era lo más importante para ella. Sus padres le habían dicho que no se preocupara, que estuviera relajada, pero la verdad era que se había resignado a morir sin poder estar con tatsu y con su hermano.
Hace tres años había comenzado una relación con el general, no sabía el porqué este le correspondía, o si era por lástima, sea cual fuera el motivo estaba feliz a su lado.
Fue maravilloso su corazón estaba dichoso solo por el, su salud había mostrado una mejoría, o eso les había hecho creer a todos, porque estaba cansada de ser siempre la que todos comparecen. La primera vez que su vómito fue sangre supo que todo estaba llegando a su fin, y sin pensarlo rompió con su tatsu el cual para su sorpresa la había besado.
Tatsu: te amo...más de lo que imaginas - fueron las palabras rotas de ese hombre frío, en cual lloro en sus brazos ese día.
Ichiro: porque te amo tengo que dejarte ir...quiero que seas feliz - pidió acariciando su rostro, soltó unas lágrimas amargar con aquella despedida.
Sus padres habían pedido a los chicos que lo buscarán, pero sabía que el orgulloso hombre no iría, muy a pesar de su apariencia su corazón era frágil y buscaba la forma de protegerse de salir herido.
Fue en ese momento que sus ojos se cerraron, y otras lágrimas amargas rodaron por su huesudas mejillas, los recuerdos de ese día invadieron su mente. Fue un descuido lo que había terminado con esta situación.
Todo por su culpa.
Recordaba ese día que salió de la escuela con su hermano menor, sus padres estaban ocupados con unos negocios que habían estado saliendo mal por causa de unos viejos enemigos, su madre le había pedido que tuviera cuidado, pero su hermano había pedido dulces porque un niño del salón había robados los suyos.
Ichiro: ya no llores ichirota - sonrió la niña - tu hermana comprará los mejores dulces para ti - habló con una sonrisa, mientras le pedía al chófer detenerse en una pequeña tienda de dulces.
Ichirota: hermana...quiero dulces de leche - señaló en el pequeño mostrador con una sonrisa. El pequeño doncel de dos coletas sonrió al recibir los dulces. Pero justo en ese momento varios disparos asustaron a los niños.
Ichiro abrazo al menor, y con su poca fuerza lo cargo para ir al auto, pero el chófer estaba tirado en volante, y sus escoltas estaban tirados en el suelo. Unos hombres vestidos de negro los miraban fijamente, se acercaron a los dos niños.
Hombre; suelta a tu hermano - dijo a la niña, pero esta solo se había aferrado a su hermano pequeño con lágrimas en los ojos. - lo siento niña - sin más golpearon brutalmente a la niña, patearon su espalda de forma brusca pero aún así está no lo soltó - vamos niña - a pesar de estar golpeada y llena de sangre no soltó al doncel.
Hombre2: eres una niña muy fuerte - dijo sacando un arma blanca, sin dudarlo clavo en un costado sacando el aire de la niña, cuando perdió la fuerza ejercida en si agarre miro como estos robaban su preciosa carga.
Ichirota: hermana -lloro fuerte al verla caer al suelo, para luego ser brutalmente golpeada por los demás hombres - NO...DEJA - chillo. Ichiro miraba estirando su mano el cómo se llevaban a su hermano. Intento levantarse pero un fuerte dolor en la cabeza llegó.
Luego todo se oscureció.
Ichirota: debí haber recuperado sus dulces...- susurro para derramar sus lágrimas. Un dolor agudo inundó sus pecho haciendo que comenzara a toser, las enfermeras entraron para tratar de calmarla, sus pulmones estaban colapsando.
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Reencarne en el libro amores robados
FanfictionDoctor:Felicidades usted está esperando un bebé - sentencia el médico observando los resultados en sus manos con una sonrisa. Aquello había sido como un baño de agua fría para el pobre doncel. Más mierda para el saco pensaba el. Hace unas semanas ha...