Capítulo 4

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Los señores Holland y sus hijos los Hearts.

Narrador:

Marzo, 1997.

Clary Holland escuchó un llanto y una voz desesperada proveniente desde la habitación de al lado. No quería entrometerse, pero la bebé no había dejado de llorar en todo el día y ya le dolía la cabeza, así que dejo la escoba y buscó a su jefa.

Cuando la encontró casi sintió pena por ella, estaba alterada y en sus brazos estaba la bebé Evangeline llorando.

—¿Todo en orden, señora Hearts?— se atrevió a preguntar Clary.

—No sé qué hacer para que deje de llorar. Su pañal está limpio, ya le di de comer ¡No sé qué más pueda ser!

—¿No serán cólicos?

—¿Cólicos?— repitió Tessa Hearts con incredulidad.

Clary trató de no hacer una expresión demasiado obvia, además no quería faltarle el respeto a su jefa, pero ¿Quién no sabía lo que eran cólicos?

—Señora, cuando un bebé llora y la causante no es ninguna de las opciones anteriores, lo más probable es que sean cólicos, pueda ser por la acumulación de gases o tal vez le dio de comer algo que no debía, aunque de hecho no debería darle nada a parte de leche materna.

—Le di un biberón de agua ¿Eso es malo?— preguntó la pelinegra con preocupación.

—No... no le dé más agua ¿Está bien? Ahora solo debe encargarse de sacarle el aire a la pequeña.

—¿Cómo hago eso?

Clary se quitó los guates de hule y los guardó en su delantal de limpieza y se acercó hacia la señora Hearts y su hija.

—¿Puedo?— pregunto extendiendo los brazos, Tessa no dudo en darle a su hija al instante. La rubia colocó el pecho de Evangeline en su hombro y comenzó a dar pequeñas palmadas en su espalda.

En eso, la bebe sólo un eructo.

—Así de simple— a Tessa le brillaron los ojos y sonrió... su hija por fin había dejado de llorar.

Tanto ella, como Clary agradecieron internamente.

—¿Quiere intentar?— le ofreció, Tessa negó con algo de miedo, pero Clary le dio una mala mirada y al final terminó aceptando.

Hizo lo mismo que la rubia y al rato Evangeline soltó otro eructo, y su madre nunca antes había estado tan feliz de escuchar ese ruido grotesco.

—¡Lo hice!— chilló emocionada— Muchas gracias, si no hubiera sido por ti, Evangeline seguiría llorando.

—No hay de que, solo procure no alterarse tanto cuando ella llore.

—Suenas como una experta ¿Tienes hijos?— preguntó sin dejar de palmear la espalda del bebe.

—Sí, un varón de 3 meses, se llama Mark— Clary sonrió con orgullo, le gustaba mucho hablar de su hijo.

—Evangeline también tiene 3 meses— su sonrisa se desvaneció un poco— ¿Por qué no estás con tu hijo?

—Debo trabajar para mantenerlo con vida y que no se me muera— fue más como una broma, pero Tessa no se lo tomó de esa forma.

—¿Y quién lo cuida? ¿Y dónde está su padre?

—A veces lo cuida mi vecina y otras veces la abuela de mi esposo, porque él también trabaja... no todas las personas tenemos la suerte de contar con una buena economía.

La reina de las constelaciones (completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora