Capitulo 49

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Fiesta griega.

Narra Mark:

Terminé de preparar el jugo de naranja y llevé la jarra hasta la mesa de afuera, ahí se encontraba Evangeline poniendo los platos con el desayuno, coloqué el jugo en la superficie plana y regresé a la cocina por cubiertos, antes de salir, escuché mi teléfono sonar desde la habitación, así que rápidamente me dirigí hacia el cuarto, fruncí las cejas al ver que era un número desconocido, decidí no ponerle mucho cuidado y puse el aparato en silencio.

Salí de nuevo al lado de la piscina y me senté en la silla frente a la de Evangeline, le entregué sus cubiertos y nos dispusimos a comer el desayuno. Le dije a los de servicio que no era necesario venir por la mañana, mi novia y yo nos hicimos cargo de la comida; preparamos panes tostados con aguacate, jamón y queso panela, también mango en pedacitos, pues Evangeline sabía que me encantaba esa fruta y el jugo de naranja natural.

Un rato más tarde, cuando casi terminábamos de desayunar, el celular de Eva, que ese encontraba en la mesa, comenzó a vibrar y en la pantalla se mostró el nombre de Hans.

Frunció los labios y levantó la mirada para verme.

—¿Qué?— pregunté metiendo un pedazo de mango en mi boca.

—Es Hans. Me da miedo responder.

—¿Por qué?

—¡Porque es Hans!

Solté una risa y negué con la cabeza, Evangeline era la mayor de cuatro hermanos y aun así le tenía miedo a Hans... oh, bueno... pensándolo mejor... es Hans.

—Contestaré yo— tomé el celular y contesté la videollamada, lo primero que vi fueron los fugaces ojos verdes de Hans Elton mevaasesinar Hearts—. ¡Hey!

—¡Fueron años que mi hermana estuvo sufriendo por ti, años, Mark, años y tú decides darte cuenta en tu puta boda! ¡¿Qué carajos?! ¡Eres el idiota más grande que he conocido en mi maldita vida y créeme que conozco a varios idiotas; en primer lugar, está Hunter; en segundo lugar, está Russ; en tercero, está papá, luego obviamente estás tú, pero eres el peor de todos!

—¿Qué tal, cuñado?— pregunté con la voz aguda, totalmente mareado por la explosión de palabras de Hans.

—Bien— jaló aire y se acomodó los rulos, torció un poco el cuello y luego mostró su sonrisa encantadora acompañada de sus hoyuelos— ¿Y tú, Mark?

—Increíble— reí con nerviosismo.

Cuando levanté la mirada vi a Evangeline con el rostro rojo y una mueca de vergüenza, sin mirarme a los ojos, extendió el brazo y abrió la palma de su mano.

—Pásame a mi hermano.

—No lo hagas, Mark, ya te acepté como cuñado y... Evangeline va a denigrarme con palabras irrespetuosas por haberte dicho idiota.

—Mark. Pásame. A. Mi. Hermano. Ya. Mismo.

Yo debía obedecer a mi mujer.

—Lo siento, Hans.

Eva tomó el celular y le dio la mirada más escalofriante del universo a Hans.

La reina de las constelaciones (completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora