La reina de las constelaciones (completa).

Capítulo 53

¿Qué tan poderoso es el amor?

Narra Mark:

Si antes podía sentir la mirada de mis alumnas acechándome en el salón de clases o en la cafetería, ahora podía sentir la mirada de cada estudiante sobre mí.

E incluso la de mis compañeros de trabajo y el bendito conserje.

Al parecer todos estaban sorprendidos de ver al profesor Holland, de filosofía y matemáticas, de regreso a clases, cuando se supondría que tendría dos semanas libres gracias a su luna de miel la cual no existió porque nunca se casó.

Van a comerme vivo.

—Te comerán vivo— Hunter se me cruzó en el pasillo, conectado a mis pensamientos y con una expresión de burla.

—Eres pésimo dando apoyo.

—Estoy aquí para vigilarte, cuñado. Eva me dijo que me quitaba todos los cargos de mi historial si evitaba que cualquier mujer heterosexual que no fuera Melody te hablara.

—Ella no dijo eso— Hunter enarcó una ceja y ladeo la cabeza, por un lado—, bueno, tal vez si lo dijo.

—¿Sabías que mi hermana es secretamente una loca obsesionada y tóxica nivel Chernóbil? Pero si me pones 100 de promedio ella no tendría por qué enterarse que hablaste con otra mujer.

—Por chantajearme tendrás 99.98— puso mala cara ante mi amenaza, que más bien era una broma, Hunter claramente tenía 100 como promedio. A este chico le podría fallar todo menos el cerebro.

—Atrévete y le diré que estuviste de chistosito con tus alumnas.

—Eso es difamación, Hunter

—No podrás culparme de nada si estás muerto y bajo tierra.

Me dio un golpe en el arco de los lentes antes de entrar al salón, solté una pequeña risita y entré también.

Saludé a mis alumnos, quienes, milagrosamente, respondieron a mi saludo como muy pocas veces lo hacían; mi mirada volvió a toparse con la del pelinegro y este articuló un "Vivo, Mark, vivo" con los labios, Melody hizo una mueca y elevó los pulgares, dándome ánimos.

Cuando era momento de iniciar la clase, abrí el libro en la página que correspondía, pero antes de poder decir una sola palabra, ellos se me adelantaron.

—Qué rápido pasaron dos semanas, profesor— comentó Luke, un chico rubio y alto, parte del equipo de soccer.

El salón se llenó de risitas, a excepción de Melody, Hunter y sorprendentemente, Brooke.

—Más rápido de lo que uno cree, joven.

—¿Por qué no nos invitó a la boda, profesor? Hubiera sido un buen tema para un ensayo.

No iba a discutir con ellos ahora mismo, no era esa clase de maestro mala leche que se molestaba por todo, mientras no me falten el respeto, podría tomar esto con calma.

—Puedo darles créditos extra si desean.

—¡Yo acepto! — Chad, otro chico parte del equipo, levantó las manos con entusiasmo, ganándose más risas.

—Claro que aceptas, te hace falta.

Nadie dijo que no podía contraatacar.

—¿A último momento, profesor? — Vivienne, una de las amigas de Brooke apoyo su mentón en la pila de libros sobre la paleta del escritorio y me vio con esos ojitos melosos que solían hacer cuando mi atención era para ellas—, de muy mal gusto ¿eh?