Capítulo 14

322 28 73
                                    

La felicidad de Mark.

Narra Evangeline:
Marzo / 2022

El rubio forcejó para hacerme a un lado, pero se lo impedí, la posición no era para nada cómoda, pero al menos yo estaba mejor que él.

Mis piernas habían apresado su cuello y mis manos capturado sus brazos, tenía la mirada perdida en el techo y la mandíbula apretaba.

De un momento a otro, nos dio la vuelta, caía sobre mi pecho en el ring y él sobre mi trasero, apretando, solté una risita al sentirlo duro.

—Que chica tan problemática eres— juntó mis muñecas sobre mi espalda.

—¿Problemática yo? — me burlé— ese eres tú.

—Al menos gané.

Me soltó, de inmediato me volteé, para darle la cara aún acostada. Mordí mis labios al verlo sobre mí, con el cabello mojado, las mejillas sonrojadas de tanto golpe y los labios entreabiertos por la falta de oxígeno.

—Tu no has ganado nada, Maxi.

—Te he dicho que no me llames de esa forma, carajo. Y sí, yo gané.

—No— reí abriendo las piernas— yo nunca pierdo, Maxi.

Lo atraje de los hombros y lo besé. Maximiliano no se quedó atrás y correspondió el beso, sus manos varoniles viajaron por el interior de mi top, me ayudó a quitármelo y luego hizo lo mismo con los leggins.

Quedando desnuda por completo, bajó la mirada hacia mi sexo.

—¿Entrenas sin ropa interior?

—Solo cuando lo hago contigo.

—¿Hace cuánto esperabas que te follara?

—¿De verdad quieres saberlo, Maxi? — tomé su mano y la llevé hasta ahí abajo, sus dedos acariciaron mis pliegues sin separarlos y suspiré al verlo sonreír, su boca regresó a la mía y hundió sus dedos en mí.

Hasta lo más profundo, logrando poner mi mundo de cabeza, varios gemidos escaparon de mi garganta cuando masajeó mis pechos. Abandonó mis labios y bajó a mi cuello, arqueé la espalda cuando llegué al clímax.

—Max...

Hablé con dificultad, mi pecho subía y bajaba, mis piernas estaban debilitadas.

—Date la vuelta— espetó sacándose la camisa.

"Pero no lo suficiente como para no poder cumplir esa orden."

Aprecié por última vez su tonificado cuerpo e hice lo que dijo. Apoyé las manos y las rodillas en el acolchonado suelo, giré la cabeza para verlo sacarse un condón del bolsillo de su short deportivo.

—¿Siempre que entrenas traes un condón?

—Solo cuando lo hago contigo.

—¿Hace cuánto esperabas para follarme? — repetí sus palabras de hace un rato de manera burlona

—¿De verdad quieres saberlo, Evangeline?

Ahogué un grito al sentirlo hundirse en mí.

—Para ser sinceros— comenzó a penetrarme de manera ruda, tal y como él lo era. Maximiliano era un chico tres años menor que yo, amigo de Zack Storm, el jefe de oficina del departamento donde trabaja ahora acá en Londres— hace mucho.

Presente:

—¿Por qué siempre soy el último en enterarme de las cosas? — expresó molesto el mismísimo Max Jones desde el otro lado de la línea.

La reina de las constelaciones (completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora