Capítulo 20

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Tan dulce como la miel.

Mateo 5:27-28
Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Narra Honee:

Me detuve frente a la iglesia, un enorme cartel capturó mi atención así que tomé unos minutos para analizarlo.

Este decía:

"No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios."

Apreté los labios para no reír.

Con un hermano gay, otro que se la pasa caliente y malhablado, una Evangeline enamorada del hombre de otra mujer, un cuñado como ex ladrón y drogadicto, un Mark medio borracho y una Melody desvirgada buena para ganar apuestas... al menos sé que tendré a mi familia entera en el infierno.

—¿Qué tanto pierdes el tiempo?— cerré los ojos, la voz insoportable del chico me desesperaba. Se acercó a mí y frunció el ceño al leer el cartel.

—¿Crees que me vaya al infierno por mi altar de Lana del Rey?

—Con altar o no, eres el diablo en persona— golpeé su brazo y se quejó como un bebé, no había mucha diferencia entré uno y él.

—¿Tu por qué te irás?

—¿Qué te hace creer que soy igual de perverso que tú?

—Eres avaro.

—¡No es verdad!

—Si lo es.

—¡No!

—Eres tan llorón. Mejor vámonos, estamos perdiendo el tiempo— lo tomé de la mano y lo arrastré conmigo, no dejó de quejarse en todo el camino.

Newt Reece era un fastidio.

¿Y lo peor? Que siempre tenía que hacer trabajos escolares con él como compañero.

A una cuadra de llegar a mi casa, sentí la sensación de que éramos perseguidos por alguien, decidí no voltear a ver y acelerar el paso sin soltar la mano del chico.

—¡Señorita Hearts!— alguien gritó a nuestras espaldas, Newt se detuvo y volteó para ver.

—Te están llamando.

—Ignóralos.

—¿Quiénes son?— jalonee de su brazo y avanzamos. Los llamados no se detuvieron y casi salgo corriendo para evitar toda esa mierda.

Por fin llegamos a mi casa, a cómo pude abrí la puerta y empujé a mi Newt para que entrara primero.

Cerré con seguro y me recosté en ella, respirando con dificultad.

—Quiero contexto.

—No. Vamos a mi habitación.

—¿No?— repitió indignado.

—Rápido, papá no puede verte.

Subimos las escaleras, al estar en mi cuarto por fin pude sentirme segura. Dejé la mochila en la cama y saqué los libros.

Newt estaba parado frente a mí con los brazos cruzados, esperando que le explicara todo lo que acaba de suceder.

—Honee.

—Déjame en paz, quiero hacer la tarea y ya.

—Y yo quiero saber qué pasó allá afuera ¿Eran periodistas? No me digas que tú también tienes un lado criminal como tú hermano.

La reina de las constelaciones (completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora