ᴘᴀʀᴛᴇ xɪx

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–Hola. –dijo sonriente mientras se sentaba a mi lado.

–Hola. –respondí con la misma actitud.

–Perdona si te hice esperar, los chicos no querían dejarme en paz... trataban de convencerme de que fuera con ellos.

–Pero, si quieres ir con los chicos, las lecciones de hoy pueden esperar. –le dije para ser amable pero claro estaba que solo fingía.

–No ¿Qué decís? Tal vez por ti las lecciones esperen... pero yo no quiero esperar. –sonrió ampliamente, eso era justo lo que quería escuchar.

–Bien, entonces no lo harás. –sonreí.

Me observó fijamente por unos segundos.

–Es normal estar nerviosa... –dijo sonriente.

–¿Eh? ¿Qué te hace pensar que lo estoy?

–Se que lo estás, siempre sonríes de esa manera cuando tienes nervios.

–¿De qué manera?

–Algo así. –realizó graciosamente una enorme sonrisa.

–Uhg. –hice una mueca. –¿Así de fea me veo?

–Peor... –dijo.

–¡Oye, me hieres! –exclamé con dramatismo.

–Sólo bromeo... –se levantó del asiento. –Eres preciosa cuando sonríes e igual cuando no lo haces. –me observó tiernamente mientras me extendía su mano para que me levantase.

–Muchas gracias. –dije sonriendo de la misma manera exagerada que él hizo hace unos segundos, provocando que riera.

(...)

Ambos procedimos a caminar a la par y aunque Hobi en la trayectoria hacia el intento de hacerme sentir segura y ahuyentar mis nervios, no lo estaba consiguiendo del todo pues, al llegar a casa estaba hecha un manojo de nervios, aunque intentaba ocultarlo.

Hobi colocó las llaves en su respectivo lugar y se detuvo a observarme, mientras se recostaba en la pared sin decir nada en lo absoluto, yo hacia el intento de evitar su mirada lo más que me fuese posible mientras nerviosamente jugaba con mis manos, él soltó una pequeña risa y se acercó a mí.

–Calma... –dijo con una pequeña sonrisa.

–Estoy calmada. –agregue de manera cortante.

–Aun me hace falta enseñarte un par de cosas, pero iré despacio, tendré cuidado y no te haré daño, no haré que tú primera vez sea algo de lo que te arrepientas... al contrario, será algo que desearas repetir. –dicho esto me condujo hacia las escaleras, abriendo la puerta de su habitación y haciendo que entrara junto a él.

–¿Lección número nueve?

–Es un repaso. –bajó las persianas de la habitación. –Dictado por ti.

–¿Qué?

–Necesito ver qué has aprendido.

–¿De qué manera?

Hobi tomo mi cintura y se dejó caer con cuidado en la cama sobre mí.

–Tomando el control. –sonrió. –No es algo primordial, al menos no conmigo... yo prefiero tener el control en estas cosas, pero por alguna razón las chicas que también suelen tenerlo me resultan sexys y no soy el único en pensar de esa manera.

–Pero... no sé... como. –fui interrumpida.

–Es sencillo, haz lo que creas que debes hacer y no te sientas presionada... yo voy a corresponder a todo lo que hagas. –sonrió. –Pero antes... olvídate de lo que pueda estar haciendo Kok ahora, olvídate de que deberías estar con él en vez de estar aquí conmigo, olvídate de él porque en este momento yo soy solo para ti...

Claro estaba; Hoseok sabía que decir y cuando decirlo para hacer que todos mis remordimientos se esfumaran por completo y poder seguir con esto. Le dedique una pequeña sonrisa y tomé su rostro entre mis manos, él se acercó para hacerlo todo un poco más fácil, nuestros labios se juntaron en un lindo y largo beso, poco a poco este tomaba un poco más de intensidad, haciendo que la necesidad de llevarlo a otro nivel aumentara. Luego y de manera no tan difícil logré dar la vuelta para quedar sobre el.

–Bastante bien. –dijo rozando mis labios para después unirlos nuevamente.

Mis manos bajaron hacia su torso, con el fin de subir su camiseta hasta deshacerme de ella, y así fue, ignorando cada grito de mi conciencia procedí a subir su camiseta, este sonrió ampliamente a tal acto y termino de sacarla por si mismo, dejándola en algún lugar de la habitación, colocó sus manos a los costados de mi cintura observándome fijamente, lo pensé un segundo y saque mi blusa, realizando la misma acción que este hace unos instantes, Hoseok no despego en ningún momento su mirada de mí, lo cual me incómodo un poco y para evitarlo me dedique a besar su cuello, sus manos encontraban acariciando mi espalda delicadamente y no obstante podía sentir su respiración acelerarse un poco más, en cuestión de minutos pude sentir su miembro como piedra contra mi vientre, incluso a través de su pantalón.

–Supongo que ahora sabes bien cuál es mi debilidad. –dijo con la voz un poco más ronca y entre cortada, al darse cuenta que había notado su erección.

–Eres fácil de calentar. –susurré en su oído mientras me acomodaba mejor sobre el.

–soltó un pequeño gemido– Puede que sí, o solo puede que sea porque eres tú quien intenta calentarme...

–reí– Lindo.

Dirigí mis manos hacia la bragueta de su pantalón, desabrochando con un tanto de torpeza el botón y bajando lentamente la bragueta, encontrándome con sus boxers ajustados color rojo, y su amigo luchando por salir de ahí, pero antes de que pudiese hacer algo Hoseok consiguió quedar sobre mi, rápida y audazmente sacando su pantalón.

–De acuerdo... –dijo al notar que estaba desconcertada. –¿Qué tal si ahora nos ponemos a la par?

–¿De qué hablas?

–Me tienes como piedra... es mi turno ahora. –sonrió levemente.

–Pero antes...

–¿Qué?

–¿He aprendido algo?

–rió– Has aprendido tan bien que me encargaré de hacerte saber lo que es llegar a un buen clímax... –susurró.

𝕄𝕪 𝕥𝕣𝕒𝕚𝕟𝕖𝕣 | JHS (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora