ᴘᴀʀᴛᴇ xxxᴠ

12 0 0
                                        


–Hey... –musité separando nuestros labios. –¿Puedes enseñarme algo más?

–Claro. –dijo. –Lo que quieras.

Corrí mi mano por su abdomen hasta llegar a su miembro, posándola sobre este, pudiendo sentir lo endurecido que estaba.

–¿Cómo juego con él?

Dejó escapar una pequeña risa, noté que mordió su labio inferior y procedió a decirme:

–Déjame enseñarte amor.

Se acomodo un poco más recto, en el momento en el que se movió pretendí retirar mi mano de su miembro para bajarme de encima de él, pero este me detuvo.

–No muñeca, justo ahí. –dijo colocando una de sus manos en mi cadera y dirigiendo su mano derecha a posarla sobre la mía.

No dije nada, tan solo asentí. Este sonrió y condujo mi mano despacio con intenciones de hacerla llegar dentro de su bóxer, en ese momento una voz apareció en mi cabeza.

"¿Qué demonios es lo que estás haciendo?"

Pues no lo sé, la verdad. Dejé que las preguntas, advertencias y sermones de mi conciencia sonaran solos, dejar de mortificarme de una vez.

Finalmente introdujo mi mano dentro de su ropa interior y una pequeña y sensual sonrisa se asomó en su rostro en ese momento.

–¿A... Ahora qué? –pregunté.

–No lo sé. –dijo. –Tómalo.

No hice nada ante eso, es decir ¿Qué demonios?

–rió nuevamente. –Claro, soy el instructor déjame guiarte.

Condujo su mano un poco más adentro y finalmente quedó sobre su miembro "oh joder le acabo de tocar el pene a mí mejor amigo" suerte la mía de que las luces estaban apagadas y no podía notar lo rojo que estaba mi rostro en ese momento.

El sacó su mano y bajó su boxer un poco más.

–Tómalo... –dijo.

Esto es sucio, realmente sucio y en mi vida he pensado en hacer algo como esto, pero mis manos estaban sedientas de conocimiento y por primera vez en la vida mi conciencia me dejó en paz. No dije ni una sola y solo lo hice, luego me avergonzaría, pero eso sería mañana, tal vez.

Nuevamente colocó sus manos sobre las mías, me observó un segundo y procedió a hacer "lo suyo". Sus dedos se entrelazaron un poco hacía los míos para sostener mis manos y comenzarlas a mover verticalmente sobre su miembro una y otra vez.

–Así es como se hace.

Luego de unos minutos mis manos inexpertas masajeaban su miembro por sí solas, sus ojos se encontraban entre cerrados, no obstante dejaba salir maldiciones y gemidos, y aquella pícara línea curveada que se asomaba por su rostro no se borraba en ningún momento.

Dejó salir un gruñido y de un momento a otro consiguió quedar sobre mí, se deshizo completamente de su ropa interior, dejándome algo desconcertada.

–¿Qué? –pregunté.

–No quería llegar aún.

Asentí con una leve sonrisa y me sujeté de su cuello, introdujo sus manos por detrás de mí espalda y desabrochó mi brasier, al deshacerse de este sus ojos quedaron fijos unos segundos, y procedió a posar sus labios a un costado de mi cuello, bajando poco a poco hasta llegar a mis pechos, dejé escapar una pequeña risa al sentir contacto de sus labios. Él pareció notarlo, tan solo subió su mirada hacía mí, sonrió y siguió en lo que estaba, plantando pequeños besos desde mis pechos hasta llegar a mi abdomen, mi piel de inmediato se erizaba y escalofríos subían y bajaban por todo mi cuerpo.

–¿Cómo es que nunca me di cuenta de esa pequeña araña que tienes tatuada en tu cintura?

–Es un lunar. –repliqué.

Rió, siempre desde pequeña solía bromear ante mi marca de nacimiento ya que eso me molestaba. Tomo mi braga por ambas ligas y procedió a bajarla despacio. Al dejarme completamente desnuda se apoyó en mi, colocando su mano derecha en la almohada para no dejar caer todo su peso sobre mi cuerpo.

–Lyssna. –susurró contra mi cuello mientras plantaba pequeños besos en este.

–¿Ah? –pregunté estremecida ante el contacto de sus labios.

Se quedó en silencio unos segundos y procedió a decir.

–¿Recuerdas cuando me dijiste que todo esto no era como si fuéramos a hacer el amor o algo así? –preguntó sin parar de besarme.

–Si Hobi, lo recuerdo. –dije un tanto exasperada abrazando mis piernas a su cintura.

–Pues... Esta vez te haré el amor así que olvídalo.

Asentí con mis ojos cerrados sin prestar mucha atención a lo que me había dicho, tal vez no haberle prestado atención y analizar bien a lo que se refería sería una de las más grandes torpezas que he cometido.

𝕄𝕪 𝕥𝕣𝕒𝕚𝕟𝕖𝕣 | JHS (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora