–Ah bueno en ese caso eehm... –dije como pude; evitando hacer contacto visual con sus ojos.
–Tranquila, no hace falta que me digas. –dijo quitando su mano de la puerta y apagando la luz.
–Oh, bien. –pose la mirada al suelo.
–Lyssna... –joder mi nombre si había sonado bien mientras lo pronunciaba de esa manera.
–¿Si?
–¿Ocurre algo? –preguntó este acercándose a mí.
Demonios, por supuesto que ocurría algo. Lo tenía más cerca de lo usual, con una sola prenda cubriendo su cuerpo, observándome, hablando de esa manera y mi novio completamente solo planeando algo para nuestra cita.
–No, no pasa nada. –sonreí.
–¿Segura? –preguntó nuevamente acercándose hasta dejarme contra la pared.
–Aja...
–Estas algo tensa. –dijo haciendo que subiera la mirada.
–Y tú... Estás, algo ehm... Cerca.
–rió. –¿Quieres que me aleje?
–No. –tuve que admitir.
–Pues bien porque no lo haré. –dijo tomando con ambas manos mi cintura.
–¿Qué es lo que estás pretendiendo hacer?
–Dar inicio a las clases.
-Qué manera tan espontánea. –dije rodeando su cuello con mis manos, no podría seguir resistiéndome más.
–Lo sé. –dijo sonriendo un poco y besándome de inmediato.
Mis manos paseaban por su dura y aún húmeda espalda, el bajo sus manos hacia mi trasero haciéndome quedar muy cerca de su cuerpo mojado, en ese momento no me había importado que posará sus manos allí, yo no pretendía alejarme de él ni acabar con el beso. De manera lenta él fue conduciéndome nuevamente hacia la cama, quedando sobre mí y en ese momento ambos nos separamos.
–¿Lista para la lección cuatro? –preguntó con su voz un poco ronca, demonios si continúa con sus voces haré que hable por horas para tan solo oírlo.
–Lista. –asentí.
–Debes conseguir la debilidad... De tu "compañero" –dijo sonriendo.
–¿Cómo puedes saber cuál es la mía?
–Sencillo. –dijo acariciando mis piernas. –Roces en donde sea, en cualquier lado, pero tu debilidad son los roces. –susurró sobre mis labios haciendo que toda mi piel se erizaba. – ¿Te das cuenta? –plantó un fugaz beso en mis labios.
–Eres bueno...
–sonrió. –¿Puedes adivinar cuál es mi punto débil? –arqueó una ceja.
–Mmm... –musité. –El cuello. –dije no muy segura.
–sonrió. –¿Cómo lo sabes?
–Lo mencionaste ayer.
–Si que le has estado prestando atención a esto, pero la verdad el cuello suele ser el punto débil de casi todo el mundo.
–No veo el porqué.
–sonrió nuevamente. –Déjame enseñarte...
En ese momento dirigió sus labios hacia la zona de mi cuello besándolo seguidamente, una corriente recorrió todo mi cuerpo al sentir aquel contacto, sus labios eran tan cálidos y suaves que a cualquiera se le haría fácil estremecerse al tenerlos en contacto con su piel y más aún si la besaba de esa manera tan endemoniadamente deliciosa.
–Hobii... –dije con dificultad.
Este sonrió al oír el tono de mi voz, al parecer notó que aquello había conseguido calentarme un poco.
–¿Si?. –preguntó sin detenerse, si seguía de esa manera yo estaría perdiendo el auto control en cuestión de segundos.
–Basta...
–levantó su mirada. –¿Quieres otro consejo princesa? –preguntó subiendo hacia mis labios. –Jamás pidas que pare. –hizo una pausa. –Es tu turno.
–¿Qué? ¿Mi turno?
Él sonrió con picardía, se levantó de encima de mí, me hizo un gesto con sus manos indicándome que también me levantara de la cama.
–Creo que hay mucha diferencia aquí.
–¿De qué hablas?
–Para tener sexo, necesitas estar desnuda, pero... –lo interrumpí.
–¡No me voy a... –fui interrumpida esta vez.
–Por ahora tan solo en ropa interior Lyss.
La verdad no me sentía nada cómoda con ello, pero si no lo hacía entonces ¿Cuál era el punto de todo esto?
Hice una mueca y a duras penas comencé a sacar mi camiseta, nuevamente él estaba frente a mi observándome sin ninguna expresión en el rostro... Él tan solo observaba, pero esta vez decidí ignorarlo. Al acabar con mi camiseta, más que avergonzada dirigí mis manos a la bragueta de mi falda, pero en ese momento...
–¡No puedo! –exclamé cubriendo mi rostro.
–¿Qué? –preguntó acercándose a mí.
–Esto es vergonzoso, mierda. –dije bajando mi rostro.
–Entiendo, tranquila no te presiones Lyss –dijo posando sus manos en mis hombros. –Pero ¿Qué crees que yo vaya a pensar?
–No lo sé, es solo que esto es un poco incómodo –suspiré.
–Pues tal vez lo sea un poco, pero ten en cuenta que si lo haces no voy a volverme loco y a forzarte a hacer algo para lo que no estés lista, solo trato de enseñarte paso a paso con el fin de que te sientas más cómoda, confía en mí hermosa.
–De acuerdo. –dije desabrochando mi bragueta y sacando mi short, quedando al fin en ropa interior, Hoseok en ningún momento se dedicó a observar pero claro estaba que de igual manera lo haría.
Este tan solo me dedico una gran sonrisa y se dirigió a la cama nuevamente, recostandose en barandal quedando en la posición intermedia de estar sentado y acostado.
–Ven aquí. –ordenó.
Lentamente me acerque quedando a su lado, no tenía ni la menor idea de que estaba pretendiendo el que yo hiciera.
–¿A qué se debe... –fui interrumpida.
–Colócate sobre mi. –dijo.
qυιero αclαrαr qυe lα ɴovelα ɴo eѕ мια, eѕ αdαpтαdα, тodoѕ loѕ derecнoѕ α lα αυтorα orιɢιɴαl❤️
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𝕄𝕪 𝕥𝕣𝕒𝕚𝕟𝕖𝕣 | JHS (Adaptación)
Fanfiction-No te veo emocionada-reprochó esta -¿Por qué he de estarlo? Es solo sexo... ESTÁS ES UNA ADAPTACIÓN HECHA SIN FINES DE LUCRO, DE FANS PARA FANS. Todo los derechos corresponden a su autora original