𝕄𝕪 𝕥𝕣𝕒𝕚𝕟𝕖𝕣 | JHS (Adaptación)

ᴘᴀʀᴛᴇ ʟɪ

LYSNNA:

Iba caminando a casa, sola por completo. Mi sombra ni siquiera me hacía compañía ya que la tarde se había puesto nublada, así que ahí estaba yo... Solitaria y miserable, camino a casa con intenciones de recostarme en mi habitación a pensar en mi mala suerte miles de veces para atormentarme con eso, deprimirme como una estúpida y luego comerme cinco barras de chocolate para subir mi ánimo un poco y para amanecer al siguiente día con asquerosos granos en mi rostro. Tan lindo.

Abrí con pereza la puerta de mi departamento y un olor a excremento de perro inundó mis fosas nasales ¡No era posible que Mickey cagara dentro de mí departamento!

–Perro tonto ¿No podías aguantarte? Sabes que siempre te saco a hacer lo que tengas que hacer cuando llego de la Universidad. –dije hacía la nada, esperando que mi perro me oyera, era patético pensar que me entendería y me respondiera algo como "Oh Lysnna lo siento tanto, es que tenía muchas ganas y no pude aguantarme".

Pensé en la loca idea de que eso fuera posible y limpié el excremento de mi piso con un poco de servilletas que saqué de la cocina, no era tan asqueroso en realidad.

Descartando el tema de las gracias de mi perro, luego de acabar con eso me dirigí hacia mi habitación decidía a ver algunas películas y olvidar todo lo que había sucedido. Después de todo debía terminarle a Kook en algún momento y Hobi, bueno Hobi siempre ha sido Hobi ¿Cómo pude imaginar que yo sería la afortunada que lograría hacerlo pensar con el corazón y no con el pene? Que se yo, alguien en algún lugar del mundo lograra hacerlo, pero solo espero que no sea Ashley.

(...)

–No, maldita sea Liam ¡Bésala! ¡Solo bésala! –exclamé hacía la televisión.

Eran las 7PM y había pasado toda la jodida tarde sentada frente a la TV, comiendo barras de chocolate y gritándole a los actores como hacen los hombres cuando ven un partido de fútbol, como su pudiesen escucharlos. Llovía afuera, llovía bastante fuerte y de una manera casi aterradora, pero amaba que lloviera en las noches de esa manera, no me aterraban los truenos ni los relámpagos, siempre y cuando no se fuera la luz todo estaba perfecto para mí. Se me hacía relajante oír la lluvia estruendosa, ver mis ventanas empañadas de agua y a las personas correr como locas en las calles como si el agua fuera a derretirlos. Amaba la lluvia, la amaba más que el sol y sin duda algunas prefiero despertar y ver un día lluvioso a uno soleado.

Pero el amor por la lluvia se fue cuando la lámpara de mi habitación comenzó a titilar, eso siempre ponía mis pelos de puntas, odiaba quedar a oscuras de noche sola, siempre me hacía la idea de que había un fantasma respirando en mi nuca cuando las luces se apagaban ¿Sonó eso muy gallina? Creo que sí, pero da igual.

Abracé mi almohada y cogí mi celular para alumbrar por si la luz se iba. La pantalla del televisor comenzó a chispear y la bombilla de mi habitación a prender y a apagarse consecutivamente de repente.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

Como si fuera poco escuché un golpe desesperado venir de la puerta de mi departamento ¡Había alguien tocando mi puerta! Me quedé en silencio para asegurarme del ruido y justo cuando creí que eran cosas de mi mente volvió a sonar ¿Quién querría verme? ¿Qué si me encuentro a un mutante de tres cabezas y una sonrisa de tiburón ahí?

Muchas películas de terror, Lysnna.

Tocaban mi puerta de una forma tan insistente que no pude evitarlo. Coloqué mis pies en mis pantuflas.

Cogí una lámpara como defensa por si acaso y caminé hacía la sala, lentamente y con miedo, como una gallina *Kook tenía razón, si soy algo mojigata* al quedar frente a la puerta giré lentamente la manilla y murmuré un débil "ya abro" para que pararan de tocar la puerta. Abrí poco a poco mientras mantenía mis ojos cerrados *lo sé, soy exagerada* y al abrir mis ojos noté que tenía a un Hoseok empapado, sosteniendo algo en su mano derecha y mirándome raro.