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Año: 2018
Ubicacion: Guarida
Fecha y hora: 08/10, 14:21 PM

No pasó ni un segundo antes de que los tres hermanos que se encontraban en la alcantarilla tomaran sus armas, se prepararan con los trajes anti-mosquitos según la solicitud de Leonardo, y corrieran hacia su vehículo, la Tortu-Móvil.

Sin embargo, como siempre, había un inconveniente que los detenía en un momento crucial de sus aventuras. Esta vez, era su padre.

Hace apenas unos segundos, el padre de las cuatro tortugas había regresado de su extenso viaje en busca de sus pertenencias. Claramente, no les mencionó el motivo de su viaje, solo les dijo que saldría y volvería en unas semanas.

—¡Hijos míos! ¿Por qué tanta prisa? ¿Y por qué llevan puestos sus trajes?— exclamó la rata antropomorfica, quien aún sostenía bolsas llenas de objetos que las tortugas inquietas no reconocieron de inmediato —Lo siento, padre, ¡tenemos que irnos!— comentó la tortuga mayor con voz relajada pero notablemente nerviosa.

El padre, con sospechas sobre lo que realmente estaban haciendo sus hijos en ese momento, los interrogó aún más.

—Rojo, ¿a dónde van? Naranja, ¿por qué la prisa? Morado, ¿para qué son los trajes? ¿Van en una misión? ¿Dónde está azul?— Cuestionó sin descanso.

En ese momento, las tortugas hermanas temían lo peor: no llegar a tiempo al rescate. Mikey, buscando con la mirada una forma de convencer a su papá de que los dejara en paz, recordó exitosamente que su padre siempre tenía una obsesión enfermiza por algo que incluso les parecía extraño.

Se acercó lentamente a su hermano de morado y le contó el plan. Mientras tanto, Pops seguía haciéndole preguntas incansablemente a Rapha, quien estaba tan nervioso por la presión del momento que no podía responder ninguna pregunta de su tutor.

—¡Hey, papá!— Mike llamó la atención del padre mayor, quien casi automáticamente le lanzó una mirada fulminante —Ya nos dirán qué demonios ha- — Casi al instante, se detuvo al escuchar cómo la televisión, que ahora estaba encendida, comenzó a reproducir una de sus telenovelas favoritas.

Sin perder tiempo valioso, fue a la sala de proyección donde se estaba reproduciendo su telenovela.

—¿Ves? Funcionó, ¡Ahora vamos!— Donatello agradeció en ese momento que su hermano menor hubiera tenido esa idea, de lo contrario habrían pasado más minutos escuchando a su padre cuestionándolos hasta el alma.

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Ubicación: Edificio abandonado
Hora: 15:21 PM

—¡AAAAHHHH!— Nuestra tortuga de franjas rojas corría lo más rápido que podía de una gran avispa con la que se había encontrado casi una hora antes.

¿Y cómo llegó a eso? En realidad, fue bastante simple.

Al llegar a Nueva Jersey, encontró unos bollos de carne en el suelo que reconocía fácilmente por el color del líquido en su superficie. Claramente, era obra del Chef Cerdo. Además, se parecían a las albóndigas que él y sus hermanos habían comido antes.

Leonardo, siendo un gran investigador intrépido que no se detenía por ningún obstáculo, decidió no esperar y se adentró en busca del villano que posiblemente se encontraba en el lugar. Buscó por los alrededores, pero solo encontraba chatarra y más chatarra, además de cajas sin usar y objetos perdidos de los merodeadores. También notó algunos huesos de pescado provenientes de la pescadería cercana a su posición.

El último lugar que le quedaba por investigar era el edificio cerca del letrero de Nueva Jersey.

Y, como siempre, las cosas terminaban mal si se trataba de Leo. Así fue como terminó siendo perseguido por una avispa gigante dentro de ese edificio abandonado.

—¡ALÉJATE, ALÉJATE! ¡AAAAAH!— Eran los claros gritos de terror de la tortuga que corría por su vida, con el gigantesco animal pisándole los talones.

Gracias a su espada, logró abrir un portal entre unas cajas cercanas que eran suficientes para esconderse, ya que no logró concentrarse lo suficiente para crear un portal fuera del lugar o hacia su hogar. Al pasar por el portal y desaparecer de la vista de la avispa, esta voló buscando a su presa.

—Uff... estuvo cerca— Suspiró aliviado, pero rápidamente alguien le tapó la boca para callarlo y, al mismo tiempo, lo asustó.

—Shhh, ¿quieres que nos atrapen?— Rápidamente reconoció la voz como la del Chef Cerdo, Carne Sofrita. Leo lo miró con una expresión fulminante, protestando para que lo soltara, aunque obviamente no tuvo éxito.

Optó por mirar a su alrededor y se dio cuenta de que no estaban solos. Estaban los hermanos Sando y Repo Mantis (cuyo nombre Leo recordó recientemente). Con la mirada, buscaba saber qué les había sucedido y cómo terminaron allí, lo cual fue entendido por los gemelos crustáceos.

—Resumiendo, el Draxum nos envió a buscar provisiones de ciertos materiales pesados aquí. Y cuando llegamos, nos encontramos con ese bicho gigantesco. Nos atacó como nunca y apenas pudimos escondernos entre estas cajas, que ampliamos como una pared. Aun así, no pudo atacarnos debido a nuestra poderosa coraza— Comentó uno de los hermanos, Carl, mientras el otro, Ben, asentía a lo que su hermano narraba.

—Y como ellos no regresaban a la reunión, me mandaron a buscarlos, así que aproveché para buscar ingredientes especiales para la comida de Sofrita— Continuó Repo, la mantis —Pero esa cosa gigantesca se robó los ingredientes recolectados que tenía, volviéndose incluso más grande—

Leo escuchaba atentamente lo que sus enemigos le contaban. ¿Debería confiar en ellos? ¿O debería esperar a que sus hermanos llegaran a rescatarlo?

Pronto, un estruendo del otro lado de las cajas alertó a los escondidos —Bien, es hora de irnos. Si no escapamos ahora, no saldremos sin un rasguño— Habló el chef, mirando por un agujero en las cajas donde se encontraba la salida.

Los villanos asintieron al plan del chef, pero Leo no se sentía bien al respecto. El animal era rápido y apenas podía correr lo suficiente como para evitar ser atacado —Lamento arruinarles la ilusión, pero ese bicho volador es más rápido que todos nosotros juntos. ¿Tienes alguna distracción?— Cuestionó Leo. Repo le susurró al oído rápidamente una idea de distracción a Sofrita, quien pareció gustarle la idea.

—Tengo un plan, todos júntense— Anunció Leo. Ante las miradas del grupo de villanos ingenuas hacia la tortuga, no dudaron ni dijeron nada en contra al proclamado plan del menor. Aunque en sus cabezas veian al chico como el menos indicado para crear planes en ese momento.

En cuestión de segundos, Leo se unió a la escapada, aunque todavía desconfiaba de ellos, ya que, a pesar de tener sus portales, no podía trabajar con ellos bajo presión.

—Listos... ¡Ya!— A la señal, los hermanos Sando lanzaron algunas cajas en dirección opuesta a la que iban a correr, captando la atención de la avispa que los perseguía. Sin perder tiempo, los cinco presentes corrían hacia la salida de aquel lugar techado.

Pronto, la avispa dejó de prestar atención al primer ruido que llamó su atención y se enfocó en las pisadas que los mutantes dejaban. Ellos se dieron cuenta de eso.

—¿Qué hacemos?— Entró en pánico Leo. No entendía mucho sobre el liderazgo y la organización de sus contrarios, y como plan B, con sus dos espadas en mano, buscaba un lugar tranquilo para poder crear un portal de emergencia. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte golpe en el rostro que lo lanzó contra una pared alejada de la preciada salida.

—Lamento tener que hacerlo, niño Kappa, eras tú o nosotros— Rieron los cuatro villanos, cerrando la única salida que, para Leo, parecía la más segura —¡Maldita sea! ¡Siempre serán villanos, no importa qué!... Oh no...— No pudo reaccionar a tiempo, hasta que la avispa estuvo muy cerca de él, a punto de atacarlo con su aguijón negro.
¿Será este su fin?

Avispa del pasado [TMNT 2012 Y ROTTMNT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora