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Nuestras queridas tortugas del 2012, al poder acostumbrarse a aquella deslumbrante ciudad, se dispusieron a caminar, ya que, al ser ya de noche y a que su vista notara que no había ningún humano cerca, estaban tranquilos caminando

La aparición de la ciudad radiante era su única guía, parecía brillar con cada paso que daban en su dirección. Los hermanos mutantes avanzaban en silencio, sus mentes aparentemente fusionadas en un solo objetivo: encontrarse con sus contrapartes o, de ser posible, localizar el huevo que la gran avispa hubiera dejado.

¿Soy solo yo o siento que hay alguien más aquí?-, dudó Mikey, escudriñando el entorno en busca de esa mirada que su alma parecía percibir en ese momento. —No seas paranoico, Mikey. Eso es trabajo de Donnie, bromeó Rafa, quien le dirigió una mirada burlona y se centró en su próximo objetivo.

Después de unos 30 minutos de silencio en esa caminata, su recorrido fue interrumpido por la mirada angustiada del hermano menor. —Chicos, de verdad... siento que no estamos solos, manifestó con inquietud el más joven de los cuatro. La paranoia de Angelo angustió al líder intrépido, quien examinó el perímetro donde estaban y se habían detenido. —Miguel, en serio, detente. No hay nadie en este lugar. Está desolado, respondió, intentando tranquilizar a su hermano.

La insistencia del de bandana naranja hizo que Rafa, algo irritado por la situación, lanzara sus armas hacia un cubo de basura cercano. Detrás de éste, encontraron a un extraño mutante.

¡Hola chicos!

Saluda a aquel ser más bajo que ellos, con dos grandes paletas que resaltaban en su rostro, además de un cachorro en sus brazos. Claro que eso espantó a las tortugas, que, en formación defensiva, esperaron algún ataque por parte de aquel individuo que apareció.

¡Les dije que nos estaban siguiendo! chilló Mikey. —¡Oh, ¿yo? Amigos, estuve aquí muchísimo tiempo! El animado personaje se acerca a ellos, lo cual alteró a los cuatro, que estaban en modo defensivo. —¡Chicos, soy yo! ¡Tod! Su buen amigo sonríe feliz.

Los chicos estaban bastante indecisos ante la presencia del ser que estaba allí y parecía encontrarse en una situación similar a la suya: un mutante. Pronto, esa indecisión se disiparía ante la insistencia del chico.

¡Hola! ¿Amigos, me están escuchando? Aún con una sonrisa amigable en su rostro. Los cuatro hermanos no sabían qué decir ante esto. Aquella extraña persona les estaba hablando como si se conocieran de toda la vida. —Disculpa, "amigo", pero no somos quienes crees que somos terminó de hablar Rafa al ver que ninguno dirigía la palabra.

Oh claro que si! Deben ser familiares de mis amigos tortugas! Y como familiares, son mis amigos igual Concluyo el capibara, quien al estar a una distancia considerable les miro fijamente —Familiares de tus amigos tortugas?

La conversación para ellos no conducía a ningún lugar, causando estrés a los cuatro presentes, tanto al líder, al furioso como al genio y al divertido. —Escucha, tipo raro, tenemos una misión a la que debemos atender, así que te vas o te haré irte— dijo Rafa, ya enfadado, quien ya no quería estar en presencia de aquel extraño que seguía insistiendo sobre lo de amigos y "familiares tortugas".

Antes de que pudiera reprochar más, Leonardo lo detuvo, pensando que podría ser una buena oportunidad para obtener información sobre este mundo, ya que, como él lo ha dicho, conoce a los que él considera amigos tortugas. —Bien, uhh...— —¡Tod!— —Tod, ¿sabes dónde podríamos encontrar a tus amigos tortugas?—

Ante la pregunta, el chico sonríe con amabilidad. —¡Oh, claro! Aunque la última vez que vi al espadachín fue en mi casa, tal vez estén en su hogar o con su amiga humana. Podría llevarlos si gustan—. La amabilidad que mostraba el chico era irreal en ese punto, como si fuera solo un ser puro que no le importara ver más de lo que debía.

Ante la propuesta, el líder acepta, y claro, dejando al gruñón fanfarronear entre dientes molesto, mientras que Mikey le hacía muchas preguntas a Tod sobre el mundo. —¡¿Quieres decir que pueden salir aunque sea de día?!— Exclamaba sorprendido el menor, quien estaba junto al capibara, y este solo respondía a sus preguntas con naturalidad. —¡Oh, sí! Nueva York es un lugar muy loco, así que es normal encontrar de todo—.

—Hey, Leo— habla en susurro el genio, llamando la atención del líder. —Qué sucede?— replica de la misma manera. —Este universo es muy raro; gracias a las preguntas que Mikey le hace, puedo darme cuenta de que en este mundo es muy diferente a lo que conocemos. Por ejemplo, la iluminación de este lugar es completamente de colores brillantes, mientras que en casa son más oscuros—. —Vaya, Donnie, eso fue algo obvio, ¿no?—

La expresión del genio se tornó molesta ante la respuesta de Leonardo, quien simplemente le devolvía una sonrisa pícara de burla. —Como mencionaba, las discrepancias entre nuestro mundo y este son evidentes. Basándome en lo dicho por "Tod", parece que nuestras contrapartes no comparten nuestra apariencia, lo que me lleva a reflexionar y teorizar que podrían pertenecer a otra especie de tortugas—.

Esta observación captó la atención de Leo. —¿Otras especies de tortugas?— —De las 322 especies que conozco, incluyendo las tortugas de bosque, la tortuga rusa, la tortuga mordedora, la tortuga de orejas amarillas y rojas, la tortuga mapa, la tortuga china de estanque, la tortuga manchada, la tortuga de patas rojas, entre otras, podría mencionar más variedades, pero creo que tu cerebro no podría procesarlo en su totalidad—.

Ante la revelación, esa idea quedó arraigada en las mentes de ambos hermanos. Mientras tanto, el portador de la bandana naranja compartía fascinado con su nuevo amigo Tod.

—¡No puede ser! ¡Este mundo es genial!— Se mostraba aún más asombrado con todo lo que el capibara contaba sobre los yokais y las actividades en Nueva York. —Nosotros solo salimos en las noches. ¿Acaso a los humanos no les interesa nuestra forma? ¿No les asusta?— —Oh, no, Nueva York es el lugar donde nadie te mira y te ignora. Aunque a mis amigas tortugas les gusta disfrazarse también— Tod no le daba demasiada importancia a la situación, aunque le parecía curioso que hubiera más tortugas mutantes.

—¡Oh, tengo tantas preguntas para mi otro yo!— —¡Mikey! ¡Silencio!— Rapha se molestó con él. —¿Crees que entenderá eso? Oh dios, es un tonto— —¡Hey! Te he escuchado, jovencito— respondió, ofendido ante lo dicho por la otra tortuga.

—Este individuo apenas tiene conocimiento sobre nosotros. ¿Quién nos asegura que no trabaja con Destructor o el Krang?— —¿Destructor? Ah, debes referirte a ese tipo grande. Ya no está presente— Esto provocó escepticismo en los chicos.


¿Cómo que Destructor ya no está?

Avispa del pasado [TMNT 2012 Y ROTTMNT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora