—¡KAWABONGA!— Fue justo a tiempo en que los hermanos de Leo aparecieron con sus trajes y armas místicas, causando suficiente conmoción para distraer a la gigante avispa y permitir que Leonardo corriera rápidamente en otra dirección —¡Cuidado, chicos! ¡Esa criatura es muy veloz!—
Y como un rayo que atraviesa sin previo aviso, la avispa se lanzó al ataque.
Las tortugas recién llegadas se separaron para atacar al gigantesco animal desde sus costados, con Raphael en el frente y Michelangelo y Donatello a los lados —¡Ven aquí, cosa extraña!— Gritó el mayor de color rojo, con sus manos imbuidas de poder místico. Sin demora, le propinó un golpe en el rostro a la avispa, quien se tambaleó en el aire tratando de mantener el equilibrio. Ese fue el momento indicado para que los otros dos hermanos, combinando sus habilidades, lograran enlazar al animal con la cadena de Michelangelo, impidiéndole volar.
Leonardo, quien se encontraba nuevamente entre las cajas, los miró con alegría al verlos en el lugar. Pensó que había llegado su fin.
No tardó en salir corriendo nuevamente, pero esta vez se dirigió a abrazar al hermano mayor, quien no se esperaba esa muestra de afecto en ese momento.
—¡Raphie! ¡Pensé que nunca llegarían!— Entre las expresiones faciales de Leonardo de color azul, se podía notar cierta exageración, ya que apretaba cada vez más el abrazo —¿Por qué tardaron tanto?— Miró a su hermano con cierta molestia, aunque también se notaba lo agradecido que estaba por su llegada.
Donatello, quien seguía sujetando la cadena junto a Michelangelo, no tardó en responder —Asegúrate de escribir mejor la próxima vez, "Nardo"— Aquello ofendió un poco la dignidad de Leonardo —¿Mejor? ¡Me ofendes!—
Hizo una pequeña mueca hacia su gemelo, aunque estaba claro que ambos estaban agradecidos, uno por la llegada de los demás y los otros por verlo bien.
—¡Donnie!— El grito de la tortuga de color naranja llamó la atención de los tres hermanos, quienes notaron cómo la avispa se movía bruscamente, buscando una salida de las cadenas que le impedían volar.
Los cuatro hermanos adoptaron sus posiciones de batalla, con Leonardo y Raphael juntos, y Michelangelo y Donatello sujetando la cadena. En un giro inesperado, la cadena comenzó a ceder debido a los movimientos desesperados de la avispa. Por la fricción generada por la cadena, las dos tortugas que la sujetaban fueron lanzadas hacia los extremos opuestos del lugar.
—¡Donnie! ¡Mikey!— Leonardo corrió casi de inmediato hacia el primero mencionado, mientras que Raphael se apresuraba hacia el más joven. Era evidente que la preocupación de Leonardo por su gemelo era abrumadora, ya que lo primero que hizo fue protegerlo entre las cajas caídas para revisar si había sufrido algún daño en su caparazón —¿No te duele nada?— Preguntó, observando cómo Donatello se recuperaba sentado en su lugar —No, nada... Solo un golpe en la cabeza, pero estaré bien—
Al saber que su hermano estaba bien, Leonardo se apartó para observar cómo la avispa, que casi había logrado liberarse por completo de la cadena, volaba por encima de sus cabezas en busca de una nueva víctima.
Raphael y Michelangelo estaban preparados para atacar a la criatura voladora, pero se detuvieron rápidamente al ver cómo la avispa los miraba fijamente, confundiéndolos instantáneamente. ¿Por qué una avispa gigante se tomaría el tiempo para mirarlos si antes solo quería lastimarlos?
Esa duda desapareció cuando la avispa voló rápidamente en su dirección. Si no hubieran reaccionado al instante y se hubieran apartado, habrían sufrido picaduras graves del aguijón gigante o golpes de la cadena que aún estaba atada a él.
—¡Chicos!— Leonardo, con su espada, creó rápidamente un portal y se adentró en él, llegando a una zona con cajas más pequeñas. Lanzó numerosas cajas a través de otro portal cercano a la avispa, lo que hizo que las cajas que había lanzado anteriormente cayeran sobre el animal volador, enfureciéndolo —¡Es ahora o nunca! ¡Mad Dogs, al ataque!—
Era evidente para las tortugas que era el momento perfecto para atacar. Con la señal dada, se abalanzaron al mismo tiempo hacia la avispa. Sin embargo, su ataque no tuvo el efecto esperado. La avispa se giró rápidamente y golpeó a cada uno de ellos, excepto a Donatello, quien desafortunadamente recibió un golpe de la cadena antes de que siquiera lo tocaran.
Leonardo fue arrojado junto a Donatello, ambos chocando contra columnas de concreto. Raphael chocó contra una pared, quedando medio inconsciente debido a un fuerte golpe en la cabeza, y Michelangelo cayó entre las cajas, sufriendo solo raspaduras leves en su caparazón.
En ese momento, en un instante simple, Leonardo vio el tiempo desacelerarse.
Donatello herido a su lado, con una marca notoria de la cadena en su brazo, plastrón y parte de su pierna. Michelangelo levantándose entre las cajas en busca de sus armas. Raphael tocándose la cabeza con una clara mueca de dolor. Y la avispa dirigiéndose hacia él y su gemelo.
Su primer pensamiento al ver cómo la avispa se acercaba fue proteger a su gemelo de caparazón blando. Rápidamente, se colocó frente a él y sintió cómo el aguijón de la avispa se clavaba en su brazo, casi atravesándolo debido a su tamaño —¡Leo!— Gritó Donatello en estado de shock, viendo cómo el brazo de su hermano sangraba por la picadura.
Raphael, que apenas se estaba levantando, se dio cuenta de que la avispa estaba cerca y corrió hacia ella sin importarle el latido de su cabeza, golpeándola y alejándola de ellos, aunque el aguijón quedó incrustado en el brazo de la tortuga de orejas rojas —Dios mío, Leo, ¿estás bien?- Dijo... No lo estás— Apenas terminó de decirlo, el de bandana roja expresó su preocupación, pero Donatello salió de su estado de shock —¡Ay, ay, ay! ¡No lo toques!— Se quejó Leonardo, aunque nadie lo estaba tocando realmente.
Michelangelo, que acababa de recuperar sus armas, observó el caos que se estaba desencadenando —¿Te picó esa cosa?— Gritó en un chillido el menor, quien al ver a la avispa en el suelo sin moverse, supuso que su hermano la había golpeado tan fuerte que la había dejado noqueada —Debemos llevarlo a la guarida de inmediato para tratar su herida, bueno, a todos— Dijo Donatello, quien se levantó para examinar a sus hermanos detenidamente.
Mientras eso sucedía, Leonardo se sentía algo mareado y pensó que era solo por el aguijón que aún estaba en su brazo. Sin embargo, notó algo extraño en una de las cajas y se acercó lentamente para ver —Uh, chicos, hay algo extraño en esta caja— Tomó la caja con cuidado para no lastimarse aún más el brazo.
Al acercar la caja a sus hermanos, notaron que era un huevo, uno muy extraño —Nunca había visto un huevo así— Admitió la tortuga inteligente —¿No será del bicho? ¡Tal vez sea la madre de este huevo!— Respondió Michelangelo con una sonrisa, aunque a Donatello y Raphael claramente no les gustó la idea —Si ese es el caso, sería mejor deshacernos de él— Dijo Donatello antes de que pudiera tomar la caja. Sin embargo, Leonardo se apartó rápidamente —¡No! D-digo... ¿No sería mejor experimentar con él? Podríamos aprender más sobre este huevo— Aquello sorprendió al mayor, quien estaba a punto de expresar su oposición, pero fue interrumpido por el genio —Tienes razón. Podría experimentar con el huevo para obtener más información sobre él—
ESTÁS LEYENDO
Avispa del pasado [TMNT 2012 Y ROTTMNT]
FanfictionLuego que nuestras tortugas del 2012 hubieran acabado con la plaga que han causado las grandes avispas Parasitica, pudieron relajarse de no ser nuevamente infectados, pero no tuvieron la suerte que una de las avispas estaba rondando en su alcantaril...