Capitulo 17

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Depredador.

Tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos.






-i¿Ella y tú qué?! -gritó histérica Irene al otro lado de la línea.

-Estamos juntas... -dije dudando de mis propias palabras.

Lisa se había ido hace casi dos horas de mi casa y yo aún no podía creer lo que había pasado. Me había dicho las palabras más dulces y su mirada me había matado de la ternura. Además parecía tan sincera, ella en verdad estaba arrepentida de lo que pasó con Nancy y hasta me había pedido disculpas. Hasta el momento en qué me preguntó si quería estar con ella, me di cuenta de cuanto anhelaba que preguntara aquello. Había sido tan linda, contrastando tanto con la actitud a la que estaba acostumbrada en ella.

-¿Juntas? Quieres decir que son... ¿novias?

-Sí.

-Y, ¿qué pasó con eso de que la odiabas?

-¡No sé, estoy tan confundida!

Irene soltó una carcajada y después me explicó que tenía muchísima tarea así que debía colgar ya. Yo me levanté y me arreglé para dormir, no pude evitar notar que Lisa aún no había llegado; así como tampoco pude evitar ponerme nerviosa por el mañana, no sabía que pasaría mañana, cómo se comportaría Lisa y temía profundamente haber imaginado los acontecimientos de hoy.

*****

No los había imaginado. Lo supe con exactitud cuando vi a Lisa acercarse a mi casillero sonriente. Rosé había dejado de hablar y la observaba con la boca abierta, al igual que todos, Lisa no era precisamente conocida por ser una persona sonriente. Iba vestida con un  pantalón gris que se le veía grande y una enorme playera negra ¡alfin con mangas! Llevaba un gorro gris obscuro tejido que se pegaba a su cabeza y ocultaba su flequillo, unos tenis adidas grandes negros y una cadena delgada colgaba de su cuello.

Se detuvo justo frente a mí y agachó su cabeza hasta quedar al nivel de la mía; después me besó. Frente a todos; su mano cubriendo mi mejilla, sus ojos cerrados, lento y suave; frente a todos. Y cuando se separó yo no pude hacer otra cosa más que sonreír como idiota. Ella me devolvió la sonrisa y todos retrocedieron, incluso Rosé que estaba justo a mi lado, sabía que yo debía hacer lo mismo, pues esa era la sonrisa de un depredador, pero me quedé ahí, plantada frente a ella.

-Hola. -dije medio ida aún.

-Hey. -respondió con voz profunda.

-¿Y el gorro? -pregunté pues nunca la había visto con ningún accesorio, aparte de cadenas.

-Hace un frío de cojones. ¿Por qué no entramos en calor? -dijo juguetona.

Sentí mis mejillas enrojecer.

-¡Lisa! Van a escucharte. -susurré avergonzada.

-¿Y qué? Eres mi novia, puedo entrar en calor contigo cuantas veces quiera. -dijo en voz alta, demasiado alta.

Escuché como Rosé soltó el aire de golpe.

Pero yo estaba demasiado feliz por el hecho de que lo había dicho en voz alta, para que todos lo supieran, como para importarme lo que Rosé pudiera pensar en este momento, después tendría que darle explicaciones, ahora lo disfrutaría.

Lisa volvió a besarme, esta vez me tomó por sorpresa y fue un poco brusco, pero mentiría si dijera que me importó. Después bajó la mano al bolsillo trasero de mi pantalón y ahí sí estuve a punto de ponerle un alto, pero sentí como sacaba mi celular y me relajé.

Lisa hizo algo en mi celular, no vi bien qué, pero después de unos minutos me lo devolvió y sonrió.

-¿Vas en el 1B2, verdad? -preguntó.

BAD (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora