Capitulo 13

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This is all I know


En su mirada conocí el verdadero significado del miedo, del terror.





Lisa's POV.

Jennie era idiota. La había estado observando desde la primera clase y ella no se había dado cuenta, había faltado a mis clases sólo para vigilarla, para saber como se comportaba. Había tropezado dos veces, cinco chicas la habían asustado y la habían ofendido, a lo que ella sólo respondió con una cara llena de miedo. Otros tres tipos la habían molestado con frases obscenas, y ella sólo los había esquivado, aunque me pude percatar de su miedo.

Y ahora mismo, Johnny Suh la tenía contra los casilleros, jalaba su cabello y la besaba a la fuerza. Al principio, ella gritó, pero nadie fue en su rescate, casi todos se habían ido, incluso su amiga. Sólo quedábamos nosotros tres, aunque ninguno de ellos se había percatado de mi presencia. Esperé unos momentos, quería ver qué era lo que haría, cómo se defendería, pero sólo lloraba. Observé un poco más, hasta que ese maricón acarició sus tetas. ¿Por qué le permitía tocarla y a mí no? ¿Por qué coño no hacía nada? ¿Por qué mierda sólo lloraba? Entonces, me enfurecí.

Corrí hacia ellos y lo aparte de ella de un salvaje jalón. Él no se lo esperó así que cayó al suelo y yo aproveché para lanzarme sobre él y estrellar mi puño sobre su cara.

¡Hijo de puta, había tocado lo que era mío! Y pagaría por ello.

No sé cuántos puñetazos le di, no sé cuánto tiempo estuve golpeandolo, ignoro en qué momento empezó a sangrar. Tampoco sé desde cuándo estaba inconciente.

Su asquerosa sangre había manchado el mármol viejo del suelo, mi playera blanca y mis puños, incluso parte de mis brazos. Nada me importaba, lo mataría.

-¡Lisa para! -escuché que alguien gritó.

Pero lo estaba disfrutando demasiado, nada ni nadie me detendría, porque esto es todo lo que conozco, esto es lo que soy.

-¡Lisa, por favor! ¡Lo vas a matar! -gritó la misma voz, llena de desesperación. Tal vez si hubiera puesto un poco de atención me habría dado cuenta del llanto que cubría aquella voz.

Levanté la cabeza del hijo de puta y la estrellé contra el suelo, iba a hacerlo por segunda vez cuando sentí un pequeño par de manos jalando mis brazos. Me levanté en seguida, dispuesto a destruir a quien quiera que haya intentado detenerme, tomé las pequeñas manos con fuerza, era Jennie, y pronto recordé cómo había empezado todo, recordé porqué había golpeado a Johnny con tal brutalidad. Y volví a enfurecerme.

-¡¿Por qué mierda no hiciste nada?! -estallé contra ella. -¡Eres tan puta como todas! ¡¿Por qué dejaste que te tocara?! ¡¿Por qué mierda permitiste que te besara?!

Ella se encogió y lloró más, estaba demasiado furiosa como para fijarme en lo hermosa que se veía.

-¡Deja de llorar! ¡Ya cállate! ¡Siempre que te veo estás llorando! ¡Eres débil! ¡No durarás ni un mes aquí! ¡Te matarán! ¡Debería matarte ahora mismo! -ella gritó aterrada e intentó correr, pero yo tomé su brazo y la detuve.

Lloraba y lloraba y lloraba. La odiaba. ¿Por qué conmigo sí intentaba huir? ¿Por qué intentaba correr lejos de mí y de él no? Era una perra, yo era mejor que él.

Levanté mi mano, dispuesta a golpearla en la mejilla, estaba harta de sus lloriqueos y si no se callaba sola, entonces yo la callaría.

Cuando vio mi mano en el aire y la determinación de golpearla en mi mirada, se detuvo en seco. Me observó con los ojos muy abiertos y en su mirada conocí el verdadero significado del miedo, del terror.

Bajé mi mano en seguida. Nunca había tenido los suficientes escrúpulos como para sentirme mal por golpear a una mujer débil, pero esto iba más allá de mi capacidad, ella me miró como si fuera un monstruo, y tal vez lo soy, pero odiaba la idea de que los demás se dieran cuenta. En realidad, odiaba la idea de que ella se diera cuenta.

-Si vuelvo a ver que alguien te hace daño y tú no haces nada, te mataré, Jennie. -dije con voz lúgubre.

Y abandoné el recinto.

*****

Fui directo a mi casa, tenía que quitarme la sangre de los brazos y cambiar mi ropa. Tardé un buen rato en la regadera, quitar sangre era de las cosas más difíciles en el mundo.

Cuando salí por fin me recosté en mi cama y caí dormida, estaba agotada.

****
Llegué a mi tercera clase media hora después de haber dado inicio, aún tenía sueño. El profesor no dijo nada y todos bajaron la mirada hasta que llegué a mi asiento, junto a Jisoo.

Bostecé y sentí su mirada en mí, pero no dijo nada. La clase terminó minutos después y era hora del descanso.

Salí rápidamente con Jisoo pisando mis talones. Fui directo al casillero de Jennie y la encontré con su amiga rubia. No sé exactamente para qué había ido ahí, tal vez tenía ganas de molestarla. Su amiga me vio, le dijo algo y me señaló "discretamente", Jennie miró hacia mi dirección y se estremeció.

Genial, entonces, ¿la rescato de una posible violación y ella me teme?

Ella era idiota y punto.

La gente alrededor agachaba la cabeza y murmuraban en voz baja. Ya se había corrido el chisme de la paliza que le había propinado al imbécil de Johnny y de cuánto tiempo tardó en volver a estar consciente. Habían hecho teorías de porqué lo había golpeado, algunas cerca de la realidad, otras completamente alejadas.

Como quiera, todos sospechaban que entre Jennie y yo pasaba algo, creían que yo me interesaba por ella. En realidad me interesaba sólo en follarla, como a todas, pero los estudiantes son muy románticos y les gustaba adornar las cosas.

Aunque debía reconocer que Jennie me provocaba algo que ninguna chica jamás había hecho. Posesividad. Ayer me lo demostré al perder los estribos sólo por ver que alguien más la tocaba, cuando Nancy la agredió también me había mostrado posesiva, y cuando vi a Harry cerca de ella, lo amenacé de muerte.

En resumen, no soportaba que nadie más que yo la tocara, lastimara o hablara con ella. Era mía, era mi pequeño juguete, mi pequeña mascota.

Y se lo pondría claro a todos. Les pondría claro que nadie podía lastimarla o tocarla, excepto yo.

Me acerqué a ella y la jalé hacia mí, la besé, con fiereza, duramente. Ella se resistió al principio, pero después siguió mi beso. Me encantaba que siempre siguiera mis besos, se sometía por completo a mí.

Escuché los grititos furiosos de las chicas y los gruñidos de los chicos. Cuando al fin me separé sus labios estaban hinchandos y muy rojos. Se veía preciosa.

Me acerqué a su oreja y susurré:

-Ni creas que ya no estoy molesta. -la sentí estremecerse -Ahora, ve a comer algo.

Y como hipnotizada me obedeció en seguida, tomó a la rubia del brazo y dio la media vuelta, lo que aproveché para darle una nalgada, una buena nalgada, fuerte. Ese simple gesto posesivo la marcaba como mía, así de primitivos somos por aquí. La había marcado como mi territorio, y nadie se metía en territorio de la Cobra......a menos que deseara morir.







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BAD (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora