Capitulo 18

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Crucigrama



La Cobra estaba apunto de salir.



-¿Qué hacemos aquí? -pregunté sin entender por qué Lisa me había traído a lo que parecía un claro abandonado y con el pasto seco y amarillento.

Era viernes al fin y Lisa me había dicho que debía avisarle a mi padre que iría con ella a otro lugar después de la escuela. Por supuesto, no le había dicho eso, según mi padre yo estaba en casa de Rosé estudiando lo que habían visto antes de mi llegada.

Cuando sonó la última campana de clases Lisa me llamó por celular y me pidió que la viera en la salida, yo no pude evitar sentirme completamente emocionada ante la idea de ir a nuestra primera cita juntas, como novias, en realidad era nuestra primer cita en todos los sentidos, lo que lo hacía aún más emocionante.

Me alegré cuando note que no planeaba llevarme en motocicleta, pues su tosco medio de transporte me aterraba; pero todo el alivio se fue al caño cuando note que no llevaba ningún otro vehículo, nada, planeaba llevarme caminando al restaurante elegante que había imaginado la noche anterior, porque... planeaba llevarme a un restaurante elegante. ; no?

No.

Habíamos caminado alrededor de quince minutos hacia un lugar que parecía abandonado, era una especie de claro con muchos árboles, aunque seco totalmente, supongo que con un buen cuidado sería un lugar hermoso, pero no lo estaba y resultaba feo y un poco aterrador, tenía una especie de aura que no me gustaba. Además de que estaba completamente solo y hacía unos metros (demasiados) había dejado de ver cualquier tipo de señal humana.

Lisa sonrió y me estremecí de miedo, aunque también de admiración, era tan guapa.

Llevaba puesto un pantalón mom jean, era azul de mezclilla y tenía rota la parte de la rodilla derecha; llevaba una playera enorme negra y con un estampado de una banda roja, AC/DC.


Lisa se sentó en el pasto seco y me hizo una seña para que me uniera a ella. Me senté lentamente a su lado y ella me jaló de inmediato, levantándome y colocándome sobre su regazo.

Yo llevaba puesta una blusa de olanes, rosa pastel. Lisa tomó el último olán y lo revolvió entre sus dedos. Se acercó a mi oreja y susurró:

-¿Tienes idea de las ganas que he tenido de quitarte esta maldita blusa en todo el día? -preguntó con voz rasposa y yo fruncí el ceño.

Lisa bajó sus labios a mi cuello y comenzó a besarlo. Su mano intentó levantar mi blusa poco a poco y yo la detuve.

-¿Qué haces? -pregunté confundida y un poco ofendida.

Lisa pareció notar mi problema y quiso contestar como si fuera normal.

-Eres mi novia...

-Sí, pero creo que vas muy rápido.

-¿Rápido?

-Sí, Dios Lisa. No llevamos ni una semana. Además debemos conocernos antes.

Lisa entorno los ojos y supo que yo no cedería.

Sí, Lisa me encantaba, pero no estaba dispuesta a hacer nada con ella, por mucho que se molestara. Aún no lo conocía ni ella a mí. Me molestó saber que ella era capaz de acostarse con una chica sin conocerla de verdad.

Vi sus ganas de mandarme a la mierda, vi sus ganas de dejarme ahí, botada, sola, pero al final vi una pequeña decisión en sus ojos, como si decidiera que valdría la pena quedarse  a mi lado era una decisión malvada y no sabía por qué.

BAD (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora