Capitulo 50

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-El nombre que elegí para los chicos que Susurraron fue: los Condenados, Lisa se refiere a ellos como: Condenado o Condenada. Están Condenados a serle leal a ella y al Susurro.-


Exterminio.



"Y si los perros están enjaulados, yo los liberaré."




LALISA'S POV

Tuvieron que tomarme entre los cinco para lograr sacarme de la casa de Jennie.

Grité hasta que sentí mi garganta desgarrarse. Solté patadas hasta que me esposaron también los tobillos. Tiré cabezazos hasta que sentí mi frente abrirse y la sangre nubló mi visión.

Me subieron al asiento trasero de la patrulla y el camino de ahí a la estación de policías en el centro de Bradford fue el más largo de mi vida, el más brutal; fue abrumador. Miraba por la ventana de la patrulla, tan conmocionada, tan fuera de mí que había incluso dejado de luchar.

Había al menos unas cincuenta camionetas grandes de la policía, de las que tienen la parte trasera rodeada de rejas y donde caben al menos quince personas; la mayoría estaban llenas.

Cerré los ojos un momento pero seguí escuchando los gritos.

Estaban capturando a todos, a todos. Y no dije 'arrestando' porque eso no era lo que estaban haciendo, nos estaban capturando.

Niñas, niños, bebés, adolescentes, mujeres, hombres, ancianos, todos. Todos corrían, todos huían, todos gritaban, la mayoría lloraba, todos eran perseguidos por los "policías".

Comprendí enseguida lo que querían; querían sacarnos. Todos los que habían rechazado el dinero que les habían ofrecido para irse, ahora estaban siendo sacados a la fuerza, desalojados. Querían limpiar su nuevo hogar, porque era obvio que los riquillos no tolerarían tener a patéticos niños con hambre en cada esquina, o a prostitutas sidosas en la carretera; nosotros éramos como una mancha en la pared, algo que había que limpiar.

Suga había obedecido mis ordenes, había convocado a todos los Condenados, los que seguían libres intentaban luchar, defender a los demás, éramos demasiados pero ninguno esperaba el allanamiento de los oficiales a Bradford, no tan pronto, no tantos, pero sobre todo, no tan decididos a atraparnos a todos. Definitivamente tenían el factor sorpresa de su lado, y les dio ventaja.

No sabía si había sido simple coincidencia que el mismo día en que yo me había dado cuenta de los planes del padre de Jennie ellos pensaran en sacarnos de ahí, o si había sido una medida desesperada y apresurada al darse cuenta de que yo ya sabía lo que planeaban.

De cualquier manera, mirara a donde mirara, veía lo mismo; los Condenados, sobresaltados, sorprendidos, golpeando, atacando, defendiéndose, corriendo, gritando, siendo perseguidos y... siendo capturados.

Los Condenados intentaban luchar, intentaban huir, intentaban todo, pero en cuanto los capturaban, los oficiales los lanzaban al suelo y los cateaban de pies a cabeza, los desarmaban y los aventaban al interior de la parte trasera de las camionetas ya medio llenas.

Solté una carcajada, parecían ganado. Los oficiales me miraron con las cejas levantadas, como si estuviera loca, yo les sonreí; aún no daba crédito a lo que estaba pasando, parecía irreal, me sentía parte de una broma.

Me llevaron al centro de Bradford, donde estaba la patética excusa de "estación policial", miré divertida la pared donde había un enorme graffiti de una Cobra y fruncí el ceño, la pared estaba blanca, blanca por completo. Apreté la mandíbula cuando vi el resto de la calle, limpia, el cesped recién podado y ya no estaba aquel olor a mierda al que después de muchos años terminas acostumbrandote.

BAD (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora