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capítulo diecisiete ✦
la verdad detrás de la verdad.

Lo único que se escuchaba era el sonido el abanico de metal pegado al techo, rechinando mientras giraba

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Lo único que se escuchaba era el sonido el abanico de metal pegado al techo, rechinando mientras giraba. Todo había estado muy silencioso desde que la verdad salió a la luz. No le gustaba, pero por como estaban las cosas ahora, era mejor no interferir. Todo estaba muy sensible, se sentía caminando en medio de un campo minado, sin escapatoria.

«Alegría en el sufrimiento. Victoria en la batalla. Luz en la oscuridad. Vida para los muertos. Esto es lo que promete la piedra roja de sangre. Los hombres la honran y la llaman
"la piedra filosofal"».

¿Vidas humanas a cambio de intensificar el poder alquímico? ¿Cómo podrían conciliar su enorme deseo de arreglar sus cuerpos sabiendo cuales eran los horribles costos? ¿Qué podría justificar la exterminación masiva de la vida humana?

Nada.

Exactamente eso. Nada.

—No importa lo cerca que pensemos que está la respuesta... siempre se escapa. — Edward alzó su mano de acero a la nada. — Ya nos ha pasado muchas veces. Y cuando por fin damos con la solución... es como si nos dieran una patada en la cara. — su voz empezó a temblar un poco, tapándose la cara con su brazo. — ¿Vamos a quedarnos con estos cuerpos para siempre...?

—Hermano.

Edward no respondió, simplemente se dio la vuelta en el sillón.

—Creíamos que nuestro deseo se haría realidad cuando tuviéramos la piedra filosofal...

—¡Pero...! ¡Lo conseguiremos, nos esforzaremos más! — la armadura se arrodilló por detrás del respaldo del sillón, mirándolo. — No importa si la gente te llama perro de los militares, o digan que has vendido tu alma a cambio de privilegios... has llegado hasta aquí sin que te importase. Por eso es que lo conseguiremos, hermano.

No imaginaba cómo se estaba sintiendo Edward. Que de un momento a otro sus esperanzas se esfumaran... aquello definitivamente le estaba dando un déjà vu.

Esperaba que se pusiera de pie, igual que siempre lo había hecho. Como el mismo Edward decía, tenía una pierna para poder avanzar, así que tan solo tenía que levantarse, sacudirse el polvo y seguir.

 Como el mismo Edward decía, tenía una pierna para poder avanzar, así que tan solo tenía que levantarse, sacudirse el polvo y seguir

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✓ ALCHEMY, edward elric.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora