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capítulo diecinueve ✦
maestra.

—¡Hermano, es una emergencia! — entró Alphonse bruscamente a la habitación, con ____ en brazos

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—¡Hermano, es una emergencia! — entró Alphonse bruscamente a la habitación, con ____ en brazos.

—¡Esta vez sí nos jodimos...! — exclamó mientras la armadura la bajaba.

Al ver que las personas que los estaban persiguiendo aparecieron nuevamente, se escondió detrás de la armadura. La presión también se le bajó an Edward muy notablemente.

—¿Lo conoces, Ed? — Winry miró al susodicho.

—No puede ser...

Rápidamente fue hacia la ventana y la abrió para lanzarse, pero fue pateado hacia adentro nuevamente, soltó un jadeo ahogado.

—¿A dónde se supone que ibas, Ed? Puedo predecir muy fácil tus acciones.

Una mujer de mediana edad bastante atractiva y aparentemente de aspecto joven con una figura curvilínea pero bien tonificada, se asomó. Piel blanca, pelo negro largo llevado en micro trenzas, ojos oscuros y un tatuaje en el lado izquierdo de la clavícula.

—Maestra... — llamó con voz temblorosa. Oh, ya había entendido todo. Así que ella era la temible maestra de los Elric. Desde que Ed y Al habían roto el tabú, habían evitado desesperadamente a una persona: su maestra de la infancia, Izumi. Y ahí estaba. — ¿Por qué está aquí?

—Ella es...

—Ella fue quien nos enseñó alquimia.

Se alarmó al darse cuenta de que la estaba mirando por detrás de la armadura. Se enderezó y tragó duro aún al estar «protegida».

—¡¿Dónde está Al?!

Alphonse imitó su acción, completamente despavorido. Salió de su escondite y corrió para esconderse nuevamente detrás de Edward, completamente asustada.

—Esta vez no. ____, cúbreme. — el Elric le empujó hacia delante y se refugió detrás de ella.

—¡¿Pero por qué yo?!

—¡Me la debes!

—¡Oh, lo siento! Gracias por traernos hasta este lugar. — se acercó a la armadura, con una sonrisa bastante peligrosa. — ¿Sabes también dónde está Al?

—Bueno... yo soy Alphonse...

—¿En serio? Vaya, vaya... ¿eh? — reaccionó al procesar la información. Alphonse retrocedió cómicamente para escapar, pero fue lanzado bruscamente al suelo antes de que siquiera pudiera empezar a correr. — ¡¿Acaso estabas intentando escapar de mí?! Hemos oído rumores, ¡son unos aprendices estúpidos! ¡Han ido en contra de mis enseñanzas y se han degradado a tal punto, de que ahora son unos perros de los militares!

✓ ALCHEMY, edward elric.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora