✓ ALCHEMY, edward elric.

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capítulo veintidós ✦
❝el profundo bosque de dante.❞

Odiaba esa horripilante sensación, esa que se siente cuando una gran cantidad de información llegaba a su cabeza. Resultaba que ese niño sí era un homúnculo, y que nació de la transmutación humana fallida que Izumi realizó con el cadáver de su hijo muerto.

Eso significaba que había un homúnculo nacido de la transmutación que los Elric habían hecho.

Dios, podría ser cualquiera.

—Me pregunto qué clase de persona será Dante... — dijo Al mientras subían una pendiente, pensativo.

—Según Mason, es una importante farmacéutica de fama mundial.

—Hermano, hay algo que me preocupa. Si los homúnculos son el resultado de una transmutación humana fallida...

—Vamos, chicos. Tenemos que darnos prisa. — y se adelantó.

Al parecer, Alphonse tenía la misma pregunta que ella, y Edward evitaría el tema a toda costa. Estaba en todo su derecho, era comprensible. Después de todo, no podían culparlo o mucho menos obligarlo.

Caminaron durante unos minutos más, hasta que se encontraron con una enorme mansión en medio del bosque. Esa era la casa de la famosa Dante.

—¿Hay alguien ahí? — preguntó Edward, alzando la voz mientras tocaba la puerta.

Una chica de cabello corto, la cual reconoció de inmediato, les abrió la puerta e hizo una reverencia. — Los estábamos esperando. Pasen, Dante los está esperando dentro.

Era demasiado cinismo el pretender que no les conocía.

—¡Tú...! — Edward la señaló con sorpresa. — ¡Lyra!

Ya adentro, ella las guió al lugar de trabajo de la farmacéutica. — Siento mucho aquel incidente.

—¿Qué haces aquí? — preguntó directamente.

—Soy la aprendiz de Dante. Algún día espero ser tan buena alquimista como ella... — dijo mientras subían las escaleras.

Claro, bien, pero eso no explicaba el traje de sirvienta que portaba, como si fuera tan solo otra persona en esa mansión, pero estaba bien.

—¿Dante es alquimista?

—Sí, y todo es gracias a ustedes. — dijo al estar en la cima de las escaleras, tomando sus mejillas aniñadamente. — Ustedes me enseñaron algo muy importante.

—¿No estás un poco... cambiada? — preguntó Edward, dudando cómo continuar.

Lyra se limitó a dejarlos en la habitación donde Dante y se retiró.