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capítulo veintitrés ✦
la primera gran noche.

Se hospedaron en un hotel para pasar la noche ahí y continuar su viaje a Ishval al día siguiente

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Se hospedaron en un hotel para pasar la noche ahí y continuar su viaje a Ishval al día siguiente. Personalmente había notado muy serio a Edward desde que regresó, y no sabía cómo preguntarle el por qué.

¿Siquiera debería hacerlo? Era terreno peligroso.

En fin, Edward y Al se quedaron en una habitación y Winry y ella en otra. Se suponía que podría dormir, pero lamentablemente no era el caso.

—Mierda... — murmuró mientras se levantaba para ir al baño, era de noche.

Había esperado a que ella se durmiera para cambiarse el pantalón, por mucho calor que hiciese. Y bueno, tampoco tenía sueño, qué sorpresa. Le recordaba a aquella vez en la posada de ese pueblo de Youswell, solo que esta vez sí iba al baño, ya que este mismo estaba dentro del dormitorio. Le llevó unos dos minutos en total salir de ahí.

Y le tomó otro minuto el quedarse frente a la puerta, pensando en si ir a revisar el cuarto de los hermanos. Ella siempre lo hacía con Nina por su padre, y es que no fuera tan diferente. De por sí ya les había jodido mucho la vida por empezar a acompañarlos, y ahora... pero al menos no tocaría, solo tendrían a una loca vigilando su puerta.

Estaba divagando.

Abrió la puerta lentamente, provocando que rechinara suavemente. Cayó en cuenta de que si lo hacía así haría demasiado ruido y demás, por lo que salió de la habitación rápidamente para no despertar a su compañera. Se dio vuelta en la esquina. Cuando lo hizo, se quedó congelada por unos segundos. No se esperaba ver an Edward, con su pijama, sentado en el suelo a unos metros de la puerta de su habitación. Tenía su cabeza entre sus piernas, con su cabello suelto.

Cuando lo miró con atención, se dio cuenta de que habían unos visibles rastros de lágrimas en su rostro. Este mismo se vio sorprendido al verla ahí, de pie.

—¿Qué haces despierta?

Evidentemente trataba de despistarla, pero no lo iba a lograr.

—¿Yo? ¿Qué haces tú? — cuestionó, acercándose velozmente. Tomó su mejilla, viéndolo fijamente. — ¿Qué pasa? — pasó su pulgar por la piel mojada por las lágrimas.

—No es...

El ver su mirada preocupada le hizo reflexionar y pensarse el decírselo. Podría empezar a odiarlo, o tratarlo diferente. No quería que eso pasara.

—Puedes confiar en mí, no digas nada que no quieras decir. — ella le sonrió para confortarlo, él la miró.

Esa sonrisa... no podía con ella.

✓ ALCHEMY, edward elric.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora