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Al llegar a su casa, se encontraba un poco mejor, agradeció a Shinsou y le pidió que por favor, no le contará nada Izuku.

—Eso será difícil, pero lo intentaré — Dijo sonriendo de medio lado, el cenizo asintió agradecido apunto de darse la vuelta — Bakugou, por primera vez en mucho tiempo... Veo al amo Midoriya sonreír... Gracias a tí. Cuídate.

Katsuki apretó sus labios al oírlo, camino directo a la entrada de la casa de sus padres, tocó el timbre y no faltó mucho cuando su papá abriera la puerta.

—Katsuki, hijo. ¿Que haces aquí? — Preguntó Masaru tomando las maletas del cenizo, se escuchó los pasos apresurados de Mitsuki llegando al lugar.

—Katsuki, ¿Que paso, mocoso? — Dijo Mitsuki tomando los hombros del rubio guiando adentro al ver a su hijo, con la mirada perdida.

—¿Por qué no avisaste que ibas a venir? — Dijo Masaru agarrando las maletas y las dejo aún lado cuando notó que su hijo se desplomó en el sofá. Ambos padres se pusieron a su lado, Mitsuki trajo una toalla y lo arropó — Katsuki, hijo...

—Yo... Yo no lo merezco — Murmuró hasta romper en llanto ahí mismo con sus padre. Mitsuki nunca vio a su hijo llorar de esa manera tan desconsolada, el siempre era reservado con sus sentimientos. Masaru no sabía que hacer tampoco, nunca habían tenido una situación así.

—¡Mocoso¡¿Por qué lloras, Katsuki!?¡¿Que paso!? — Gritó Mitsuki alterada pero Masaru señaló que se detuviera. Esperaron al lado de su hijo, sobando su espalda, buscando compartir su dolor pero ni siquiera sabían porque llora. El cenizo empezó a sollozar y luego se fue calmando.

Masaru le extendió una taza de té caliente para que se le pasará el malestar del llanto.

—Hijo... Si nos dices que te paso...

—Yo... Me aleje de él, no siento que sea el adecuado para él. Todo es mi culpa — Indicó el cenizo encogiéndose en su propio cuerpo buscando hacerse más pequeño. Sus padres se miraron entre ellos, compartiendo el mismo pensamiento.

—¿Peleaste con tu novio...? — Preguntó Masaru dudando.

— No peleamos, yo me alejé... Por alguien, me dijo que era lo mejor...

— Katsuki....

— Quiero estar solo — Dijo levantandose para ir a su vieja habitación y encerrarse ahí. Se tumbo en su cama enterrando su cabeza en la almohada dejando caer otra vez sus lágrimas mientras su cuerpo se estremecía por el llanto, en algún punto Katsuki quedó dormido acompañado de un lindo recuerdo.

Izuku recién se habia despertado, bostezo perezoso y con sus cabellos alborotados se giro en la cama para abrazar con su brazo al cenizo que se removió y se acurrucó más el pecho del pecoso. Uno de los días en que Izuku despertaba con él en su cama, ambos se despiertan llenandose de cariño, Katsuki hace el desayuno con un poco de ayuda del pecoso y luego cada uno se va a bañar, a veces Izuku tenía problemas con su corbata y Katsuki es quien se la coloca.

—No puedo creer que no sepas ponerte una corbata, nerd — Siseó Katsuki gruñó atando bien la corbata de su novio que sonrió jugando con la cintura de Kacchan.

—Las corbatas siempre han sido molestas para mí... — Murmuró Izuku observando con admiración a Kacchan como hacia su trabajo hasta dejar al peliverde impecable.

Deseó que esos momentos durarán para siempre, pero no todo dura una eternidad como Katsuki quisiera. La realidad es cruel, si se quedará con Izuku no solo él pasaría peligro a su lado su familia también pero Katsuki lo aceptó, aceptó ese riesgo por Deku pero ¿De que sirve aceptarlo si Izuku en algún punto se aburriría de él? Shigaraki podría tener razón aun que en el interior de Katsuki peleaba más que todo su amor por Izuku. Izuku no seria capaz de hacer eso, decía una parte de él pero el golpe de la realidad le hacía saber a Katsuki que era una posibilidad que Izuku pudiera ser como Shigaraki le dijo.

Bar Verde - [Dekubaku][FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora