4

7.8K 855 241
                                    

Izuku dejó a Katsuki en su hogar, el cenizo antes de irse, muy atrevido, le dió un beso en la mejilla al peliverde — Gracias — Murmuró Katsuki antes de bajarse del carro rápidamente y entrar a su pensión dejando a Izuku paralizado y con una sonrisa tonta en la boca.

—Se ve muy feliz, jefe — Dijo el chófer, Shinsou observando a su superior por el retrovisor. Izuku no dejó de observar la puerta donde Kacchan se bajó con una sonrisa de enamorado y mejillas sonrojadas.

—Creo que es la persona que he estado buscando, Hitoshi. Estoy seguro — Susurró el peliverde suspirando pesadamente.

—Si ese chico fue capaz de sacarle una sonrisa, entonces si — El pelimorado ignoró el gruñido y mirada amenazante de su jefe.

—Mandare guardaespaldas a vigilar su hogar, no quiero que nadie se le acerque — Comentó Izuku recobrando su compostura sería pero en su interior se encontraba muy feliz.

Katsuki entró a su casa luego de un largo suspiró, enseguida se rumbo en su cama gritando sobre su almohada, se maldecia así mismo por aceptar simplemente porque Izuku es el hombre más guapo que ha visto en toda su puta vida. Se había quedado sin limitaciones por culpa de su ex, ahora que salió de ese campo de visión. Había más hombres guapos con los podría salir, el bar en donde estaba abundaban un montón. Pero Izuku, el peliverde supera a todos por mil.

El cenizo bufó divertido, ahora tenía un hombre doblegando su edad detrás de él, Katsuki no se dió cuenta que no era el único que estaba en su casa hasta que escuchó algunas utensilios de cocina chocar, el rubio se levantó de su cama enseguida observando hacia la cocina. ¿Quien mierda pudo haber entrado? Algo recorrió la espalda de Katsuki, ocasionando un poco de temor.

No sabía si creerle a Izuku que es un simple empresario y no un mafioso súper rico, pero y si el caso fe la segunda afirmación fuera cierta. Katsuki tomo su celular marcando a Izuku, pero no contesto mandando a buzón, Katsuki se mordío el labio nervioso y asustado. Busco en su habitación un bate de béisbol que tenía de la escuela, lo agarró saliendo de su cuarto lentamente.

Llegó a la cocina alzando el bate para apoyarse en una pared, tomo un respiró y el valor de enfrentarse a quien sea que entró a su casa. Cuando se dió la vuelta para golpear se detuvo al instante al reconocer al delicada espalda enfrente suyo. Es su madre, el cenizo enseguida bajo el bate lanzando el mismo al sofá.

—Vieja bruja — Habló Katsuki sacándole un brinco a la mujer mayor.

—Ah, Katsuki. Joder, me asustaste mocoso — Quejó Mitsuki agarrándose el pecho.

—¿Que mierda haces aquí?

—¿Acaso no puedo visitar a mi hijo foráneo? — Preguntó Mitsuki burlona estamapando en la cabeza de su hijo unas bolsas de comesticos — Al menos alégrate que te compró cosas y no tienes que ir a mi casa a desbaciar mi despensa.

Katsuki gruñó ante el golpe y agarró las bolsas observando lo había adentro, unos jabones con olor, su shampoo habitual, afeitadora, crema para afeitar, crema para la piel, colonia, papel de baño y... Una caja de preservativos. el cenizo devolvió el paquete a la caja totalmente rojo.

—¡Maldita vieja!¡¿Por qué me compraste esto!? — Grito avergonzado Katsuki a su madre que rió mala.

—¿Que cosa? Solo te traje cosas de aseo...

—¡No te hagas la tonta!¡El hecho de que sepas que soy gay no te da derecho a comprar ese tipo de cosas!¡Puedo comprarlas yo mismo, maldita sea!

—Si eso lo sé, pero soy tu madre y eso me da el derecho de cómprate las cosas que tú necesites. Además, ¿Cómo te va con ese chico que me hablaste aquella vez, mocoso? — Preguntó Mitsuki, la ceniza notó como los ojos de su hijo cayeron al instante — Oh, ¿Que paso?

Bar Verde - [Dekubaku][FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora