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Luego de esas aventuras en California, porque no fueron vacaciones, Katsuki volvió a su país sano y salvo junto con su prometido, y una pequeña pero sonriente Eri. Extrañamente el cenizo sentía una calidez en su pecho cuando Izuku juega y hace reír a Eri, un sentimiento que nunca había parecido en su interior.

Cómo siempre, al final decidió ignorarlos. Katsuki le dijo al pecoso que inscriba a Eri en una escuela así ella parasara desapercibido para las personas, solo es una niña común y corriente, la pequeña no paraba de sonreír fue como una luz en aquella mansión.

Todos sonrieron gracia a Eri, la infante siempre se la pasaba con Katsuki e Izuku, le gustaba estar con ellos y pasar tiempo con ellos. Katsuki con mucho esfuerzo pudo comprarle el uniforme de la escuela a Eri, él solo, sin el dinero de Izuku a pesar de que dijo que se lo conseguiría en minutos.

Sino fuera porque Kacchan lo amenazó.

Pero todo su esfuerzo por conseguir el dinero valió la pena al ver la sonrisa de alegría de Eri al ponerse su uniforme nuevo. Ella estaba muy emocionada de ir a la escuela, puesto que nunca había ido a una. Eso hizo que el corazón de la pareja se rompiera en mil pedazos, ese día ambos juraron en hacer feliz a Eri.

Mientras que Izuku le consiguió la mejor escuela a Eri y Kacchan se encarga de comprarle sus útiles escolares, una tarde arrastró a Izuku a un centro comercial para que los tres fueran a comprar la mochila y cuadernos que Eri eligiera.

Al final, Izuku terminó con su billetera vacía pero con Kacchan y Eri contentos. Eso valía más que el dinero para el peliverde.

El primer día de clases, Kacchan se levantó temprano para hacerle el desayuno y la lonchera a la pequeña, obligó a Izuku a levantarse con él para que los tres comieran juntos y Eri no se sintiera sola. Kacchan y Deku también dejaron a Eri ellos mismos en la escuela, pero le dijeron a Eri que solo sería ese día.

Después ella tendrá que venirse con sus guardias, ella aceptó sabía que ellos estaban muy ocupados. Cuando Eri agitó su mano despidiendo de ambos, Kacchan sintió un hueco en su pecho, tal vez miedo, o preocupación de cómo se va defender Eri. Vio que Izuku estaba igual de preocupado pero decidieron confiar en que todo estaría bien.

El día siguió con normalidad, Katsuki se fue a su universidad e Izuku a su trabajo. El cenizo no paraba de mirar su reloj esperando que sea el medio día para ir por Eri, en eso recordó una frase de su madre.

"alguien día, si es que tienes suerte, sabrás lo que es ser un padre"

— Que putas... — Dijo enterrando su cabeza en el libro que estaba leyendo. ¿Un padre?¿Él? Mitsuki se reía en su cara si lo viera en ese momento.

Katsuki no se consideraba un padre, es solo el amante del patrón de patrones y Eri, es solo la niña que están cuidando. No es para irse tan lejos. El cenizo bufó sin gracia y se acomodo para seguir estudiando, intentando ignorar el reloj.

En eso, Kaminari, su amigo puso su barbilla en el hombro de Katsuki, quien gruñó en advertencia pero Denki era conocido por ser el amigo del chico explosivo de gastronomía y salir vivo en el intento.

—¿Eso es italiano y... Francés? — Preguntó el rubio a su amigo que suspiró cansado.

—¿Eso que te importa, rata electrica? Vete a joder a otro lado y déjame en paz — Gruñó Katsuki molestó, moviendo su hombro para quitar a su amigo de este.

—Oye, que malo. Solo estaba preguntando — Indicó Kaminari haciendo un punchero —¿Por qué estás estudiando italiano y francés? ¿Acaso tienes raíces de allá? — Comentó Denki burlón.

Katsuki rodó sus ojos hacia arriba — ¡Te dije que eso no te importa!¡Vete!

— No quiero — Sonrió Kaminari — Por cierto, el tipo que te viene a buscar todos los días en una limosina blindada ¿Cómo se llama?

Bar Verde - [Dekubaku][FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora