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El amanecer nos atrapó, mi rata me levantó y por suerte no había llegado nadie, estaba muy seguro que había visto cada detalle de los alrededores de la bodega tanto de noche como de día y era justo lo que quería, lo ayudaría a obtener cada detalle del lugar para que no tuviera desventaja ante los estúpidos de aquí, que se pudiera mover y escapar cuando sea necesario.

Le compré algunas cosas para que matara el tiempo pero lo más importante un cuaderno y pluma para que hiciera anotaciones, también le volví a recordar que tuviera cuidado.

-Emilio-

-Dime-

-No quiero ser chismoso pero fui a la bodega a dejar unas cajas que el jefe me pidió y rata estaba afuera, debe de tener más cuidado-

-Gracias por decirme-

-De nada niñero- lo miré curioso -Grandes apodos de pareja, son originales- río

Algo tramaba Chavez porque al siguiente día que supuestamente había dejado el cuerpo de mi rata me llamó a su oficina

-Muchacho quédate- al salir todos habló -Necesito que me escribas por computadora el lugar exacto donde dejaste al niño, le haremos recordar-

-Claro- fui a una pequeña papelería, escribí la dirección, regresé y se la di

Había pasado un mes más, Liz y yo teníamos información recabada acerca de sus puntos de venta en la ciudad, estaba trabajando con unos nuevos socios, algunos viejos pero seguía moviendo la porquería por toda la ciudad, la policía había dejado de seguirlos

-¿Qué tal las cosas allá?-

-Bien-

-Te veo mas feliz muchacho-

-Todo esta bien, él caos ha cesado un poco-

-Se te nota, te lo vuelvo a repetir, tu dime a quien le damos cuello y seré tu cómplice, tengo el dinero suficiente para ser una prófuga de la justicia- me guiñó un ojo

-Gracias Liz y créeme que te diré cuando lo necesite-

Había armado una pequeña caja con un destornillador, tijeras, una pequeña linterna de pilas, un paquete de pilas que durarían un mes, velas, cerillos, un pica hielo y unas sogas  esto le debe de servir para algo, es muy listo, poco a poco fui llevando las cosas, para que no sospecharan le pedí a Joseph llevarlo

-Joseph, te puedo pedir un favor-

-Claro-

- Puedes dejar esta caja en la bodega pequeña-

-¿En donde esta rata?- susurró muy bajo, asentí, le entregue la caja y fue, debería de servirle algo de ahí a mi rata

Aun no sabía si había utilizado las cosas, tenía la sensación que las usaría pronto, Chávez nos llamó a su oficina

-Ahora no saldré de este lugar- asentimos -Tuerto vas a ir por mi almuerzo ya sabes el mismo sándwich de pollo con ensalada y jugo de mandarina, él asintió -Ya saben que estaré aquí, así que no quiero que me interrumpan, ni me toquen la puta puerta porque les volaré la cabeza- asentimos -A las 6 quiero que vengan tengo algo importante que decirles- volvimos asentir y regresé a la bodega, hice mis deberes y dieron las 6, al entrar estaban todos.

Hablaron acerca de una nueva venta pero algo me llamó la atención en el conducto de ventilación y lo vi, como su apodo, se había escabullido para poder tomar información, estaba seguro que me mentía cuando se lo pregunté, no puse mi mirada hacia él que estaba luchando con todas mis fuerzas no hacerlo porque me gustaba verlo pero si lo hacia podía hacer que lo descubrieran.

HelsinkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora