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Al despertarme estaba acurrucado a él, sus brazos me abrazaban, sentía su piel cálida con la mía sin ninguna tela que estorbara, la noche de ayer fue mágica, sensual y bella.

-Te has levantado- sonreí al escucharlo

-Pensé que dormías-

-Tengo rato despierto pero no quería levantarte, te has aferrado a mi cintura-

-Mis manos les encanta tocarla- coloque mi rostro en su pecho y podía escuchar sus latidos -Se convertirán en uno de mis sonidos favoritos-

-¿Qué?-

-Los latidos de tu corazón-

-El mío es tu risa, cuando la volví a escuchar fue todo un caos es mi interior-

-Lo mismo paso conmigo cuando te vi en la oficina, bueno cuando entre y me impacto oler tu perfume-

-Nunca lo volviste a oler, es un perfume común-

-No, nunca lo volví a oler hasta ese día….rata-

-Mmm-

-¿Cómo crees que tome tu padre que hemos regresado?-

-¿Regresado?- sentí mi corazón pararse, me incorpore para ver su cara y este comenzó a reírse

-Eres un idiota-

-Si tan solo….te hubieras…visto- no podía hablar por las carcajadas -Ven aquí- me tomo de los hombros haciéndome volver a su pecho

-Casi haces que se me detenga el corazón-

-Lo siento- termino de reírse -No le agradará al inicio pero respetará mi decisión

-Ya me dan nervios de encontrarme con él y con tu equipo-

-No pasará nada-

-Eso espero- nos dimos un baño, desayunamos y al terminar nos fuimos a los almacenes, al llegar estaban dos guardias -Creo que no debemos identificarnos como agentes-

-Puede que le den aviso a Bucio sobre nuestra presencia- asentí, nos acercamos a ellos

-Buenos días-

-Buenos días- nos respondió el más grande

-Disculpe quisiéramos informes para rentar un lugar-

-Están de suerte, aquí esta la licenciada pasen es en esa oficina que se mira detrás de los árboles-

-Muchas gracias- al estar retirados de ellos observábamos con cuidado alrededor, donde estaban los guardias era como el primer filtro, había un espacio algo pequeño entre la entrada y la segunda cerca, suponemos que en el segundo filtro pide una identificación para poder acceder a los almacenes 

-Buenos días- dijo mi rata al abrir la puerta, nos recibió una mujer en sus treinta, nos dio toda la información necesaria para rentar un lugar

-Podemos hacer un recorrido con algunos que tengo disponible-

-Nos encantaría, para darnos una idea del tamaño- comenzamos a mirar varios almacenes, cada uno tenía un número asignado, eran de cinco los grupos y seguía pasillo, Marlen era muy simpática y trataba de convencernos para hacer la renta

-De casualidad no tendrá disponible el 25 es que es nuestro número- nos sonrió, todo el camino teníamos entrelazadas nuestras manos

-Están de suerte justo ayer se desocupo- fuimos hasta el lote 13 es donde estaban del 20 al 30 -Aquí esta, es el único en este lote que esta disponible- comenzó a darnos las medidas

-Es perfecto, lo rentaremos- le dijo mi rata

-Estupendo- regresamos a la oficina e hicimos todo el tramite para rentarlo, pagamos y nos dieron la llave -Pueden venir todos los días de 8 de la mañana a 8 de la noche, con esta tarjeta tendrán acceso al lugar-

-De acuerdo, gracias- nos despedimos, al salir solo estaba el guardia mas grande

-Tomaron una buena decisión sus pertenencias estarán seguras aquí- asentimos, al llegar al carro deje la carpeta con el contrato en la parte trasera y comencé a manejar.

Pasamos almorzar algo a un pequeño restaurante y al llegar a casa nos fuimos directo al cuarto comenzando a poner información nueva

-Ahora que tenemos acceso a los almacenes será más fácil saber que tiene- el almacén que creemos que renta Bucio es el 22 ya que la lleve trae un 22 marcado, antes de sentarme a trabajar lo tomé del mentón haciendo que volteara y subiendo un poco su rostro estampe mis labios contra los suyos, sus manos acariciaban mi espalda tuvimos que separarnos por falta de aire -¿Y eso por que fue?-

-Porque eres listo, sexy y guapo- sonrió negando, ahora con ese gran beso empecé a buscar información sobre estas nuevas tres personas, al cabo de dos horas terminamos de buscar -Jairo Lobenes 40 años de edad reside aquí desde hace 20 años, sin ningún antecedente, casado tres hijos todos con una carrera universitaria, tiene 1 años que trabaja como guardia en los almacenes por lo cual estaba descartado de ser parte de Bucio-

-Mientras que Gustavo Ornes 25 años con tres antecedentes de robo, vive con sus padres solo preparatoria terminada, comenzó a trabajar hace dos años y medio fecha exacta ya que habían pasado cinco meses desde la misión de Fabiola por lo cual encaja, tenía casi 23 acababa de salir de la cárcel por lo cual supongo que el dinero le intereso-

-¿Cómo obtuvo el trabajo?-

-Su tío, hermano de su madre es trabajador de la agencia de donde vienen-

-Marlen Jarir 32 años, sin antecedentes, carrera terminada, vive con su pareja sin hijos, tiene un año contrataron a Lobenes y a ella juntos, ambos están limpios-

-Ornes es el que tiene Bucio, él es quien revisa el coche cuando lleva algo-

-¿Crees que mantenga ahí a las mujeres?-

-Puede ser, esta más cerca de la carretera, el almacén es grande quizás las retenga ahí por algunos días y después las lleve a la panadería o que la panadería solo estén cuando vallan a prostituirlas y en el almacén es donde pasan el mayor tiempo-

-Creo que podría ser la segunda opción, ya que tenerlas en la panadería es muy arriesgado, además no ha habido movimiento y en el almacén puede que estén drogadas para que no hagan ruido…¿Ornes las cuidara?-

-Cuando salimos no estaba él- ¿A dónde iría el chico? -Debemos saber que tiene en el almacén- asentí

-En dos días podríamos ir para no levantar sospechas y seguir vigilando a Bucio-

-Le pediré a Romes si puede darnos acceso a una cámara que tenga visión a los almacenes…o quieres pedir ayuda a tu gente-

-No, es muchísimo mejor tu equipo- asintió, tomo su celular y llamo, bajé a la cocina para picar algo de fruta, a pesar que no es el mismo jefe aun no puedo confiar en ellos

En los dos días que esperamos para poder regresar y además pensar que seria lo que llevaríamos a guardar estuvimos viendo las dos cámaras que Romes nos dio acceso, no había rastro de Bucio y Ornes no había hecho algo que nos diera alguna pista. Por otra parte volvimos a estar juntos dos veces más no podía cansarme de él.

Estaba lavando los trastes cuando vi uno de los reloj de mi rata tenia como cinco diferentes y ahora que lo pienso siempre trae uno, todos los días que hemos estado juntos se vinieron a la mente en cada no de ellos -No puede ser- ahora todo encajaba, por eso usaba pulsera y relojes, no le gustaba hacerlo con luz, lo vi en el sofá leyendo un libro -¿Ya te intereso la filosofía?- me acerque

-Algo- sonrió, me senté a un lado, le quité el libro, tome su cintura haciendo que se sentará a horcajadas de mi -¿Qué pretendes niñero?- tenía una sonrisa

-Nada…que tu no quieras- se acerco a mi boca comenzando un beso, lo había profundizado, tome su mano e intente quitarle el reloj

-¿Qué haces?- trato de irse pero lo agarre

-¿Porqué?-

-No se de que hablas- siguió intentando irse pero me reusaba que huyera -Déjame Méndez-

-No, rata déjame hacerlo- negó -Solo un momento, si te sientes incómodo te la volveré a poner y te dejaré ir- lo pensó pero me extendió la mano pero donde tenia la pulsera, con cuidado la desabroche, ahí estaban, él miraba a otro lado, alce su muñeca hasta mis labios empezando a besarlas

-No- le quite el reloj e hice lo mismo las bese, en la muñeca del reloj sus cicatrices eran más notorias

-Se que no las borrara…..no debes de ocultarlas-

-No me gusta que se me vean…..siempre preguntan ¿Cómo me las hice?- vi que rodó una lágrima por su mejilla y la limpie -No me gusta recordarlo- se le corto la voz, lo atraje a mi

-Me imagino que debe ser doloroso y cansado…pero tus cicatrices son marcas de guerra, la lucha que hiciste para salir victorioso- las lágrimas empezaron a brotar, los recuerdo venían a mi, de nuevo verlo atado por las esposas las causantes de esas cicatrices que tenía en sus muñecas

-Es fácil decirlo cuando no se tienen en tu piel- dijo en un tono cortante

-Lo se….lo lamento-

-No, yo lo siento, estoy trabajando en eso, siempre me pongo a la defensiva cuando se trata de mi captura-

Le quité la playera, fui directo a la cicatriz la cual estaba en su costado izquierdo, casi no se notaba, besé lento la T, mis labios tocaban lo que el imbécil del Tuerto le hizo pero ahora estaba en la cárcel donde por muchos años estará -Eres tan sexy- me incorpore y besé sus muñecas, prometo ayudarte a volver amar tu cuerpo, tanto como yo lo hago

HelsinkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora