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Estábamos viendo la computadora todos los recorridos que había hecho pero nada era inusual  durante tres días

-¿Dónde carajos las tienes?- susurré, lo vi de reojo que se acercó más, lo tenía muy cerca, decidí voltear y miré su perfil

-No tiene sentido, algo no estamos viendo- yo miraba su hermosura y antes de poder desviar mi mirada volteó a verme

-Ammm iré hacer café, ¿Quieres?- asintió sin dejar de verme -Enseguida regreso- salí de la habitación, aun me pone demasiado nervioso que me mire serio, puse la cafetera y salí un momento al jardín -Tengo tantas ganas de besarte pero se que no pasará, tenerte tan cerca y no poder tocarte, me volveré loco- estuve unos minutos afuera, al entrar ya estaba listo el café, serví en dos tazas y subí de nuevo -Aquí tienes, café negro-

-Gracias- seguía muy concentrado observando la computadora

-¿Crees que se dio cuenta del localizador?-

-Es muy difícil que lo hiciera, es demasiado pequeño, pasa desapercibido- le dimos un trago al café al mismo tiempo -Eso es-

-¿Qué?-

-Investiga sobre el dueño de la panadería- me senté a un lado y entre al buscador

-Es Fernando Fernández Fernández, solo tiene un antecedente por robo cuando tenía 15 años, tiene 5 años que regresó de Argentina se fue a los 16 años con su madre al momento que metieron a su padre a la cárcel por violencia interfamiliar, de ahí en fuera no tiene nada-

-A ver su foto- sonrió cuando se la mostré y esa sonrisita la conocía muy bien, había encontrado algo -Es amigo de Bucio, tiene una fotografía de cuando eran jóvenes le calculaba que tenían 14 o 15 años-

-Estas seguro que es él- claro que no se equivocaba es demasiado listo

-Si, mira tiene un lunar cerca de la boca y es exacto donde lo tiene el de la fotografía-

-Entonces la panadería es solo una cubierta-

-Ahí es donde tiene a las personas, nadie sospecha del panadero- asentí, todos los días iba a esa panadería, iba entre 8 y 11 de la mañana  -Vamos- se levantó y fui detrás de él -Necesitamos saber los movimientos de Fernández- asentí, al bajar tomo cartera y las llaves

-Manejas tu-

-Si- al salir nos topamos con Jessy

-Buenos días- regaba su jardín

-Buenos días Jessy- le dijo y yo solo le sonreí, me devolvió la sonrisa

-¿Salen a pasear?-

-Ernesto tiene ganas de pan, por nuestro antiguo departamento había una panadería muy rica, pero nos queda demasiado lejos ¿Sabes de una cerca que el pan sea delicioso?-

-Los del supermercado no son buenos- mencioné

-Si, un amigo de mi esposo tiene una panadería y no es por nada pero saben riquísimos, les recomiendo los baguette uff están deliciosos-

-Gracias- asintió, nos subimos al auto y arrancó

-Creo que le caes mejor que yo- abrió la guantera y saco sus lentes de sol, voltee ya que lo estaba viendo de más

-No lo había notado- claro que lo notó si es muy observador -Bucio ahora tiene la fachada perfecta de porque visita diario la panadería-

-Los antojos de su mujer- se aprendió el camino -Aquí es- era un negocio chico –“The dream”- bajamos, al entrar te recibía el olor de pan recién horneado, tenía las típicas vitrinas, los utensilios para tomar tu pan, yo tomé una bandeja y él las pinzas -Se mira todo normal-

HelsinkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora