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-Muy bien comencemos- dejo mi rata las tazas de café, se sentó y cada quien vio su computadora para ver los videos, él miraría el almacén y yo la panadería

-Nada hasta ahora- me dijo -¿Tienes algo?-

-No…espera- se junto a mi -Justo aquí, es el carro de Bucio- hice todo el zoom que se podía -Sale Fernández e ingresa al auto- fue y miró el recorrido

-En efecto es él, después se fue al hospital, pero se estacionó a dos cuadras, donde me estacione fue el único lugar que había disponible, por eso se miraba agitado, corrió para llegar a tiempo-

-Según la cámara duraron 20 minutos dentro del auto-

-Hablarían sobre el viernes-

-Tal vez, estamos en Domingo así que necesita que todo este coordinado-

-No creo que ahora se valla con Kale en casa-

-¿Crees que cancele?-

-No creo que pueda hacerlo, la otra parte casi siempre se niega a cambios- 

-Con la persona que hablo en los almacenes ¿será su mano derecha?-

-Todo apunta a ello- ahora tenemos que saber quien es esa persona -Necesitamos colocar micros dentro de la casa-

-En mi casa tengo un par, por la distancia que estamos si tendrá buena conexión-

-Vamos- rápido nos quitamos las pijamas y fuimos a mi casa, me estacione en la acera porque mi carro estaba en el garaje

-Estas seguro de entrar-

-Si niñero, ya los recuerdos no serán con enojo, ahora estamos bien- me beso y asentí, tomándole la mano abrí la puerta

-Creo que Nina no está, iré a buscar los, ponte cómodo- ingrese a mi cuarto y fue impactante -Tanto tiempo- las misiones anteriores no duraban mucho, fui al closet estaba seguro que ahí los había puesto en una caja -Ahí estas-

-NO MAMES-

-Nina- al salir estaba abrazándolo pero parecía que lo asfixiaba -Suéltalo Nina que no lo dejas respirar- lo dejo pero lo volvió abrazar pero mas suave 

-Te extrañe-

-Perdón por no despedirme y cuando te vi no acercarme- por fin lo soltó

-No tengo nada que perdonarte, tenías el corazón roto por ese estúpido- no proteste porque tenía razón -Se que lo último que querías es estar con alguien que te lo recordará-

-También te extrañe-

-Ahora podre burlarme de Méndez y alguien me seguirá con la burla- fui hasta ellos, lo jale a mi por la cintura

-Se aprovechan porque son mis personas favoritas- ambos rieron

-¿Qué andan haciendo por aquí?, ya acabaron el encubierto-

-Vinimos por unos micrófonos que tiene Méndez-

-Quédense a comer, por favor- puso su puchero el cual no tenia corazón para negarme pero no estoy solo

-De acuerdo- sonrió

-Iré a cambiarme- hasta ahorita me di cuenta que traía el uniforme

-Te estabas estresando- gire a verlo -Creo que ese puchero no puedes negarte-

-Es que se ve tan tierna- sonrió negando -Con nuestros hijos tu serás el que los regañe, yo no podré, imagínate una cosita chiquitita viéndote a los ojos con un puchero, mi corazón no va a poder regañarlos-

HelsinkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora