Tomoe había despertado de una manera no muy grata, el agua helada en su espalda habían sido como miles de agujas, dándose cuenta de que lo tenían sujeto por ambas manos y pies, colgado en una especie de calabozo en un cuarto que apestaba a heno y humedad.
Todo le dolía y a su mente regresaron como bofetadas las imágenes de Kagome cayendo de su espalda al vacío, quiso salir inmediatamente de ese lugar, haciéndose daño en el camino gracias a los grilletes que lo sujetaban fuertemente.
—¡Kagome!—gritó con la esperanza de que la chica no estuviera muy lejos, pero la ansiedad comenzó a invadirlo al no percibir el aroma de la chica ni poder visualizarla—. ¡Kagome!—volvió a gritar, pero un fuerte golpe en la mejilla lo hizo callar.
—¡Cállate!
Aquel que le había gritado salió de entre las sombras de ese calabozo húmedo y las pupilas de Tomoe se retrajeron casi en su totalidad justo en el momento que abría los ojos llenos de sorpresa. Un hilillo de sangre escurría abundante por la comisura de sus labios.
—Así que se trata de ti... Toramaru... ¿Qué quieres?
Su semejante esbozó una sonrisa arrogante ante la pregunta y la mención de su nombre.
—Vaya... al menos no olvidaste mi nombre, bastardo—aquel de nombre Toramaru esbozó una sonrisa llena de arrogancia—. Mírate... que bajo has caído, ahora no te sientes tan valiente sin la compañía de tu amigo el Rey Demonio.
—Púdrete...
Toramaru rio divertido ante la situación de su hermano mayor—. Ahora mírate... desesperado por una mujer humana, tan despreciable tu situación... hasta te has convertido en guardián.
—Eso no es de tu incumbencia...
—¿Qué dirías si te digo que en estos momentos tu humana está por ser asesinada por nuestros demás hermanos?
Tomoe se agitó ante aquella pregunta, pero por más que intentó romper las cadenas de los grilletes no pudo.
—Yo sabía que el día que volviéramos a vernos, uno de los dos moriría. ¿O es que ya lo olvidaste? Me quitaron lo que por derecho me pertenecía, siempre hice más méritos que tú y siempre me llamaron el menor... solo por dos minutos de diferencia al nacer, te dieron todo...
—Eso jamás me interesó—dijo el kitsune molesto, para él lo único que importaba era Kagome y saber que se encontraba bien. No le importaba si se trataba de su mismísimo hermano, esa mujer era suya.
—Me doy cuenta... preferiste convertirte en un asesino. Y juntarte con criaturas de la peor calaña... no contento con esto, decidiste meterte con los humanos.
—No es de tu incumbencia. ¡Ahora suéltame!—Tomoe molesto comenzó a moverse violentamente para romper sus cadenas, pero su sangre hirvió al escuchar la risa de su hermano.
—Aunque lo intentes no podrás escapar, estos grilletes fueron creados con materiales hechos a partir de los huesos de algunos monstruos. Esos exterminadores eran buenos para neutralizar a los nuestros, lástima que subestimaron a los youkai.
—Qué mierdas quieres...
—¿Enserio no tienes idea de qué quiero?—preguntó el youkai con curiosidad fingida mientras caminaba alrededor del cuerpo colgante de Tomoe, se rascó la barbilla y finalmente volvió a quedar frente al kitsune albino, esbozó una media sonrisa llena de soberbia y sin avisar, le soltó un fuerte puñetazo en el estómago.
El zorro gritó fuertemente ante semejante golpe y sin querer doblegarse observó a Toramaru con desdén.
—Tú te quedarás aquí... mientras nosotros nos deshacemos de esa mujer.
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Bajo los Cerezos| CROSSOVER| Tomoe&Kagome CANCELADA
FanficA veces el destino suele ser muy cruel. Te pone trabas e incluso hace que el camino de Kagome Higurashi termine al lado del zorro mágico Tomoe. ¿Podrá Nanami recuperar a su amado kitsune? ¿O InuYasha podrá aceptar que Kagome lo ha olvidado? Naraku...