Destino Inesperado

Capítulo 16: Planeando Sorpresas

Ileana

Por fin después de un largo viaje, al avión le dio la gana de llegar a mi ciudad, y qué bueno porque dormir encima de Christian no es muy cómodo que digamos. Cuando bajamos del avión y recogimos nuestras maletas para salir del aeropuerto a esperar nuestro Uber una ola de calor nos recibió.

-Madre mía, qué calor.

-Y eso que todavía no estamos en verano. – le respondí a Christian divertida.

- ¿O sea que siempre es así? – preguntó él con cara de espanto.

-Así es.

-Pero y qué mierda hago yo aquí. – dijo poniendo una mano en su cintura y la otra en su frente quitándose el sudor.

-Cumpliendo con tú queridísima prima.

-Lejana, prima lejana. -me corrigió señalándome con un dedo.

-Ay admítelo, me amas. -dije pestañeando a una velocidad sorprendente.

-A veces no sé si te odio o solo me das miedo.

-Idiota.

-Zorra.

-Jaaaaa, ¿así vas a tratar a la persona que te va a abrir las puertas a su humilde morada? – me llevé una mano al pecho de manera ofendida.

-Conociéndote, tu “humilde morada” debe ser un apartamento con una sola habitación diminuta, y quiero que sepas desde ahora que yo no pienso dormir en ningún sofá.

-Pues espero que no seas de esos que se tiran peos mientras duermen, porque ni de broma me vas a sacar de mi cama.

- ¿No se supone que seas un poco más… hospitalaria?

-Y qué, ¿dejarte dormir en mi maravillosa cama? Ni. En. Tus. Sueños.

-Esta va a ser una temporada muy larga… -dijo mirando el cielo como si le estuviera suplicando algo a alguien allá arriba.  

Luego de unos minutos en silencio, el Uber llegó.

 Jayden

Después de haber tenido mi larga y constructiva conversación con Carlos por fin sé la verdad de todo. Resulta ser que Isabela y Carlos nunca fueron nada, nada real claro, y nunca se gustaron. Al parecer era una especie de trato o acuerdo que tenían entre ellos para que…ja es tan ridículo...

El qué

Que la querida Isabela haya hecho tantos arreglos para “llamar mi atención”, y que haya usado a… no. No me importa.

El punto de todo esto es... esperen un momento… Ustedes. Ustedes sabían todo esto... y no me dijeron nada... serán...

Mi amor, mi vida, ese es el punto, esa es la idea. Esa es la meta, gracias...

Sabes que no me importa tu opinión, ¿verdad?

Charro.

Bueno, volviendo al tema. Cuando terminé de hablar con Carlos quedamos en que él no le iba a decir nada a Isabela, lo que me deja unos pasos adelante, ya que ella no va a saber que yo ya sé su plan.

Tengo pensado hacer algunos cambios a este juego, empezando por hacer exactamente lo que ella me hizo a mí...

Oye guapetón, tengo una pregunta que me ha estado rondado por varios días.

Qué quieres ahora.

Sí, me encanta tu ánimo de servir a la comunidad, pero vas a tener que bajarlo si no quieres que me contagie.

Acaba y habla.

Sí, sí, como decía, no has dicho nada de lo que pasó entre tú e Isabela en el armario.

¿Cómo que no he dicho nada? Estuviste ahí ¿Qué es lo que quieres saber?

Detalles, detalle.

…Bueno… Lo único que puedo decir de lo que pasó es que…me gust. Me gustó tenerla tan cerca de mí. Me gustó tocarla. Me gustó que se pusiera nerviosa solo por estar a solas conmigo. Me gustó poder agarrarla de la cintura y me gustó que me pasara sus manos con sumo cuidado por mis brazos. Me gustó la manera en la que nuestras respiraciones se mezclaron y empezaron a sonar más fuertes, y por supuesto que me gustó poder hablarle al oído. Me gustó tenerla acorralada y me gustó que me pidiera permiso para bajar... Pero lo que más me gustó fue cuando ella sola puso su mano en mi nuca y me empezó a masajear. Eso fue... mágico. Nunca en mi vida alguien me había tocado tan... tan bien. Tan perfecto. Pero ella lo hizo. Isabela lo hizo.

 Y por eso voy a cambiar las reglas del juego. Nunca nadie me había hecho sentir algo así y después irse como si nada por la puerta y decir que “se nos había acabado el tiempo”. Nadie nunca lo había hecho, hasta ahora… Y por eso quiero que sufra un poco, que tome de su propia medicina, que sepa lo mucho que “me gustó” su jueguito.

Y qué piensas hacer.

Le voy a preparar una sorpresa…