Maratón 1/2
Jayden
Ya eran eso como las 7:37 cuando Alana y yo estábamos agarrados de manos frente a la escuela.Ella, como siempre, llevaba su pelo suelto hasta la cintura y una pulsera en su muñeca derecha. Se había maquillado solo un poco dándole una apariencia natural.
Estaba perfecta, dada la ocasión. Aunque claro, no es a ella a la que quería agarrarle la mano…
- ¿Estás bien? – le pregunté mirándola de reojo.Todavía no habíamos entrado, estábamos aún de pie frente al portón sumidos en nuestros pensamientos.
-Sí, pero recuerda que me debes decir quién es la chica, si quieres que cause una buena impresión. – dijo guiñándome el ojo.
- Claro, te lo diré en cuanto la vea.
-Bien. -dijo asintiendo lentamente la cabeza y mirando otra vez el portón.
- ¿Vamos?
- ¡Espera! -dijo deteniéndome – Tengo que cambiar mi expresión.
- ¿Tu expresión?... ¿Por qué?
-Bueno, ¿no creerás que le infundiré algo de celos a esa chica con esta cara de niña, ¿o sí? – dijo señalándose la cara con una de las manos.
Y era cierto, una de las cosas que la caracterizaban era su cara de una niña pequeña inocente, que, dicho sea de paso, no tenía nada de eso.
-Bien... he... cambia tu expresión entonces. – le dije rascándome la nuca.
- Eres un caso. -empezó a negar la cabeza divertida. – Un caso...
Luego de unos segundos ella empezó sustituir su mueca de diversión por una seria y fría, sus cejas se bajaron un poco y sus músculos se relajaron, parecía hasta unos años mayor. Adoptó una postura derecha y levantó la barbilla para que su rostro de viera mejor a la luz del sol.
La cambia formas le dicen ahora, no chaves. Tenemos a la nueva Transformers delante de nosotros.
- ¿Y bien, nos vamos? – dijo enarcando una de sus perfectas cejas mirándome a los ojos.
-Eeh, sí, claro. – y acto seguido volví a tomar su mano y la guie hacia dentro de la escuela mientras le hacía círculos encima de su dedo pulgar.
Isabela
Mientras subíamos las escaleras con las discusiones interminables de Alexandra y Jordanny me puse a pensar en Jayden.Hacía más o menos una semana que no lo veía, exactamente casi después de lo que había pasado en el armario y no era que me preocupara por él, pero quería verlo porque por más que me molestara o me sacara por techo me gustaba.
Cuando estábamos ya por la segunda escalera nos encontramos a Carlos bajando de ella en sentido contrario a nosotras y le dedicó una fugaz sonrisa a Jordanny mientras la miraba de arriba abajo, pero siguió su camino hasta desaparecer.
- ¿Soy yo o Carlos te acaba de comer con la mirada? – comentó Alexandra atónica.
-No, Alexandra. Yo vi eso también. - dije mirando con una sonrisita a Jordanny. – ¿Algo que contar o todo bien?
-No sé de qué están hablando. – negó ella mirando hacia otra parte con una sonrisa delatadora en los labios.
-Eeeaahh, mamacita ¿Estamos arrasando? – le preguntó Alexandra chocando su cadera con la de ella.
- ¿Se pueden controlar? – dijo sonrojándose.
-Pero habla claro, ¿hay algo o no hay algo?
-No sé de qué hablan, así que dejen de preguntar.
Alexandra y yo intercambiamos una mirada cómplice que Jordanny no llegó a ver. Pero dejamos de insistir.Al fin cuando llegamos vimos que la puerta estaba cerrada, o sea que la maestra todavía no había llegado, así que nos paramos en una esquina del pasillo y nos pusimos a hablar.
Christian
Habíamos llegado a la famosa escuela y al parecer ya se le había pasado un poco el enfado a Ileana. Menos mal.
Cuando llegué aparqué el carro en el estacionamiento haciendo rugir el motor para que todos los que estaban alrededor lo vieran. Sí, me gustaba presumir mi auto.
-Por qué tienes que presumir tú auto.–negó Ileana rodando los ojos.
-Porque lo tengo y ustedes no. Hay que presumir lo que uno se siente orgulloso de tener ¿o no? – le sonreí guiñándole el ojo.
-Eres un presumido. – me dijo sacándome la lengua y abriendo la puerta. – Ahora levanta ese culo de Capitán América y muévete, que te voy a presentar a media escuela.
-Respeta mi culo, es el culo americano. – dije poniendo mis dedos como los de Picasso.
Apagué el motor del auto y saqué las llaves. No puedo creer que Ileana me convenciera de volver a la escuela, es una pesada. Salí del auto sacando una de mis piernas primero y luego la cabeza y el sol me empezó a dar directamente en la cara así que opté por ponerme mis gafas de sol.Me dirigí a la puerta del asiento trasero agarré mi chaqueta de cuero solo por si hacía frio y saqué mi bulto, luego cerré el auto con llave y empecé a seguir a Ileana hacia la escuela.
Lo primero que vi fue un edificio grande de un tono verde claro bastante despintado, luego un muro con una gran X donde decía el nombre de la escuela “Ernesto Irizarry de Puig”.A la derecha de mí, no muy lejos, había un grupo de chicos reunidos en un círculo y había una pareja en el medio. El chico era bastante alto, no tanto como yo, pero sí le sacaba unos codos a los demás. La chica, que estaba abrazando con una mano sobre sus hombros, era mucho más baja que él y tenía un cabello dorado muy largo. Ella miraba a todo el mundo con aire de superioridad. Típico.
Cuando nos acercamos para pasar al frente de ellos, la chica alzó la mirada y se encontró con nosotros. Su mirada fue de asombro completo y su novio, supongo que su novio, entreabrió los labios al notar que ella se quedaba muy quieta. Él volteó la mirada hacia donde ella la tenía, encontrándose con la mía.
Me encantaba que las personas se me quedaran mirando así que les di un espectáculo para mirar. Mientras seguíamos caminado no despegué la mirada del chico, que me miraba confundido. Yo todavía con las gafas puestas le enarqué la ceja izquierda, la que tenía una raya, y noté que una sonrisa se le escaba a la chica que tenía a su lado.Cuando él desvió la mirada hacia otra parte que no fuera yo todos sus compañeros confundidos por el comportamiento de él voltearon y me miraron. Mientras que yo me dediqué a mirar a todas las chicas que se habían quedado mirándome, regalándoles una sonrisa pícara.
- ¿Puedes parar de llamar tanto la atención, presumido? -susurró implorándome Ileana.
- ¿Dónde estaría la diversión si no? -dije mirándola por encima de mis gafas negras.
-Ay por favor, quítate esas gafas que ya no hace sol.
-Sabes que eres una aguafiestas, ¿verdad? – le pregunté frunciendo el ceño mientras guardaba cuidadosamente mis gafas en el bulto.
Cuando levanté la vista una de las chicas que se había quedado mirándome al ver mis ojos casi se choca con una pared que tenía de frente, casi me reí.
- ¿Pero y qué mierda le pasa a la gente hoy? – protestó Ileana después de que esa chica casi se chocara.
Yo, sabiendo la razón de esa reacción solo me limité a reírme por lo bajo y negar con la cabeza, para luego empezar a subir unas escaleras hasta llegar al tercer piso.
Jayden
Pero y este chico qué se creía.
Llega con un aire de ser el rey de la escuela y encima mira a las chicas con una sonrisa pícara. ¡Esa sonrisa pícara es mía!
No sabía de dónde había salido ese chico, pero vino con Ileana, una de las mejores amigas de Isabela. Solo espero que ese creído no le toque en nuestro salón porque no creo que vallamos a ser los mejores amigos del mundo.
-Oye Jayden, ¿dónde está la chiquilla esa? - dijo Alana después de salir de su pequeña conmoción del chico nuevo con una mueca en la cara.
-Yo…no lo sé – y era verdad, Isabela siempre acostumbraba a estar en el lobby o caminar un poco por la escuela antes de entrar, no entiendo dónde puede estar metida.
-Jayden, deberíamos ir subiendo al salón, ya mismo va a hacer hora. – comentó Carlos revisando la hora de su celular y dirigiéndome una mirada significativa de que arriba debería estar Isabela.
-Sí, tienes razón. -tomé por la cintura a Alana para acercármela y susurrarle al oído
- ¿No te molestaría despedirte de mí en el tercer piso?
- ¿Frente a los estudiantes que todavía no han entrado? -preguntó ella con una sonrisa maliciosa y enarcando una ceja. – ¿O frente a ella?
- No lo sé. – me encogí de hombros mientras la sujetaba aún. -Confío en que sabrás qué decisión tomar.
-Perfecto. –y acto seguido se soltó de mi agarre para sujetarme la mano y junto a todos empezar a subir las escaleras hasta el tercer piso.
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Destino Inesperado
Novela JuvenilUna chica que lleva enamorada de él hace tres años. Él, un chico que todos piensan que es el típico joven que no siente nada por nadie, empieza a sentir cosas por primera vez en su vida. Todo parecía ser perfecto... ¿Pero será eso lo que quiere el...