Capítulo 24: Destino J

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Jordanny

Okey, mis manos están sudando. ¡POR QUE ESTÁN SUDANDO!

Jordanny, se llaman nervios, acostúmbrate.

Pues no me gustan los “nervios”.

Tomé algo de aire antes de empezar a bajar las escaleras que llevaban a la playa y pensar en cosas bonitas para relajarme. Peleas, asesinatos, vampiros, sangre, viejas peleando.

Qué bonito.

Precioso.

Okey, ya estoy lista. Me preparé mentalmente para lo peor, en caso de salir corriendo, y me encaminé a las escaleras. La playa estaba bastante vacía, solo había una pareja a lo lejos con dos niños construyendo un castillo de arena, pero además de ellos no alcanzaban a ver a nadie más.

Antes de haber bajado del auto de mi papá le había enviado un mensaje a Carlos diciéndole que ya había llegado a la playa y él me dijo que ya estaba listo. Pero ¿listo para qué?

Con el ceño fruncido terminé de bajar las escaleras haciendo contacto con la arena. Me agaché y con la mano cogí un puñado de arena y la dejé escapar por entre medio de mis dedos.

Me encanta la playa, en especial a esta hora, las 5:30. Era cuando el sol se posaba sobre el mar y dejaba ver un precioso y perfecto atardecer. Negando con la cabeza para no distraerme más seguí caminado, confundida, por la playa con una mano en la frente para poder divisar mejor. ¿Dónde se metió este ahora? Como si alguien allá arriba me hubiera escuchado Carlos apareció en mi campo de visión. Y… okey. Esto sí no lo vi venir.

Cuando me acerqué más a él pude verlo todo. Era una escena cómica. Él estaba vestido con una capa negra de Hogwarts que le quedaba por encima de las rodillas. Su mirada era de alivio por verme llegar y de pura vergüenza por cómo iba vestido, tuve que hacer un esfuerzo para no reírme.

-Estee… Woah, amm… Esto no se ve todos los días.

-Puedes reírte. – No lo soporté y estallé en una pavera.

 Me daba mucha risa verlo en ese estado, cuando escuchó mi risa, de alguna manera se relajó un poco, destensó sus hombros y una sonrisa se le escapó de sus labios.

 -A ver, el outfit te queda en la madre, pero ¿por qué…?

-En mi defensa es de mi prima. Yo nunca he sido muy fan de Harry Potter, la verdad.

- ¿Y cuántos años tiene tu prima?

-10. – de ahí el tamaño de la capa.

Quiero aclarar que Carlos tiene 17 años y es más alto que yo, así que imagínense cómo le quedaba la capa.

-Ah. – me obligué a no reírme. – ¿Y qué hago exactamente aquí? – pregunté tratando de ponerme seria.

Dio un leve respingo al notar que se había quedado mirándome por un momento y se puso nervioso.

-Bueno… eh… yo… es decir. – ¡Dios, me encanta cuando se pone nervioso! – A ver, que lo he practicado en el espejo como cien veces… – dijo frustrado.

- ¿Practicar qué?

-Lo siento Jordanny. -soltó de repente.

- ¿Ah?

-Me quiero disculpar por haberla cagado la otra vez, y no solo por esa vez si no por todas las veces que te he decepcionado o no he alcanzado tus expectativas, porque a ver, sé que las tienes muy altas, he. Pero eso no me da excusa para no intentarlo. Y eso es lo que quiero hacer de ahora en adelante. Quiero hacerte feliz, quiero ayudarte a cumplir tus sueños, quiero ser la razón de tu alegría y de tu sonrisa, quiero estar ahí cada vez que cumplas un logro y cuando te dé un ataque de lágrimas por algún libro que leíste. Quiero que me conviertas en el hombre que siempre has querido, el hombre que leíste y has deseado alguna vez. Necesito estar contigo, y lo he necesitado desde la primera vez que nos vimos en sexto grado cuando apenas sabíamos algo de la vida, desde ese momento lo supe. Supe que no importara con qué chica estuviera nadie iba a ser cómo tú. Y no necesité estar en una relación contigo para saberlo, porque nunca llegamos a ser nada además de amigos, pero, aun así, siempre quise estar contigo.

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